[TIEMPO DE MILLENNIALS] Absolutamente todas las personas generamos residuos, algunos más que otros, pero en suma todos usamos una bolsa de basura o un tacho y los menos educados la calle o los ecosistemas. Sin embargo, no todos sabemos qué pasa una vez que el camión de la basura se lleva los residuos ya que los dejamos de ver y bueno, es problema de alguien más ¿no? Realmente no. Es problema de todos.
Entonces, ¿dónde acaban los residuos? Hay dos lugares donde pueden acabar: los rellenos sanitarios o los botaderos.
¿Qué son los botaderos?
De acuerdo al Ministerio del Ambiente -Minam-, lo usual es que los residuos terminen en un botadero; un espacio en el que se botan los residuos sin ningún control ni tratamiento. Es decir, no se compactan ni cubren diariamente y esto genera gases y líquidos que contaminan el aire y suelos, además del olor desagradable.
De acuerdo con el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental – OEFA hay 1,724 áreas degradadas por residuos sólidos municipales (nuestra basura) en Perú. El botadero más grande está en Chiclayo, se llama “Pampas de Reque” y cuenta con 307 hectáreas de pura basura.
¿Qué son los rellenos sanitarios?
De acuerdo con la Ley de Residuos Sólidos, son la infraestructura y/o instalación destinada a la disposición sanitaria y ambientalmente segura de los residuos sólidos. Se ubican en la superficie o bajo tierra, y se basan en los principios y métodos de la ingeniería sanitaria y ambiental.
En palabras sencillas, es un hueco (con medidas de seguridad) donde se mete los desperdicios y se intenta mantener el nivel de la superficie.
El Minam señala que al 2021 existían 65 rellenos sanitarios en todo el país. En Lima hay 3: el Zapallal en Carabayllo, Portillo Grande en Lurín y Huaycoloro en San Antonio. Pero, lamentablemente no todos los distritos se benefician de ellos.
¿Qué otra alternativa existe?
Segregar: esto implica que en nuestras casas, oficinas, tiendas, en cualquier y todo lugar, separemos los residuos entre aprovechables y no aprovechables.
Los no aprovechables son la basura “real”, la que no se puede recuperar y debe ir a un relleno sanitario. Pero, los residuos que sí se pueden aprovechar (orgánicos, papel, cartón, aluminio, plástico, vidrio, peligrosos) deben ir a una bolsa o estación diferente, la de reciclaje ya que su destino será introducirlos en la cadena de economía circular y así tu residuo no es basura si no materia prima para otros productos.