Si la derecha lograse, con suerte, ganar una elección, y no es capaz de hacer eso y reedita lo que ha hecho en los últimos 30 años, va a fracasar estrepitosamente (la conflictividad social va a ser enorme y probablemente se lleve de encuentro al régimen instalado), y entonces le dejará, ya por un buen tiempo, la puerta abierta a opciones socialistas, estatistas, colectivistas, radicales, que habrán logrado su triunfo soñado por obra y gracia de una derecha poco ilustrada, ineficaz en la cimentación de ciudadanía.
No se ve en el horizonte que se esté siquiera pensando con sentido de urgencia en una opción de ese perfil. Están los mismos candidatos de siempre, las mismas canseras ideológicas, y, por ende, las mismas perspectivas gubernativas que ya hemos visto en los últimos lustros. Si al Perú lo conquista la izquierda, va a ser culpa directa y casi exclusiva, de un centro y una derecha políticamente incompetentes.