La bochornosa ‘desaparición’ del exministro de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva, está terminando de dejar en evidencia –y en ridículo– a la Policía y al gobierno. Pese a que estaba cantado que el Poder Judicial iba a ordenar prisión preventiva contra él, luego de que se diera a conocer la existencia del audio de en el que Zamir Villaverde le entrega ‘cien grandes’, Silva burló la vigilancia policial y logró ponerse “a buen recaudo” en palabras de su abogado, Alfredo Yalán. Ahora se suma a Bruno Pacheco y a Fray Vásquez como un nuevo prófugo de importancia central, cuya captura es esencial para aclarar las tramas de corrupción que comprometen al gobierno.
Silva, no obstante, no estaría muy lejos. Una mujer que lo conoce y que conversó con Sudaca bajo la condición de que no se revele su nombre asegura que el exministro está escondido en su barrio. La mujer es pareja de Pedro Martel Rojas, un amigo de confianza del otrora ministro protegido del presidente. “Él está aquí, en Puente Piedra. La cosa que él está acá”, dice a Sudaca la mujer con convicción, aunque sin dar detalles de su paradero. Ella vive cerca al colegio 5178 Víctor Andrés Belaunde, en el que Silva es director, por el óvalo Zapallal.
Silva está prófugo desde el 7 de junio, pese a que se había un equipo de videovigilancia de 6 policías asignado a él, desde el 27 de mayo. El comandante general de la Policía, Luis Vera Llerena, declaró –en el programa “Al estilo Juliana”– que el equipo comandado por una mayor de la Policía perdió el rastro del exministro la tarde del 2 de junio. Un día antes fue a dormir a su casa en Puente Piedra, que está al costado del colegio que dirige, siempre de acuerdo con el jefe de la Policía.
La trama tiene tintes rocambolescos, porque Silva se presentó en vivo en el programa de la periodista Juliana Oxenford unas horas antes de desaparecer del radar del equipo de videovigilancia. La negligencia aumenta la sensación de que al exhombre fuerte del régimen lo dejaron escapar.
“No voy a dar una información. Los periodistas hablan las cosas sin saber”, dice la mujer en Puente Piedra. “Tu propósito es desestabilizar al gobierno. La prensa capitalina siempre informa con mentiras”, dice, por su parte, Pedro Martel Rojas, amigo de Silva y uno de los pocos que lo defiende a capa y espada en Puente Piedra.
Sudaca accedió a un mensaje de Pedro Martel, dirigido a uno de los vecinos de la zona, en el que dice: “Es mi amigo. Dios dice ama al pecador pero no a su pecado”.
Otro vecino de Puente Piedra, Gustavo Saravia, dice estar sorprendido por la situación de Silva, a quien conoció como director del colegio secundario 5178 Víctor Andrés Belaunde. “Como a todo el mundo, me ha sorprendido. Se estima que haya un cambio de director en la escuela”, comenta.
El 25 de mayo pasado el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, solicitó al Poder Judicial que se dicte contra Silva una orden de impedimento de salida del país. Ello, después de que el programa ‘Combutters’” difundiera el audio de una conversación entre Villaverde y Bruno Pacheco, exsecretario general de Palacio. Según dicha grabación, Silva pagó un millón de soles por el puesto de ministro.
Una fuente del Ministerio Público dice a Sudaca que, tras esa medida, Sánchez recibió un reporte de inteligencia policial sobre Silva en el que se advertía “constantes cambios de domicilio”. “Un día dormía en Puente Piedra, otro en el Cercado y otro en Lince”, de acuerdo con la fuente.
Los sospechosos movimientos obligaron a Sánchez a pedir videovigilancia a la Policía Nacional el 27 de mayo. Pero el seguimiento fue un desastre. A Silva le perdieron el rastro el 2 de junio, según el general Luis Vera.
Dos días después, el 4 de junio, el exministro le sacó la lengua a las autoridades al escribir en su cuenta de Twitter para defender su inocencia. Fue al desacreditar la transcripción de un audio que lo tiene a él y a Zamir Villaverde como protagonistas. “¿A esta declaración sin sustento ni evidencias se consideraría una prueba fehaciente?”, preguntó Silva a través de la red.
POSIBLES DOMICILIOS
Silva no registra propiedades en Registros Públicos. En su ficha Reniec se consigna como vivienda una dirección en la avenida Primavera, en Zapallal, Puente Piedra.
Silva también declaró, en el 2015, ser dueño de un terreno en Ancón, a la altura del kilómetro 50 de la Panamericana Norte. Según un parte policial, Silva fue identificado como integrante de la asociación de vivienda Los Huertos de la Planicie de Ancón. Él y otra persona habían colocado módulos de vivienda en un terreno descampado para prevenir que “otras personas traten de invadir esos terrenos”. Los policías les pidieron que abandonen el lugar. No se sabe si lo han buscado ahí.
Además, en su calidad de poderoso ministro de Transportes del gobierno, Silva alquiló dos departamentos como centros de operaciones. Uno en la cuadra uno del jirón Pablo Bermúdez, en el límite de Jesús María y Cercado de Lima. Y otro en la calle León Velarde, en Lince. El piso 11 del primer inmueble fue escenario del famoso encuentro con Villaverde el 4 de noviembre, según la transcripción de un audio. En el diálogo Villaverde dice darle a Silva “cien grandes”. Según el empresario, se trataba de un “pequeño presente” de la constructora española Tableros y Puentes, que ganó dentro de un consorcio la licitación para construir el puente Tarata.
LA PNP BAJO SOSPECHA
La fuga de Silva renueva las dudas sobre la Policía Nacional, que ya antes ha dejado escapar con facilidad a Bruno Pacheco, exsecretario general del despacho presidencial y a Fray Vásquez Castillo, sobrino del presidente, pese a tener ambos videovigilancia.
En un comunicado, la PNP dijo que el Ministerio Público pidió apoyo para seguir a Silva a la Dirección de Inteligencia de la Policía, a cargo del general Luis Legua Egocheaga. A su vez, esta unidad debería tener el apoyo de la Dirección Contra la Corrupción de la PNP, con el general Fredy López Mendoza al mando. Legua llegó en febrero del 2022.
En anteriores gobiernos la vigilancia a personajes con alto perfil político recaía en la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac). Sin embargo, esta unidad fue debilitada por el gobierno de Pedro Castillo. El poder lo tiene ahora la Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior (Digimin).
La inteligencia policial ha sido manoseada por este gobierno ante el constante cambio de cabezas en la Digimin. Y la Dirección Contra la Corrupción no tiene la experiencia en el seguimiento a ‘peces gordos’. “Esa unidad no es especializada en videovigilancia. Los integrantes de la dirección no tienen la experiencia en esas lides”, dice una fuente policial.
Resulta llamativo ahora que el jefe de la Dirección Contra la Corrupción de la Policía, el general Fredy López, dijera en marzo pasado que se crearía un “equipo especial” para capturar a los prófugos del caso puente Tarata, entre ellos Pacheco y Fray Vásquez.
“Actualmente la Policía ha conformado un equipo especial para poder dar cumplimiento al mandato judicial de requisitoria y que se está abocando a nivel nacional a la ubicación y posterior captura de las personas que aún no están ubicadas”, dijo López en aquella oportunidad.
La captura de Silva sería un golpe a la línea de flotación del gobierno, pues se trata de una persona que gozó de mucha protección por parte del presidente cuando se desempeñó como titular del MTC.
De acuerdo con la declaración de un colaborador eficaz, entre agosto y septiembre del 2021, Silva llamó a Villaverde “para solicitarle la suma de S/30,000” y decirle que “ese dinero era para el presidente de la República, Pedro Castillo Terrones”.
Ahora, el Ministerio del Interior ofrece cincuenta mil soles de recompensa para quien ayude a dar con el paradero de Juan Silva. Su captura podría estar cerca, o tal vez no. Depende de la Policía.
