[DIFERENCIAS DE GÉNERO Y OCUPACIÓN LABORAL]
Francisco Bolaños Vainstein:
Las prestaciones por desempleo en Alemania son más generosas que en varios otros países, ya que los solicitantes de empleo reciben al menos el 60% de sus ingresos netos durante los doce primeros meses de paro. En cambio, países como Estados Unidos o Inglaterra ofrecen porcentajes menores. Es por supuesto esencial tener en cuenta que las contribuciones sociales también son mucho más elevadas en Alemania.
Los economistas podrían argumentar que estas prestaciones pueden prolongar los periodos de desempleo debido al riesgo moral, ya que los individuos pueden pensar que pueden permitirse esperar más tiempo antes de encontrar un empleo, lo que va en detrimento del gobierno. Sin embargo, desde un punto de vista social, permite a los individuos disponer de más tiempo para asegurarse mejores oportunidades de empleo, mantener sus lazos comunitarios y proporcionar estabilidad a sus familias.
¿Se puede mejorar la cuantía concreta de las prestaciones por desempleo, o debe dejarse exclusivamente en manos de los tecnócratas el manejo de estas cifras? ¿Cuál ha sido su experiencia al respecto?
Adrian Winter:
En primer lugar, quiero subrayar que perder un tercio de tus ingresos de la noche a la mañana es siempre una situación difícil. Aunque el 60% del sueldo neto como prestación por desempleo en Alemania es superior a lo que reciben los solicitantes de empleo en muchos otros países, perder una parte importante de los ingresos sigue sin ser una situación cómoda. La mayoría de las personas tendrían que hacer ajustes considerables en su estilo de vida y en sus gastos para gestionar unos ingresos reducidos, lo que debería motivarles intrínsecamente a encontrar un nuevo empleo.
Trabajar proporciona unos ingresos mayores que depender de las prestaciones por desempleo, pero existe el riesgo de que algunas personas se vuelvan excesivamente selectivas a la hora de buscar nuevas oportunidades laborales. Muchos colegas han observado este comportamiento, ya que algunos solicitantes de empleo siguen siendo muy selectivos con las ofertas que aceptan, incluso después de varios meses de desempleo. No obstante, debemos reconocer que la mayoría de las personas buscan realmente nuevas oportunidades de empleo y se esfuerzan por recuperar su estabilidad financiera tras la pérdida de sus empleos anteriores.
Adrian Winter:
A menudo nos enzarzamos en discusiones sobre el impacto de las prestaciones por desempleo en la motivación de los que buscan empleo. Es cierto que, si las personas recibieran un porcentaje menor de sus ingresos, su enfoque de la búsqueda de empleo podría cambiar. Sin embargo, dada la situación económica actual, puede ser beneficioso para la economía en su conjunto ofrecer a las personas la oportunidad de dar un paso atrás, reevaluar sus circunstancias y buscar un trabajo adecuado que se ajuste a sus capacidades e intereses.
Las personas tienden a ser más eficientes en los puestos que disfrutan y en los que su conjunto de habilidades encaja bien. Obligar a personas altamente cualificadas a realizar trabajos serviles simplemente para evitar el desempleo podría dar lugar a que estuvieran subempleadas, ganando menos que antes y provocando insatisfacción tanto en el empleado como en el empresario. Además, podrían perder otras oportunidades más adecuadas a sus cualificaciones, sobre todo teniendo en cuenta la escasez actual de mano de obra cualificada.
Es esencial considerar las implicaciones más amplias de las prestaciones por desempleo en la economía y el bienestar individual, en lugar de centrarse únicamente en el potencial de riesgo moral.
Francisco Bolaños Vainstein:
Permitirse dar un paso atrás puede conducir a una compatibilidad mucho más alta entre empleados y empleadores, y a una mayor satisfacción laboral de los empleados.
Adrian Winter:
Sí, en efecto, una mala contratación puede potencialmente dejar un puesto más adecuado sin cubrir, dejando al empresario en una situación muy ajustada para encontrar a un candidato cualificado. En la actual coyuntura económica, quizá no sea aconsejable presionar demasiado a las personas para que acepten nuevos empleos que no se ajusten a sus cualificaciones e intereses. Tal vez el 60% de la prestación por desempleo sea una cantidad adecuada, que proporcione a los que buscan nuevos empleos el respiro necesario para asegurarse el puesto adecuado.
Francisco Bolaños Vainstein:
Podemos resumir que la prestación de desempleo del 60% parece lograr un equilibrio razonable entre proporcionar seguridad económica y motivar a los solicitantes de empleo lo suficiente para que busquen activamente un empleo adecuado. Este planteamiento evita que los individuos acepten precipitadamente cualquier empleo simplemente para llegar a fin de mes.