Es grave lo descubierto por el programa Cuarto Poder respecto de reuniones extraoficiales del Presidente de la República ocurridas en su casa particular en Breña, con autoridades políticas y, lo que es más cuestionable, con empresarios que luego resultan siendo proveedores del Estado y ganadores de millonarios contratos.
Castillo se zurra en la ley de transparencia y no lo hace por simple descuido. Obedece a una intención explícita de esconder actos gubernativos de la mirada ciudadana. Y quien eso hace, sin duda es porque trata de esconder actos que puedan ser reñidos con el buen proceder administrativo.
La propia Contraloría ya había advertido que este tipo de reuniones violaban la ley de transparencia y por eso, presuntamente, se suspendieron y se trasladaron a la sede palaciega. Por lo que se ve, Castillo ha seguido con sus malas artes con sentimiento de impunidad.
Lo reiteramos: sinfín de empresarios cuentan, sotto voce, que en muchas gestiones con el Estado, normalmente fluidas porque no tienen nada de irregulares, suelen aparecer dizque emisarios del poder, que solicitan coimas para facilitar las firmas necesarias de modo que salgan los contratos o se activen los mecanismos administrativos normales. Y ocurre en muchas instancias sectoriales del poder.
Los veinte mil dólares encontrados en un baño de Palacio a Bruno Pacheco, exsecretario de la Presidencia, apuntan en esa perspectiva, a ser un pago irregular por servicios que, no se sabe, podrían llegar a involucrar al propio Primer Mandatario, pero que un fiscal enclenque ha dejado pasar, al no requisar al teléfono del exsecretario, ni detenerlo por sospecha de corrupción. Es lo que correspondía y aún corresponde que se haga.
Castillo está comprando todos los boletos para ser vacado. Según la última encuesta del IEP, un 43% aprueba la vacancia frente a un 55% que la desaprueba -aún no es mayoritaria la exigencia de vacancia-, pero en la misma encuesta se refiere que el 62% de los ciudadanos cree que Castillo no terminará su mandato.
Por lo pronto, estos hechos animan a quienes esperan que se logren al menos los 52 votos necesarios para que Castillo o su abogado concurran al Congreso a dar explicaciones que el inquilino palaciego nunca le ha dado a la prensa respecto del sinfín de irregularidades que ha desplegado, con notable prodigalidad, en estos primeros cuatro meses de gobierno.