Deserción escolar: problema y posibilidad – I

“Alrededor de 300 mil niños y adolescentes dejaron de estudiar el año pasado y en este año, según la Defensoría del Pueblo, más 83 mil estudiantes desertaron”.

Según el Ministerio de Educación (Minedu), la tasa de deserción acumulada del período comprendido entre el 2016 y el 2019 se redujo en 1.3 puntos porcentuales. Hasta entonces, las medidas implementadas permitieron que la reducción de dicha tasa tendiera a la baja. Sin embargo, debido a las acciones ejecutadas para contrarrestar la pandemia del Covid-19 en el ámbito educativo como el cierre de escuelas y colegios, la suspensión de las clases presenciales y su sustitución por clases virtuales; hizo que dicha tendencia se revierta. 

Según estimaciones del Minedu, a mediados del 2020,  la deserción escolar tanto en educación primaria como educación secundaria pasó del 1.3% al 3.5% y de 3.5% a 4% respectivamente. Es decir, cerca de 300 mil niños y adolescentes dejaron de estudiar. En este año, según la Defensoría del Pueblo, más 83 mil estudiantes desertaron. Cifras que contrastan con lo que venía ocurriendo hasta el 2019. De igual modo, entre el 2016 y el 2019, la tasa de deserción escolar de estudiantes en situación de pobreza extrema se mantuvo alrededor del 11% mientras que la de los no pobres se redujo en 1,2 porcentuales. 

Como se sabe la deserción escolar es un fenómeno multicausal. Por eso mismo, es imperativo investigar, desde distintas campos del saber, factores como los económicos, sociales, culturales, educativos, personales y familiares que se relacionan entre sí para producirla. Así, investigadores de Grade, en el marco del estudio longitudinal Niños del Milenio: Etiopía, India, Perú y Vietnam, plantean cuatro Predictores de la deserción escolar en el Perú: 1. Mientras más temprano se ha producido el abandono escolar, mayor efecto se observa en las habilidades a los 19 años. 2. Las principales razones para abandonar la escuela que mencionaron los jóvenes fueron la necesidad de trabajar para obtener una remuneración y la falta de interés en los estudios. 3. La lengua materna indígena, el bajo rendimiento y el haber repetido de grado incrementan el riesgo de desertar del sistema educativo; y, por último, 4. Que el niño o niña tenga mayores aspiraciones educativas a los 12 años reduce su riesgo de desertar de la escuela. 

Algunas cifras corroboran lo señalado por Grade. Así, según el INEI, en su Informe Técnico Estado de la Niñez y la Adolescencia, de setiembre, al comparar los trimestres correspondientes a abril-mayo-junio de 2020 y 2021 encontró que los problemas económicos / familiares seguían siendo una de las principales razones de la no asistencia a un centro de enseñanza de niños y adolescentes entre 6 y 16 años. En porcentajes, entre uno y otro trimestre, se pasó del 53.4% al 64.7% respectivamente. Es decir, 11.3 puntos porcentuales. No cabe duda que el nivel socioeconómico de las familias es una de las causas de la deserción escolar. Por eso mismo, el riesgo de desertar de niños y adolescentes, en situación de pobreza extrema y pobreza tanto urbana como rural, es alto. 

Asimismo, otra causa a tener en cuenta es la que se relaciona con los niveles educativos de los padres o tutores de los niños y adolescentes. Según las investigaciones llevadas a cabo existe cierta correspondencia entre el nivel educativo logrado por aquellos y la deserción escolar. Así, padres o tutores con un nivel de escolaridad bajo, el riesgo de deserción escolar aumenta. En cambio, padres o tutores con un nivel de escolaridad alto, el riesgo de deserción  disminuye. Esto tiene que ver mucho con la valoración que le otorgan a la educación y al impacto que ésta lograría en la vida de sus hijos.   

Otro aspecto, que corresponde a la dimensión socioemocional de los estudiantes, es la motivación de los estudiantes y la confianza en sus capacidades para lograr los aprendizajes esperados. Mantener la motivación y desarrollar confianza supone una convivencia adecuada en el ámbito educativo. Si esta no se da entre estudiantes y entre estos con sus docentes el riesgo de deserción se incrementa. (Continuará).  

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