Emprende

Entrañable actor argentino falleció hoy a los 88 años. Sobre el escenario promovía la pasión, la disciplina y el trabajo en equipo para alcanzar el éxito. ¿Qué lecciones dejó a los emprendedores este dramaturgo que hizo del Marsano su eterno hogar?

Actor y director de teatro. Hombre jovial y disciplinado. Parlanchín y de buen ánimo. Osvaldo Cattone nos dejó esta mañana dejando un legado. “Si hacemos un prorrateo de todas las obras que hemos realizado a lo largo de toda mi vida podría decirte que hemos alcanzado unos cinco millones de espectadores”, me dijo, alguna vez, en una entrevista. Por aquellos tiempos, Cattone se preparaba para interpretar uno de los papeles más complicados que le tocó llevar a las tablas: un padre con Alzheimer, en la obra El Padre, en el teatro La Plaza. Un doloroso rol que el actor argentino sacó adelante llevándose las mejores críticas. Un personaje que conmovía hasta las lágrimas. En uno de los ensayos previos al estreno de aquella obra le preguntamos. ¿Cómo pudo vivir del teatro en un país donde las escasas salas viven envueltas en deudas o sobreviven con la escasa publicidad y la poca afluencia de público? La respuesta fue sencilla: “Siendo felices, aguantando…aguantando”, dijo. Respuesta que parecería un lugar común, pero que detrás de ella hay toda una explicación. Una lección de vida. Estas son las diez claves de Cattone, para intentar ser felices, en nuestros emprendimientos.
 

  1. Amor a la vida. “Tanto en la vida como en el trabajo hay que tener una actitud positiva que te ayude a enfrentar el abismo y no caer en él. Como actor, director de teatro y empresario he tratado de no dejarme vencer por la depresión. Nunca en mi vida he tomado un antidepresivo ni un calmante. Mi mejor medicina es levantarme  de buen humor, porque amo la vida. Esto es algo que debe ser practicado por muchos CEOs o empresarios que se dejan llevar por el estrés”.
     
  2. No victimizarse. “La gente, en general, suele sentirse víctima ante los problemas. Yo no. He tenido un destino brillante y tengo para comer, tengo salud y fortaleza. Esa actitud me ha llevado al éxito. No me invento ningún tip negativo que altere mi estado de ánimo. Como cualquiera, tengo cólera, pero trato de que sea algo pasajero. Los empresarios deberían entender eso: que los problemas pasan y se les debe sonreír. No se conviertan en personas depresivas”.
  1. Ser muy ordenados. “El desorden trae caos y el caos trae conflictos con uno mismo y a los que te rodean, sobre todo en el trabajo. Soy una persona mentalmente muy sana y trato de demostrarlo. No me drogo, no maltrato, respeto al otro. Por ejemplo: soy muy cumplido con los horarios. Si para los ensayos me citan a las 7pm, llego a las 6.30pm. Eso no solo demuestra orden para trabajar sino también profesionalismo, amor y respeto hacia tu jefe, director o amigo”.
  1. El trabajo tiene que ser divertido. “Es importante gozar con lo que estás haciendo. Ese es el perno real que hará que tu vida transcurra de una manera agradable y no sentenciosa, ni pesada. Yo predico algo: ningún trabajo es malo, depende de cómo lo lleves, seas director de una empresa,  guachimán o actor. Cada persona tiene que encontrarle a su trabajo un objetivo claro, sino, ese trabajo será una carga muy pesada para la vida, y no lo harás bien”.
  1. Perseverancia. “El tener más de 40 años de actuación en el Marsano significa que conseguí algo muy importante: que mi vocación se convierta en mi profesión. No te hablo de talento, sino del profesionalismo que le pones a lo que haces. Soy un hombre que ha conseguido que el teatro se convierta en su medio de vida, en su modus vivendi. La perseverancia, para mí, es ser fiel a tu destino y a tu vocación, todos deberían entenderlo”.
  1. Ser un líder bondadoso. “No puedo echar a mis empleados, ni los de mi casa ni los que trabajan en el teatro. A tu personal no lo puedes tratar como si solo fuese un empleado, trátalo y quiérelo como si fuese tu familia, ya que pasas gran parte del día con ellos. No puedes estar maltratándolos. Entiende sus problemas, compréndelos y ayúdales a que encuentren soluciones”.
  1. Ser un agradecido. Llegué al Perú en el año 73 para trabajar en una novela (Me llamo Gorrión, con Regina Alcóver) y el país estaba en un estado agónico, pero me recibió y me adoptó. Por eso estoy agradecido. ¿Cómo retribuí a ese agradecimiento? Intentando que el teatro se comercialice, que se convierta en una empresa donde el actor fuera dignificado, donde se le pague un sueldo y trabaje seriamente. Lo mismo debe suceder en una compañía: respetar al trabajador y darle los elementos para que crezcan”.
  1. No a la frustración. “Hay gente que está condicionada para ser algo en la vida. Por ejemplo, si yo quisiera ser una estrella de Hollywood y no pudiera quizás me frustraría, porque mi inglés no es muy bueno o lo que sea.  Pero si yo descarto Hollywood y me quedo con Lima, una ciudad que culturalmente crece y actúo como si estuviera en Hollywood, sin subestimar a nadie, mi trabajo recibirá el cariño de la gente y el éxito llegará sin frustraciones”.
  1. Luchar contra la desmotivación. “Hay que permitirse cambios de humor. Es normal que un día estés deprimido, otro día colérico o amoroso o sin ganas de trabajar. Pero no dejes que eso afecte tus labores. Yo me quiero mucho y no me castigo pero sé que siempre hay que ir corrigiendo cosas. Soy hijo de un carnicero y de una mujer que lavaba ropa, de origen pobre. Pero lo que tengo lo conseguí trabajando a mi manera, respetando la personalidad ajena ya que solo así te respetarán”.
  1. Date un tiempo para todo. “No soy un tipo apurado. Trata de darle el espacio a cada cosa que hagas y al trabajo del otro. No seas ansioso ni apresurado. No hablo de nirvanas, ni de yoga. Reparte bien tu día, separa tiempo para quien lo necesite y siempre encuéntrale el lado divertido a las cosas. No tomes tu trabajo como algo pesado: disfrútalo”.

Si debido a la pandemia caes en desempleo y mantienes una deuda con una tarjeta de crédito, existen formas de manejarla con tu entidad financiera

Ante la llegada de la pandemia, diversos negocios han tenido que encontrar la manera de seguir generando rentabilidad. En ese sentido, el comercio digital ha sido una de las más grandes herramientas de los emprendedores, y una excelente plataforma para que los compradores continúen adquiriendo productos que requieren con seguridad desde casa.

Según una encuesta de Datum Internacional, los medios más usados para realizar compras en la web, redes sociales y aplicaciones móviles son las tarjetas de débito (32%), la tarjeta de crédito (22%) y el efectivo (20%). Además, según un informe de Ipsos Perú, el 27% de las operaciones digitales realizadas durante la primera cuarentena, fue el pago de tarjetas de crédito.

Dinero plástico

Sobre este último producto crediticio, Juan Carlos Delgado, economista y asesor financiero indica que si bien vivimos en un contexto adverso por la pandemia, el momento correcto para adquirir una tarjeta de crédito depende de la situación financiera de cada usuario pues trae consigo una serie de obligaciones. “Recordemos que la tarjeta de crédito es un producto con tasas como la TEA (Tasa Efectiva Anual), que puede ir entre 20% a 100% dependiendo de la tarjeta y de la entidad financiera”, comenta el economista.

Antes de considerar adquirir una tarjeta de crédito, el experto recomienda revisar nuestro principal respaldo económico: la capacidad de pago y el nivel de ingresos. “Las entidades financieras ofrecen tarjetas considerando la edad, el historial crediticio y el nivel de deuda que figure en las centrales de riesgo. Como se trata de un producto costoso, es importante revisar si uno puede asumir las obligaciones generadas”, menciona.

¿Qué hacer con la tarjeta de crédito si caemos en desempleo?

Considerando la difícil situación del mercado ante esta segunda ola, Delgado recomienda que si el trabajador cae en desempleo, el primer paso será ordenarse y ver su realidad financiera actual. Si cuenta con ahorros, debe calcular cuánto tiempo puede sostenerlo.

En caso de caer en desempleo y mantener una deuda con una tarjeta de crédito, la mejor opción será acercarse a la entidad financiera a solicitar una reprogramación de la deuda. “Esta puede ser con o sin periodo de gracia, pero permite ordenar la tarjeta a un plazo de 12, 24 o 36 meses a una tasa preferencial y con cuotas fijas”, explica.

“Lo más recomendable es que la tarjeta se utilice para hacer compras que sean pagadas en una sola cuota, con pago directo. La tarjeta de crédito debe ser usada con mucha precaución”, finaliza.

En sectores como la logística y minería la transformación digital se ha vuelto indispensable. El uso de tecnología para crear nuevos modelos de negocio, en contexto de covid-19, además, viene modificando la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos

La crisis sanitaria obligó a muchas empresas peruanas a digitalizar sus operaciones, llevar sus negocios en línea, incursionar en el comercio electrónico y adaptarse al teletrabajo. En este contexto, según datos de Movistar, las herramientas de teletrabajo multiplicaron su compra por 10 desde que inició la pandemia, el e-commerce o chatbots de atención se volvieron más populares y las ventas por internet se incrementaron en 900%. El objetivo de este proceso -aseguran los expertos consultados- es mejorar la competitividad de los negocios, a través de la innovación.

Entre los sectores que pudieron reaccionar más rápido a la digitalización se encuentran: Telecomunicaciones, banca, retail, así como consumo masivo y servicios; construcción y actividades extractivas.

“La transformación digital se trata de un modelo de adaptación, de cambio o de adecuación hacia la cuarta revolución industrial y que se debe hacer lo antes y más rápido posible, porque las empresas que no lo incorporen estarán en riesgo de desaparecer en el tiempo”, explica Juan Flores, CEO y fundador de Ynnovadores, plataforma de emprendimientos que busca descubrir, difundir y conectar a jóvenes emprendedores con diferentes personas y organizaciones que aporten en su aceleramiento.

Y agrega: “Se trata de un proceso que utiliza la tecnología para crear nuevos modelos de negocio, además de atender la digitalización de los procesos, nuevos procesos que modificarán la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. El concepto es fácil de entender, pero para muchas empresas, sin importar el tamaño, les es difícil llevarlo a cabo”, indica Flores.

Un mini boom

La cuarentena y la pandemia en el Perú aceleraron el proceso de digitalización de las empresas en tres años. Para lograrlo, utilizaron empíricamente sus conocimientos y su experiencia para intentar salir adelante. El desempleo originó un mini-boom del emprendimiento que ha tenido que buscar la digitalización inmediata. “Vender productos en plataformas sociales y canales digitales de delivery ha sido un salvavidas para muchas familias”, explica Flores.

En tanto, para la gran empresa -señala el experto- entiende que dicho proceso de transformación digital debe verse como una oportunidad de aprender y cocrear con startups y emprendimientos de alto impacto, como una de las formas de acelerar este proceso.

“A esto le llamamos innovación abierta. En los últimos meses, tanto en México como en Chile se han abierto convocatorias de grandes transnacionales para desarrollar soluciones a problemas concretos y generando posibilidades de conectar empresas grandes, con medianas, pequeñas y con startups para buscar colaborar y ganar todos juntos”, señala el CEO de Ynnovadores.

Aún nos falta mucho

Un estudio del PAD-Estudio de Dirección, menciona que se le reconoce una altísima importancia (94%) a la Transformación Digital, pero aún hay mucho por trabajar y corregir, sólo 17% de los altos ejecutivos encuestados señala que tiene resultados muy satisfechos con su avance y logros.

“El mundo es digital, debemos adaptar nuestros sectores y proyectarnos a la búsqueda de la generación de data para ofrecer valor. Uno piensa en Amazon, Facebook, Google, Alibaba, Microsoft, Apple como si fuera algo inalcanzable; yo pienso que si seguimos con esa actitud, jamás lograremos nada transcendental. Seguiremos celebrando a las marcas de siempre y los medianos, pequeños y micro empresarios no podrán crecer hacia algo valioso. Es en tiempos de crisis en donde muchos dan saltos cuánticos, ojalá que sea el turno de nuestro país”, sentencia.

Logística digital

Uno de los sectores donde la digitalización viene jugando un rol importante es en el área logística. Le consultamos a Alberto Porras, subgerente de Consultoría de GS1 ¿Cómo se viene desarrollando este proceso en dicho sector?

Para digitalizar- indica- lo primero que se debe realizar es un diagnóstico de la situación actual. “Es prioritario realizar primero una evaluación de los procesos en curso, las tecnologías disponibles y los perfiles de las personas involucradas, investigando qué es lo que se desea mejorar. La transformación tecnológica, por sí sola, no va a efectuar mejoras "por arte de magia"”, señala.

Partiendo de la pregunta ¿Cómo se pueden usar los datos y las capacidades digitales para crear nuevo valor a los clientes?, Porras señala que es importante tener en cuenta qué están haciendo los competidores para tratar de satisfacer a los clientes agregando valor a sus servicios, en este contexto digital.

Por otro lado, señala, debe darse una mirada a las plataformas disponibles (realidad aumentada para el caso de almacenes, sistemas de última milla, RFID para control de activos fijos e inventarios, software WMS que actualmente significan una inversión mucho menor a la tradicional, etc.), tener por objetivo crear soluciones ad-hoc que obliguen a los clientes a "adaptarse".  

Teniendo en cuenta que, en el terreno de la transformación digital, la infabilidad no existe. Se debe tomar decisiones, y algunas no serán perfectas, pero los errores deben tomarse como una inversión que permitirá, finalmente, alcanzar los objetivos trazados. Por ello -Afirma el vocero de GS1- la información y la educación ejecutiva es imprescindible para tener actualizadas las competencias personales y apoyar el cambio cultural.

Para Porras, uno de los sectores ‘más beneficiados’ por esta nueva situación ha sido el retail, puesto que muchas personas se han volcado a las compras por internet. “Antes de marzo del 2020, el sector retail había comenzado a realizar incursiones en los canales digitales. Actualmente, es una obligación. Si bien todavía hay personas que prefieren el método tradicional (ir físicamente a las tiendas), es muy probable que, conforme se afine y mejore las ofertas por canales digitales, la brecha existente disminuya. Uno de los ejemplos más claros a nivel mundial, es el crecimiento experimentado por Amazon en estos meses”.

Amazon, el gigante del comercio electrónico, cerró su año fiscal 2020 con unas ganancias netas de 21.331 millones de dólares, casi el doble de los 11.588 millones facturados en 2019, gracias al gran impulso de las compras por internet a consecuencia de la pandemia.

Sin embargo, en nuestro país, una de las desventajas en el proceso de compra por internet es el proceso de entrega. ¿Cómo hacerlo más eficiente? “Sí, de hecho, es una de las principales desventajas, pero está mejorando”, afirma Porras. “Existen ya en Perú (para ciertos artículos y según determinado horario) "entregas para el mismo día"”. 

Para lograr mayor eficiencia, asegura, influyen diversas variables, pero una de las más críticas es el tener un adecuado manejo de la data y la calidad de la misma, que permita un flujo más rápido de los pedidos a través de todos los procesos y áreas involucradas.

¿Mina de oro?

Un sector donde la digitalización y las soluciones tecnológicas se han vuelto indispensables, es en las operaciones mineras, que les ha permitido ahorro en el gasto de sus proyectos, con la llegada de la pandemia ¿qué sucedió en el sector?

Según Miguel Cardozo, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, el desarrollo tecnológico del sector minero a nivel mundial ha estado liderado por el desarrollo de equipos y procesos para sus operaciones, tanto en el tema de la extracción y transporte de los minerales, como en su procesamiento.

“Gran parte de esto avanzó hacia el desarrollo de maquinarias y equipos autónomos que redujeron los niveles de riesgo operativo y seguridad industrial, pero la necesidad actual está en optimizar el uso de estas ventajas mediante la digitalización, lo cual permitirá a los mineros ser más eficientes y reducir costos mediante la optimización en tiempo real de los procesos y la integración de datos”, señaló Cardozo.

El uso de tecnología de punta que permite mayores volúmenes de producción -asegura- ha sido una enorme ventaja. Australia ya tiene una mina de hierro totalmente autónoma, otros países mineros como Canadá y Chile ya están en camino.

“Y el Perú no podrá quedarse atrás, pero la digitalización dará un salto cualitativo de tal importancia que ha tomado una gran prioridad para las empresas mineras”. La principal dificultad -agrega Miguel Cardozo- es que se debe avanzar muy rápido para poder aprovechar el crecimiento de la demanda de metales conocidos y de nuevos metales requeridos por el violento desarrollo tecnológico del mundo.

Este desarrollo viene acompañado, además, por la necesidad de aportar nuevos avances tecnológicos que permitan enfrentar con mayor solvencia los retos del desarrollo sostenible y la gestión de temas socio-ambientales, climáticos, reducción de emisión de carbono mediante energías limpias, cierre sostenible de minas, entre otras demandas por venir.

“La pandemia forzó el trabajo a distancia y aceleró inversiones adicionales en los procesos de digitalización, pero abrió también las puertas a nuevos conceptos de eficiencia en la organización del trabajo y reforzó la tendencia hacia el uso de procesos autónomos”, sentenció.

Tiene 28 años, nació en Tarma y en redes sociales lo llaman “Tío Free” por la marca de ropa urbana que creo e hizo crecer durante la pandemia: Free. A través de su Instagram (con más de 33 mil seguidores) da tips a emprendedores y su filosofía es apostar por productos de extrema calidad.

“Tío Free, lánzate una ‘promo’”. “¿Para cuando un sorteíto, Tio Free?”. Los mensajes llegan a través del chat del Instagram Live. Es viernes por la noche y Fernando Magno Nuñez Cordero (28), realiza un “Vivo”. No es para promocionar Free, la marca de ropa urbana que hizo crecer durante la pandemia. Tampoco es -como le piden- para hacer un sorteo de sus prendas, que produce en el corazón de Gamarra. La sesión es para dar tips e inspirar a quienes quieren emprender.

Fernando, entonces, habla frente a la pantalla de su celular. Le cuenta a los “conectados” sobre sus fracasos, de sus pequeños triunfos, el diario aprendizaje. Mientras que ellos le hacen preguntas sobre cómo hacer crecer una empresa. Y él contesta  -con la tranquilidad de un negociante- con claves que van desde darle importancia a la contabilidad, hasta como armar la estrategia digital o, incluso, el cómo su pasión lo hizo pasar de vender 10 prendas por semana a más de 10 mil polos, poleras, pantalones o shorts durante la pandemia, usando una fórmula mágica: vender ropa de calidad por internet, enviar sus productos a Lima y regiones a través del courrier y explotar al máximo sus redes sociales para comunicarse con sus clientes y ofrecerles “promociones” al punto de fidelizarlos y que le agarren cariño a su marca. Cariño que se ve traducido en el apelativo, Tío Free, muy sonado durante sus sesiones de Instagram Live.

“Free es por mi nombre, Fernando, y porque traducido del inglés al castellano, significa libre”, explica Nuñez, en un alto a sus funciones como emprendedor de la moda urbana. “Yo solo quería vender y crear mi propia ropa con una visión: hacer prendas que me gusten mucho y que yo mismo pueda usar”, cuenta, a través del Zoom, y nos muestra el polo que lleva puesto. Es uno blanco con cuadrados plomo y negro. “Yo uso mi propia ropa”, enfatiza, con el orgullo de los apasionados, y sugiriendo que él, exigente ingeniero industrial, no podría usar algo que odie por su mala calidad y, por lo tanto, no podría ofrecerles a sus seguidores un producto bajo, chato, que solo le generaría ganancias, mas no respeto. El siempre, dice, quiere lo mejor.

La confusión y el progreso

Fernando Magno tiene 28 años. Nació en Tarma y desde los 17 vive en Lima. Terminó la secundaria y llegó a la capital del Perú para estudiar en la universidad. Pretendía postular a la Universidad Católica. Estudiaría Ingeniería mecánica, como su padre. Fernando alucinaba que, escogiendo la misma carrera de su viejo, el camino laboral sería más fácil. Podría trabajar con papá, aunque la idea no lo terminaba de convencer.

Postuló a la PUCP, cuatro veces. Nunca la cogió. Era el año 2011 y Fernando -adolescente flaco y conflictuado- no entendía por qué las cosas no le salían. Era buen estudiante. Incluso en la academia preuniversitaria les enseñaba a sus compañeros, pero al momento del examen, la cachetada del primer fracaso en la vida juvenil era constante: “No ingresó”, se convertía en una frase común para él.

“¿Qué es lo que pasa?, ¿Me autosaboteaba?, me preguntaba”. Fernando se analizaba y un día se sinceró: por qué estudiar algo que no quería. Pero ¿Qué quería? Tampoco lo sabía.

La casualidad del YouTube

Existen momentos en la vida que resultan claves y aparecen de champazo. Fernando en uno de sus tantos días de confusión encendió la computadora y puso música en YouTube. En el video vio al cantante usar un polo que le gustó. Lo quiso tener pero supuso que no lo hallaría. No tenía nociones del mundo textil, ni cómo cortar una tela, pero la curiosidad estaba instalada. Buscó en internet “cómo estampar polos”, aparecieron tutoriales y luego anuncios invitándolo a que se inscriba en talleres de serigrafía. Se anotó en uno que duró cinco días. Fue el tiempo que necesitó para darse cuenta de que, lo que quería en la vida, era diseñar su propia ropa.

Bueno. Decisión tomada. Ahora el tema era convencer a sus padres, señores tradicionales que seguramente oirían espantados la posibilidad de que el hijo, futuro ingeniero mecánico, eligiera el camino de fabricante de polos al menudeo.

Antes de viajar y contarles la decisión, allá en Tarma, Fernando fue a un confesionario. Habló con un sacerdote a quien le pidió un consejo y fuerza para enfrentar el momento. “No quería decepcionar a mi familia. No quería que me dijeran que no. Conecté mi fe con el trabajo y fui a hablar”. Y sus padres lo oyeron. La conversación terminó con un: “Te apoyamos, hijo”. Pero la aprobación vino con una sugerencia. Por qué no estudiar la carrera de ingeniería textil. Le daría una visión más amplia del asunto. Ahí comenzó todo. Era el Jueves Santo del 2011. La aventura estaba por comenzar.

Para resumir la historia Fernando analizó mallas curriculares de diferentes universidades, postuló e ingresó. Estaba en su mundo. Mientras estudiaba, consiguió trabajo en una empresa de ropa, pero sintió que aprendía muy poco y renunció. Consiguió otro empleo en la fábrica de una marca de ropa ecuatoriana. Allí estuvo cinco meses. En la cancha, aprendió de corte y confección, control de calidad, almacén y logística. Así como a reconocer una buena calidad de tela y hasta conoció proveedores. “Sentía que estaba preparado para hacerlo. Renuncié para crear mi propia marca”, cuenta. Así nació Hope, una tienda de ropa con temática de amor y amistad. El primer emprendimiento de Fernando Magno.

La esperanza Hope

Hope es el gran antecedente de Free y es la marca a la que Fernando le debe todo. Su característica es ofrecer ropa para enamorados. Por ejemplo, si el polo del hombre dice “LO”, el de la mujer dice: “VE”. Unida la pareja para una foto, se leerá “LOVE”. Lo mismo sucede con los polos o poleras. Si en una dice “Nigth” en el otro dice “Day”. O “King” y el otro “Queen”.  El efecto es el mismo. Unir mensajes de pareja a través de sus prendas. Ropa hecha con amor.

Los primeros polos de Fernando con la marca Hope, los vendía a través de Facebook. Pegó tanto en redes sociales que pasó de vender 5 polo a vender decenas y luego cientos y después -con los años- miles. Eso obligó a Fernando a pensar en poner tiendas. Las colocó en San Miguel, Surco e Independencia. De pronto el hacedor de polos para el amor gestionaba tiendas y pensaba en expandirse más.

Para evitar que sus proveedores le den tela de mala calidad. Decidió él mismo abastecerse de los insumos. Elegía las telas, las compraba y luego las transformaba en ropa. Es decir: abrió su propio taller en Gamarra. Había alquilado un local, comprado máquinas y había contratado gente. Su negocio siguió creciendo y lo expandió a un más. Para el 2019, creó Textiles Hope, donde vendía poleras para que otras empresas le pongan sus propios estampados. Le iba tan bien que hasta le tiraban sal en la puerta de sus locales para que la vida deje de sonreírle.

Su visión de diseñador de ropa había cambiado. Ahora gestionaba su propia compañía. Se había convertido en un exitoso empresario gamarrino siendo tan joven. Era el año 2019. Pero el trajín, el manejo de dinero, el sentir que no estaba cumpliendo su sueño de diseñar su propia ropa lo hizo caer en depresión. Llegó la tristeza, la ruptura con su novia, las terapias, el alcohol, y otra vez el camino a hallarse.

En ese hoyo nos cayó la pandemia. La crisis económica, el desempleo, que Gamarra permaneciera cerrado. Sin embargo, él encontró en el caos una oportunidad. Volver a sus inicios.

A la par de Hope y pese a tener que cerrar alguna de sus tiendas por la pandemia, decidió abrir una línea de ropa que calce en lo que él quería: diseñar sus propios modelos, como al inicio lo había hecho con Hope. Tenían que ser modelos urbanos. Tal vez poleras tipo oversize, polos básicos que tengan cortes perfectos para que la caída sea natural y se vea estilizada en el cuerpo de quien la use. Volver a su pasión. El origen de todo.

Así nació Free

Free nace en respuesta a la adversidad. Fernando lo tomó como un proyecto personal. Comenzó a contar sobre su idea en sus redes sociales. Y hubo gente que lo escuchó. Comenzó a vender la ropa que él mismo creaba y los pedidos comenzaron a llegar. Al inicio los clientes tuvieron que esperar hasta mes y medio para que le lleguen sus pedidos. Las restricciones de la cuarentena impedían mayor eficacia. Pero cuando comenzaron a llegar los pedidos -vía Courier- a las casas de sus clientes. Sucedió algo maravilloso. Los clientes satisfechos comenzaron a grabarse videos abriendo la cajita donde venía su prenda, lo subían a sus redes personales, y etiquetaban y agradecían a Free, por la buena calidad de su ropa. Fernando -de inmediato- compartía en el Instagram de Free las “historias” donde lo etiquetaban. Eso generó que más gente etiquete a Free. Y logró la mejor publicidad, el boca a boca a través de las redes. Golazo.

Free comenzó vendiendo cinco polos, hoy ya vendió más de 10 mil prendas, cifra que puede sonar a poco para un gamarrino, pero en realidad no lo es. Hope vende miles, Free es el emprendimiento que nació de las ganas de hacer lo que Fernando soñaba, su línea exclusiva de ropa que captaba clientes vendiendo poleras a 2×89, o tres polos por S/.69. O Polos más short a S/. 59. Además, ha creado un lote de prendas Premium con la marca Free, que vende a precios razonables y que sus clientes deben comprar en preventa antes de su lanzamiento.

Con esta interacción en redes, no solo crecieron las ventas de Free, también sus seguidores. Hoy solo en Instagram tiene más de 33 mil atentos a las ya famosas “promos” del "Tío Free". Y que pueden acabar lotes de prendas recién salidas del taller en cuestión de horas o en escasos días.

Como proyectos Fernando seguirá vendiendo online y enviando sus productos por courier. No quiere colocar una tienda física, para seguir con el “feeling” de fabricar poco y vender ese poco de una manera casi artesanal. Sin embargo, piensa en abrir un almacén con el espíritu de la marca. Uno donde los seguidores le pidan una cita el "Tío Free" y éste los guíe a este espacio para que ellos mismos vean -en almacén- los productos en venta. Puedan retirarlos e irse habiendo vivido una experiencia diferente. Pero para eso tendrá que pasar la cuarentena.

Mientras tanto, Fernando Magno Nuñez Cordero, ya lo sabe. Es el emprendedor que creció en medio de una pandemia.

El reconocimiento público que evidencie su valor es una gran vía para mantener motivados a los integrantes de tu equipo

El desempleo en Lima subió a 13% en 2020, el doble que en 2019, de acuerdo a la Encuesta Permanente de Empleo del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Tomando en cuenta esta información, y que según un informe de PWC, Perú ya contaba con un índice de rotación laboral del 20%, los trabajadores en nuestro país viven en una situación de constante incertidumbre.

Por ello es importante practicar la motivación laboral, un factor que debe formar parte del día a día entre los trabajadores. Según estudios de la Universidad de Warwick y del Wall Street Journal con Opener Institute for People, cuando un empleado está satisfecho con su puesto de trabajo es un 12% más productivo y un 31% más eficiente.

¿Cómo impulsar a tu equipo?

En estos tiempos de incertidumbre es importante que demos la calma y recursos suficientes a nuestro equipo. En ese sentido, el economista conductual David Laurent recomienda lo siguiente:

  1. Conócelos de verdad: Un líder de equipo debe saber cuáles son las metas profesionales de los integrantes de su equipo, pero es importante también conocer sus objetivos personales, es decir cuáles son sus virtudes, pasiones, o hobbies. “Recuerda que antes de ser trabajador, es una persona”, menciona Laurent. Esto genera un vínculo de confianza que ayuda a ambos lados.
  1. Que no dependan de ti: Capacita a tu equipo en sus labores para brindarles cierta independencia dentro del trabajo. No todas las decisiones pueden pasar por ti porque generaría un cuello de botella y el equipo no desarrollará su criterio propio. Lo mejor es empoderarlos y confiar en su desempeño.
  1. Reconoce su trabajo: Existe una razón por la que cada una de las personas de tu equipo están ahí. “Si está en tu equipo, seguramente hace algo bien”, recuerda el economista conductual. Es importante tomar el tiempo de reconocer directamente sus logros. Evidenciar su valor potencia su motivación. “Un plus es que enumeres a detalle las acciones que lograron con éxito”, recomienda Laurent.

Los nuevos ambientes de trabajo serán predominantemente virtuales con el avance de la pandemia. Por ello, Gabriel Regalado, CEO de Mercer Perú recomienda afrontar este proceso de adaptación o “reskilling” con la mayor apertura física y emocional

Conforme se prolonga la pandemia, la necesidad de desarrollar habilidades digitales se hace más urgente. Un estudio de EY Perú, publicado en setiembre del año pasado, encontró que el 55% de empresas peruanas ya había implementado cambios en su estructura organizacional para contar con equipos que tengan mayores capacidades digitales, principalmente, debido al trabajo remoto.

En todo el mundo el escenario es similar. De acuerdo a un análisis del Foro Económico Mundial, casi un tercio de todos los empleos del mundo se transformarán por la tecnología en la próxima década. Para Gabriel Regalado, CEO de Mercer Perú, lo abrupto de esta transición obliga a que sean los propios profesionales quienes busquen formas de adaptarse al nuevo contexto.

“Es evidente la necesidad de capacitarnos en nuevas habilidades, sin embargo, la velocidad del avance tecnológico imposibilita una respuesta eficiente de la academia y los gobiernos. Por ello, la carga del proceso recae en las compañías y nosotros mismos”, afirma.

Estrategias para reinventarse

Como lo indica el artículo “La transformación digital es sobre el talento, no sobre la tecnología”, de la revista Harvard Business Review, es posible adquirir muchas herramientas distintas, pero el talento de un buen equipo es invaluable. En esa misma línea, Regalado considera que existen al menos cuatro principios para el “reskilling” o adaptación de las habilidades:

Las fortalezas. Enfocarnos en las fortalezas nos permite desarrollar con mayor rapidez ciertos conocimientos y habilidades, ganando la confianza necesaria para proseguir.

Establecer un “quick win”. Entender las demandas de habilidades alrededor del área de experiencia que se tiene. Esto ayuda a establecer objetivos de corto plazo y es fundamental para seguir potenciando la confianza.

Revisar la tendencia de la industria. Entender lo que sucede en las compañías del mismo giro empresarial ofrece algunas pistas sobre qué habilidades se deben potenciar primero. Ello, siempre que tu plan sea continuar en la misma industria.

Consultar al círculo de confianza. Todos tenemos un grupo de colegas y profesionales a los que respetamos, por lo cual consultarles sobre su opinión en nuestro desarrollo nos permitirá ver este proceso desde otros ojos. Esto con seguridad brinda otra perspectiva sobre el camino a seguir.

“Si bien estos puntos se basan en áreas conocidas –fortalezas, industrias, y colegas–, no es menos cierto que debemos afrontar el proceso desde la apertura mental y emocional para adquirir nuevos conocimientos, considerando que el mismo podrá hacernos sentir incómodos, y tendremos que lidiar con ello enfocados en nuestro objetivo”, precisa.

​​​​​​​Las pasarelas de pago son muy importantes para lanzarse al mercado de las ventas por internet. Experto recomienda escoger una que cuente con la tecnología necesaria para soportar una gran cantidad de compras.

Debido a las restricciones en el libre tránsito y la nueva cuarentena, incluso los bienes esenciales están siendo vendidos a través de internet. Por lo tanto, ahora más que nunca, los negocios requieren de una herramienta que les permita tener pagos seguros a través de sus tiendas virtuales. Es allí donde entran a tallar las pasarelas de pago.

Según la Cámara Peruana de Comercio Electrónico (Capece), una pasarela de pago es la que se activa a partir del botón “pagar” y permite que el comprador utilice distintos medios de pago (tarjetas de crédito, de débito, cuenta de depósitos, pagos en banco, en efectivo, entre otras opciones). Se encarga de “transportar la transacción a las redes procesadoras de los pagos”.

En el Perú, existen más de diez pasarelas de pago distintas, pero cada una tiene sus propios atributos y diferentes maneras de integrarse al sitio web del negocio. Para Óscar Quevedo, Head of Marketing and Design de la pasarela de pagos Kushki, la seguridad en las compras tiene que ser uno de los focos para cualquier empresario.

“Se debe contar con aliados estratégicos que ofrezcan garantías para los clientes en cuanto al resguardo de sus datos e información financiera. Los empresarios deben entender que, si no ajustan sus procesos desde tener una buena página web, procesos de compras seguras y estrategias de entrega eficientes, pondrán en juego muchas cosas como la reputación y la credibilidad del sector”, precisa.

Tecnología y buen servicio

Respecto a la experiencia del cliente, Quevedo recuerda que el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) emitió recientemente una normativa que sanciona el fraude, las demoras en pagos y las entregas de productos. Por ello, es fundamental trabajar con pasarelas de pago que garanticen la seguridad de los clientes.

“Las pasarelas de pago deben contar con varias medidas dentro de su infraestructura como políticas y procesos de seguridad. En Kushki, trabajamos sobre la plataforma AWS (Amazon Web Services) quien provee de diversas herramientas de seguridad como firewall perimetral, WAF, segmentación de red, escáner de vulnerabilidades interno y externo (ASV), antimalware, cifrado de base de datos, bóveda de contraseñas, entre otros”, comenta.

Vale la pena mencionar que las certificaciones también permiten conocer que la pasarela que está ofreciendo sus servicios a los comercios tiene la tecnología para aguantar una gran cantidad de compras. Esta capacidad es muy importante para que los consumidores no tengan problemas a la hora de hacer sus compras.

Si las organizaciones garantizan que su infraestructura tecnológica puede recibir un alto tráfico, y eso se suma a un buen posicionamiento, seguramente la coyuntura les ayudará a potenciar sus ventas y mitigar los efectos de la crisis.

Ser capaces de adaptarnos con resultados positivos a situaciones adversas es un factor clave para el desarrollo en un escenario tan cambiante como el actual

El 2020 fue un año distinto a cualquier otro. Todo lo planificado cambió y, de una u otra forma, tuvimos que adaptarnos a los efectos de la pandemia de la COVID-19. Muchos cambios por factores externos producen una crisis personal que nos aleja del desarrollo planificado. Se hace necesario, entonces, aprender a vivir en tiempos de incertidumbre y aun ante la crisis, adaptarnos con resultados positivos. Esa habilidad de supervivencia puesta en práctica ante la adversidad se conoce como resiliencia.

Para la Asociación Americana de Psicología ser resiliente significa llevar “el proceso de adaptación exitosa frente a la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o las fuentes significativas de estrés, tales como problemas familiares, o en las relaciones interpersonales, graves problemas de salud, así como situaciones de estrés a nivel laboral o financiero”.

Ya en el 2018, INEI describe este valor como una característica necesaria para el desarrollo sostenible del Perú hacia el 2030 y se propone “fomentar la resiliencia de las personas ante situaciones de vulnerabilidad a los fenómenos externos relacionados con el clima y otras perturbaciones y desastres económicos, sociales y ambientales”. Por ello, es importante cultivar este valor en beneficio de nuestra vida personal y laboral. Además, es una característica importante también de las organizaciones con proyección a un desarrollo sostenible.

Resistiendo a la pandemia

José Miguel Marchena, director de Innovación y Desarrollo de ISIL detalla que para septiembre de 2020, el 44% de los ejecutivos de las principales empresas manifiestan tener un mal clima laboral y por ello, se hará necesario invertir en servicios de salud y bienestar. “Estos resultados son el reflejo de la necesidad de las personas en poner como prioridad su salud mental y física y en el caso de las empresas, el protagonismo que tienen sus colaboradores de cara a la situación que vivimos por la pandemia”, manifestó Marchena. Por ello, las organizaciones y emprendimientos deben cuidar ese equilibrio y bienestar que necesita toda persona para desarrollar su trabajo de la mejor manera y así, la empresa también pueda sobrevivir y reinventarse en tiempos complejos. Esa característica es conocida como resiliencia organizacional. 

Resiliencia organizacional: Para la compañía de normas comerciales, BSI, la resiliencia organizacional se define como la capacidad de una organización para anticiparse, prepararse, responder y adaptarse a los cambios cada vez mayores y a las interrupciones repentinas con el fin de sobrevivir y prosperar.

Equilibrio entre la vida laboral y personal: Para la doctora Patricia Cossío Torre, una organización es considerada como resiliente solo si sus empleados tienen un equilibrio entre su vida personal y laboral. De esta forma, los objetivos de la compañía se cumplen si la persona siente también que cumple sus objetivos personales y si considera que la empresa lo valora y cuida con empatía, considerando las dificultades personales que puede atravesar en una época de tanta incertidumbre como la actual. Ese clima de reciprocidad permite también que el trabajador se adapte con mayor facilidad a las nuevas estrategias y enfoques de la empresa.

Recuerda que los motivos de un despido deben estar dentro de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral.

Miles de trabajadores se vieron afectados por los estragos económicos que la pandemia por COVID-19 viene dejando. Entre julio y septiembre de 2020, el desempleo a nivel nacional creció al 9,6%. Esto significa que más de un millón de personas buscan empleo en las zonas urbanas de nuestro país.

En esta segunda ola y con la llegada de la nueva inmovilización social obligatoria, nuevamente miles de trabajadores temen no solo a la pérdida de su puesto laboral, sino a un posible contagio y cómo esto puede afectar su trabajo.

Para tener el panorama claro, conversamos con Christian Montero, abogado especializado en Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, que nos da luces al respecto:

¿Es posible que un trabajador sea despedido o reducido de sus beneficios laborales al contraer covid-19?

No es posible que un trabajador sea despedido y menos reducido de sus beneficios en este caso. Lo que corresponde en primer lugar es que se le otorguen los descansos médicos, que el trabajador vaya a cuarentena y progresivamente vaya retomando el trabajo, remoto por ejemplo, al mejorar. Es importante que la empresa esté pendiente de que el trabajador sea atendido adecuadamente a través de el médico que le corresponde, de acuerdo al seguro que la empresa haya adquirido para el trabajador.

¿Qué puede hacer el trabajador que ha sido despedido por esta causa?

No hay una causal que habilite a un empleador a despedir a un trabajador por enfermedad, a menos que esta enfermedad lo inhabilite de forma permanente. En ese  caso particular lo que el empleador debe hacer es reubicarlo, pero no aplica para el COVID-19. Si el trabajador ha sido despedido, debe ser por una causal que esté en la ley y debe estar especificada dentro de un procedimiento de despido donde a través de una carta, el empleador expliquen el motivo de despido. Estos motivos deben estar dentro de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral. Ni el COVID ni contraer una enfermedad son una causa de despido. El trabajador puede recurrir a la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL) para que la empresa sea sancionada por hacer este despido injusto o arbitrario. A nivel jurídico se trata de un despido incausado.

¿Cuáles son los pasos a seguir en caso de que un trabajador contraiga COVID-19 en trabajo remoto?

Lo que debe hacer el trabajador cuando se contagia de COVID es avisar al empleador. El trabajador que contrae COVID en trabajo remoto tiene derecho a todas las prestaciones de salud que le corresponden, y tiene derecho al descanso médico. Al presentar el documento de descanso al empleador, va a evitar que se le generen descuentos  en el proceso de enfermedad.

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