El Congreso va a tener que hilar fino, políticamente hablando, si quiere aprobar lo que correspondería, que es la vacancia de un gobernante nefasto y, según multiplicidad de indicios, corrupto, que nunca debió llegar a Palacio y que ahora debería tratarse de que esté el menor tiempo posible.
Si la vacancia es imposible, como lamentablemente parece, las bancadas mayoritarias deberán juntarse y aprobar, con gran sacrificio, un adelanto de elecciones generales -presidenciales y parlamentarias- que le permita al Atila chotano quedarse solo un año más en Palacio y que luego marche, seguramente, no a su casa sino a Piedras Gordas.