Una crisis como la pandemia, que se origina por factores exógenos, es difícil de prever, sin embargo, cada empresa puede tener una crisis propia si es que el emprendedor o los directivos de la empresa no le prestan atención a la información financiera o a las señales que van apareciendo antes de que el negocio entre en una fase crítica.
Antes de la Covid-19, un informe de Deloitte sobre el manejo de las crisis a nivel global identificó otras situaciones que podían convertirse en crisis para las empresas. Por ejemplo, un ciberataque, cualquier incidente relacionado a la salud y seguridad en el trabajo y problemas de rendimiento, si es que se deja de producir al ritmo necesario para alcanzar los objetivos establecidos al inicio del año.
Por el lado de la crisis económica, el portal Business Consulting Chile enumera cuatro señales que pueden estar alertando de un problema que afecta a toda la organización:
Una caída en las ventas. Si los pedidos han disminuido con relación a los últimos meses, es necesario evaluar las causas. Es posible que existan competidores con ofertas más atractivas o que la atención al cliente ya no es buena.
Falta de liquidez. Cuando una empresa no tiene la capacidad para enfrentar compromisos financieros a corto plazo las deudas pueden llevarla a la quiebra. Si los problemas de flujo de caja se vuelven habituales es signo de que algo va mal.
Mala reputación. Si se observa un incremento de los reclamos o quejas sobre los productos o servicios, esto puede afectar a la reputación de la empresa y alejar a los clientes.
Fuga de talento y desmotivación. La falta de motivación de los trabajadores es un indicador de que hay una mala política interna afectando la productividad del negocio.
Problemas que llevan a la crisis
Para Eduardo Lastra, presidente del Instituto Latinoamericano de Desarrollo Empresarial (ILADE), existen distintas situaciones que los emprendedores deberían evitar para que su negocio no caiga en una crisis. Consideró que es bueno ser positivo, pero también hay que ser realista al enfrentar los problemas y en muchos casos, ser flexible pues no es bueno aferrarse a una estrategia que no está dando resultado. Tenga cuidado con estos otros puntos:
Falta de información. Se puede tomar decisiones equivocadas por falta de información. Si trabajamos desordenadamente, repitiendo varias veces un proceso, se generan sobrecostos.
No preocuparse por las ventas. Las ventas y los contratos para los productos y servicios son la base del negocio, no debe descuidar a sus clientes, búsquelos.
Falta de formalidad. Cuando evadimos nuestras obligaciones tributarias, se cae en peligro de recibir sanciones y multas elevadas.
Mal clima laboral. Cuando tenemos un clima laboral poco armonioso, la productividad cae. Además, la imagen empresarial se va deteriorando y se habla mal de nosotros.