Fabrizio Ricalde

Atrévete, Gareca

"No Callens. No Santamaría. No López. No Flores. Aquí el once de Perú para enfrentar a Chile, porque perder es quedar afuera."

Nunca ha sido tan importante ganarle a Chile para llegar a un Mundial. La eliminatoria pasada Perú llegó a Rusia a pesar de perder los seis puntos contra ellos. Incluso, en 1997, cuando faltan dos partidos para llegar a Francia, con un empate en Santiago bastaba. Ahora, un punto no sirve. Perder es el sinónimo de una eliminación. Solo ganar extiende la respiración del equipo de Gareca.

En un partido visagra como este, en plena mitad del torneo, la realidad es que el rival solo ha ganado un partido oficial de los últimos catorce, contra Bolivia. Y se encuentra en un momento de recambio generacional, con un técnico casi nuevo. No estarán Vidal ni Vargas, tampoco Mena en la defensa. Para ambos equipos, este no es un partido para clasificar al Mundial, sino para no quedar fuera.  

En el lado de Perú, la realidad es que ya hace algún tiempo la selección no hace honor a los siete años de la gestión Gareca. La solidez defensiva no llega. El ataque no logra articulación. El gol se consigue con mucho sacrificio. La definición en la últlima jugada es un mal que ha regresado a la blanquirroja. Y en todos esos problemas, aún así, Perú puede ganarle a Chile. 

Pero para ello hay que tomar buenas decisiones de cambio. Atrévete, Tigre.

Hay un concepto en el fútbol imprescindible para el éxito. Es la jerarquía. Es ese elemento de experiencia, calma y dominio de escena fundamental para controlar las acciones de un partido. En una final como esta, y un clásico histórico donde se juega más que un simple partido de fútbol, el parámetro fundamental para tomar decisiones se basa en la categoría. 

En esa línea, es una buena noticia hoy Carlos Zambrano. El central de la actualidad con más experiencia y trayectoria futbolística en el más alto nivel de competencia, vuelve a la selección inmediatamente después de hacerle un gol de cabeza a River Plate de visita, con la camiseta de Boca Juniors. No es un detalle menor. Será suplente en el Xeneixe, pero me pregunto cuándo Zambrano no metió todo para sacar adelante partidos, con ese coraje que lo caracteriza.

A su lado, no es tampoco un detalle menor que Luis Abram haya jugado por primera vez un partido completo con la camiseta del Granada de La Liga española. Uno de los cinco mejores campeonatos del mundo. Al mismo tiempo, fue el primer triunfo del equipo en la temporada, nada menos que contra el Sevilla. En su lucha silenciosa por la titularidad, Abram ha dado un batacazo. 

Perú llegó a una final de Copa América en el 2019 con esos dos centrales. Zambrano y Abram. Es la segunda mejor expresión defensiva de la era Gareca, detrás de Ramos y Rodríguez. Además, empezaron la eliminatoria haciendo juntos dos dignos partidos contra Paraguay y Brasil (salvo la expulsión). Jerarquía resuena y presente futbolístico también. Una buena charla técnica y motivacional para Carlos y todo el respaldo para Luis debieran ser suficientes.

El complemento entre ellos es especial. Abram va al marcaje al cuerpo con la elegancia de saber quitar la pelota de los pies sin ocasionar falta. Zambrano en la misma situación va al choque fuerte y deja huella en el delantero. En las divididas, Zambrano cierra alto mientras Abram espera en las espaldas. En el anticipo, ambos son precisos. Tienen buen juego aéreo los dos. Y se conocen.

Callens, Araujo y Santamaría gozan de un buen presente, pero se ausenta en todos aún la jerarquía. El primero juega en un fútbol sin peso internacional. Araujo requiere aún de mayor rodaje. Y es solo un símbolo haber convocado a un buen back del fútbol mexicano como Anderson, pero que está muy desatinado con la selección peruana. Ah, y Ramos juega en la Vallejo. No más que decir. 

Advíncula va por derecha, que además viene de entrenar un par de meses con Zambrano en el mismo club. Trauco ya tiene dos partidos de titular y noventa minutos en la liga francesa, recuperando el ritmo futbolístico. López aún está en formación y es preferible volver a Trauco por su funcionamiento de equipo, porque Gareca no va a dejar de privilegiar que la pelota le llega limpia a Yotún.

En el mediocampo es un partido idóneo para poner a Tapia y Aquino juntos otra vez. El primero tiene un mecanismo de juego defensivo en el centro, y se desgasta demasiado cuando debe salir a cortar a una banda. Aquino es necesario para hacer los relevos por ese sector, cuando Advíncula vaya al ataque. Por el otro lado, Yotún en lo suyo. Si hablamos de jerarquía, el volante del Cruz Azul es el jugador con más rodaje del equipo actual, incluso algunos partidos internacionales por delante que el propio Guerrero. Si hay un momento para destacar, es este.

Adelante, Cueva es el diez de la selección de Gareca, llevó a Perú a un Mundial y pasa por un buen momento físico. Con Carrillo lesionado, apostar por Flores es insistir en un jugador que aún no recupera su mejor momento. No le ayuda tampoco estar jugando en una liga menor. Y Gonzáles o García carecen de la categoría necesaria para intimidar a una defensa chilena que saldrá con el cuchillo en la boca. La soberbia del jugador chileno al ver un jugador de menor relieve alimenta ese ego maníaco que los hace jugar mejor. 

Por la derecha pero jugando de interior, para las diagonales que envíe Yotún, y dejar el alma entera, a pesar de no ser su posición habitual, va Gianluca Lapadula. El delantero del Benevento ya tiene cuatro goles en un mes de la Serie B italiana y ha recuperado plena forma física. Comanda el ataque de un club que solo con él va a poder pelear su regreso a la máxima competencia italiana. 

Y el nueve, aunque no pase por su mejor versión, es Guerrero. Ante la ausencia de Carrillo, repito, no queda de otra. Ni Ruidíaz ni Ormeño podrían generar mayor peligro a Gary Medel. Aún son delanteros de goma a nivel internacional. Paolo debe jugar su partido 107 con la selección y buscar como un animal sangriento llegar a los 40 goles internacionales. Pues, es cierto, ya no le quedan muchos más. 

En esa sinfonía, a Chile se le puede ganar. Para el segundo tiempo, Peña y Farfán esperan en la banca. Principalmente el segundo, que parece haber encontrado la solución a sus problemas físicos metiendo sexta en los últimos veinte minutos con un Alianza que sin él no estaría invicto en la punta del torneo peruano. Pocas con más estimulantes para el equipo que el diez de la calle dando chocolate.

Perú se juega la vida en una oportunidad de oro para demostrar que se merece llegar a un nuevo Mundial. Es ahora o nunca. 

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Ricardo Gareca, Selección peruana de fútbol

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