Tatiana Bejar

Francia Márquez Mina: la esperanza de “los nadies y las nadies” en Colombia

“Un ser auténtico”. Eso fue lo que me dijo un camarada colombiano que vive en EEUU sobre Francia Márquez Mina, primera candidata negra a la vicepresidencia en la historia colombiana, que va junto al senador Gustavo Petro en la plancha presidencial del colectivo de izquierdas Pacto Histórico y favoritos para ganar las elecciones presidenciales el 29 de mayo.

Francia irrumpe en el panorama político como una brisa refrescante e intensa en un país donde se respira un dolor ancestral, permanente, herido por siglos de violencia colonial capitalista racial y patriarcal. Esta brisa trae la voz, el sabor y el olor de “los nadies y las nadies” para avivar nuestra alegría y esperanza.

Francia Márquez Mina
Francia Márquez Mina

Francia es abogada de derechos humanos y ex presidenta del Consejo de la Paz, Reconciliación y Convivencia. A sus 40 años, su trayectoria es su experiencia de vida de mujer negra del campo, de trabajadora en la minería artesanal y trabajadora del hogar. Francia encarna la vida de millones de mujeres en nuestro continente que batallan en espacios donde el poder dominante racista les dice que no tienen derechos y mucho menos para ser gobierno. “Yo sé que a esta sociedad le incomoda que sea una mujer negra, empobrecida, que viene de las nadies” ha dicho Francia cuando la derecha la acusa de “radical”.

Su voz es la verdad que forja poder popular. Y es auténtica cuando propone construir un pensamiento de izquierda que no es occidental, sino que se basa en la filosofía Ubuntu, palabra de origen zulú que significa “soy porque somos”. Y porque detrás de Francia se encuentra un movimiento político que centra la paz y justicia con liderazgos construidos desde abajo hacia arriba y que nacen de las demandas de un pueblo abandonado por el estado y partidos políticos.

Francia es auténtica en su defensa por el derecho de las mujeres al aborto. Madre soltera a los 16 años, tuvo que dejar la escuela para criar a su hijo porque como ella dice “el verdadero aborto es el abandono de los hombres cuando no asumen su paternidad”. Apuesta por un feminismo popular donde se conectan las demandas de las mujeres más excluidas, los pueblos indígenas, los afrodescendientes, la comunidad LGBTIQ+, y la juventud, la generación del aguante.

Tampoco se calla cuando se trata de enfrentar a los poderosos. Es así como emprendió una lucha contra la compañía minera Anglogold Ashanti. En el 2014, Francia junto a 80 mujeres afrodescendientes llevando sus turbantes afros, marcharon 350 kilómetros por 10 días hacia Bogotá para demandar el cierre de la minería ilegal en la zona del Cauca, incluyendo el de La Toma.

“Que me maten aquí porque no me voy”, decían los miembros de la comunidad de La Toma cuando el expresidente Álvaro Uribe le entregó 50,000 hectáreas a Anglogold para la extracción de oro. Esa también es la lucha de mujeres peruanas de pueblos indígenas, que resisten megaproyectos que empobrecen a sus comunidades, las desplazan, contaminan sus aguas y tierras, y sus líderes son perseguidos y asesinados. La Toma es un pueblo por donde corren siete ríos, pero la población no tiene agua potable. En sus tierras se ha construido una hidroeléctrica, pero pagan la energía más cara del país. Esas injusticias las conocemos muy bien en Perú.

Francia ha sido amenaza de muerte en varias oportunidades. Recordamos a la gran Berta Cáceres, asesinada por luchar contra las corporaciones transnacionales, y luchadoras como Miriam Miranda, Ruth Buendía y Máxima Acuña quienes como Francia fueron galardonadas internacionalmente por su lucha ambientalista con el prestigioso premio Goldman Ambiental. Pero ese reconocimiento no garantiza la vida. En Colombia, los paramilitares asesinan diariamente a luchadores/as sociales.

Como candidata, Francia sabe que se enfrenta a la muerte. La campaña mediática terruqueadora, fascista y racista contra Francia Márquez ha expuesto la debilidad y pánico de la derecha colombiana que está a punto de perder el poder. Las derechas son iguales en todas partes: cobardes. Y sabemos que la derecha colombiana asesina, por eso un grupo de mujeres de izquierda en EEUU nos hemos organizado en el Frente de Mujeres Internacionalistas por la Justicia y la Paz para exigir garantías para su vida, esfuerzo que debería ser replicado en otros países.

Francia dice que lucha para “vivir sabroso en Colombia”. Vivir libres del capitalismo que violenta la vida y la tierra. Vivir con armonía, con igualdad y dignidad. Ese movimiento está forjando el camino para una izquierda auténtica como la que necesitamos en el Perú, una que esté libre de lideres/as escogidas para tranquilizar los miedos de la clase media y libre de agendas impuestas por el poder económico. Ha llegado el momento de vivir sabroso para los y las nadies en Colombia y pronto llegará el nuestro. 

Tags:

Colombia, Francia Márquez Mina, sociedad

Mas artículos del autor:

"Francia Márquez Mina: la esperanza de “los nadies y las nadies” en Colombia"
"El Día de la Mujer para las trabajadoras que llamamos “familia”"
"En la lucha por los derechos humanos, más Malcolm X, menos Soros"
x