Una joven casada se lo pasa en grande con su marido entre fiestas, cenas de cinco platos y sexo oral sobre la mesa. Nada de qué preocuparse, como parece. Ella lidia con entretenimientos en clubes, música de jazz y cócteles con sus amigas. Él va a trabajar todas las mañanas, al igual que todos sus vecinos varones, pero las mujeres se quedan en casa, en un ambiente suburbano estadounidense típico, en lo que parece ser una comunidad aislada de la sociedad.
Esposos, esposas e hijos viven cómodamente bajo el paraguas del Proyecto Victoria. Esta es una comunidad liderada por un gurú típico de Silicon Valley bajo algunas ideas de culto. El magnate es un filósofo barato que ha prometido a todos en la comunidad una buena calidad de vida y riqueza bajo las premisas del machismo, la cuál parece ser su bandera mayor. Los hombres están trabajando y son el centro de la vida; entonces las mujeres riegan las plantas, limpian la cocina y estando más arrechas para sus maridos.
Voy a parar justo ahí. Durante unos treinta minutos, esto es todo lo que se ve. Un grupo de personas que se divierten en actividades aleatorias no interconectadas y sin sentido. No hay un enfoque claro en un solo personaje, ninguna exploración de sus propias historias privadas, nada que establezca una conexión entre ellos y la audiencia. Quizás solo nos preocupamos por ellos porque la esposa es Florence Pugh, una de las actrices más prometedoras que existen, y Harry Styles, interpretando a su esposo, es el músico más popular del planeta.
Si no estaba ya preocupado de que nada pasaría aquí, comencé a ponerme realmente paranoico con esta película cuando el estado de ánimo de la fiesta cambió repentinamente a una versión desinflada del suspenso de ciencia ficción al estilo de Truman Show mezclado con el estilo del thriller psicológico Black Swan. Sin mucha explicación, hay una falla en el sistema. Otra ama de casa se ha vuelto inestable tras la desaparición de su hijo. Ella afirma que la empresa está llena de mentiras. Y así, la esposa también comienza a sospechar de Victory, teniendo ataques de ansiedad mientras hace sus tareas, lo que lleva a una inexplicable sensación de peligro para su vida perfecta.
Mi pregunta es, ¿por qué? Las mujeres son felices en una comunidad de estilo retro fuera de las bulliciosas ciudades bajo muchos rayos de sol del Valle, y de repente comienzan a pensar que algo anda mal. La película de Olivia Wilde no tiene sentido en cuanto a las razones de por qué deberíamos preocuparnos por el viaje de esta mujer o cuál es su mayor amenaza, porque nunca sabemos realmente quién es Alice o qué está en juego. El guión lanza algunos centros hacia la guerra o explicaciones alternativas criminales, pero nada se explora realmente más que el paso a paso de la ansiedad de esta mujer.
Y luego, después de una hora de preocuparse por el aburrimiento y toda esta historia saliendo muy mal, alguien muere. Lo que sigue es una batalla tensa y llena de suspenso para que el personaje de Pugh descubra la verdad, y cada puerta que abre se siente como un maravilloso conjunto de ideas para un guión sólido. Pero Wilde, una vez más, pierde la oportunidad de agregar el aspecto más importante de la narrativa: las conexiones humanas. Ni al principio ni hasta el final, el público solo está apartado de su historia. Simplemente no la conocemos. Empecé a pensar que ella podría no existir. No sé qué hace, a quién protege o quién la espera en casa.
Ella es solo una excusa para contar otra historia más grande sobre el machismo y las sectas y cómo el mundo es una gran mierda. Y como el derecho y la equidad de las mujeres son temas tan fundamentales a resolver para el progreso del mundo, es una vergüenza aún mayor ver que no se ha hecho ningún esfuerzo por interesarnos en este personaje, estremecernos ante el posible desenlace trágico de ella y luchar a su lado por su seguridad. Alguien pensó aquí que su maravillosa idea cinematográfica era mejor que las simples técnicas de narración para construir un personaje en capas.
El suyo es un personaje aún peor. Una combinación de una pésima actuación de Harry y una caracterización imposible de tomar en serio debido a su exagerada timidez y rigidez, confundiendo que convertirlo en un buen tipo al principio podría resultar en mayores sorpresas. O tal vez simplemente no sabían qué hacer. Lo más dañino de todo es que no solo es desconocido para el público, como en el caso de Pugh, sino que uno no puede creer que sea capaz de hacer lo que se dice que hizo en esta historia.
El grave revés de esta producción se debe al extremo descuido de sus realizadores. Por ejemplo, la película es hermosa en sus acabados y está pintada como un mural artísticamente impecable. El vestuario, el maquillaje, la arquitectura de los espacios y hasta los efectos son de una película de primera. Pero este hermoso mundo de la técnica no parece un lugar donde vivan sus personajes, y si lo piensas y analizas con detenimiento, la historia y el lugar donde se cuenta no parecen tener relación y no parece haber mucha reflexión. detrás de todo esto. Aún así, me sorprendo de sentirme entretenido hacia el final de la película. De alguna manera, consigue mantener el ritmo alrededor de su monótona línea narrativa. Y eso, aunque no suene totalmente satisfactorio, es más de lo que se puede decir de la mayoría de otras opciones.
