Karelim López ha abierto la caja de Pandora. En su declaración ante la Fiscalía, la lobbista habló de siete contratos firmados con grandes compañías chinas, por S/804,6 millones, como parte de una mafia en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) que involucra al presidente Pedro Castillo. Lo llamativo es que, al analizar las licitaciones, todas parecen cortadas exactamente por la misma tijera.
Sudaca revisó en detalle los concursos y descubrió un mismo patrón en el proceder de los ganadores. En los siete contratos, a la China Civil Engineering Construction Corporation, la China Railway Tunnel Group y la China Railway Nro. 10 Engineering Group −tres gigantes globales de la construcción−, les sonrío una inusitada buena fortuna: ganaron por sorteo (o forzaron el azar, como veremos más adelante).
Pero lo más interesante es lo que hicieron antes. Las tres compañías se presentaron a los procesos de selección siempre con una propuesta económica que representaba el 80% del valor referencial máximo. Para Óscar Saravia, experto en contrataciones con el Estado, es probable que el plan haya sido aumentar luego ese monto mediante adendas gestionadas por contactos dentro del MTC.
“SE HAN ENSAÑADO CON MI EMPRESA”
China Civil Engineering Construction Corporation pertenece a China Railway Construction Corporation, considerada una de las firmas constructoras más poderosas del mundo. Por su parte, China Railway Tunnel Group y China Railway Nro. 10 Engineering Group son subsidiarias de otro monstruo constructor, la China Railway Group. Estos pulpos corporativos son estatales y los comandan dirigentes del Partido Comunista del país asiático.
Reportes de prensa dan cuenta de que las matrices de ambas constructoras van de la mano por el mundo y han trabajado juntas en Asia, Sudamérica y África, incluido un ferrocarril en Etiopía.
Uno de los concursos en los que Karelim López denunció irregularidades fue el de conservación del corredor vial en la frontera con Bolivia, entre Tacna y la ciudad puneña de Mazocruz. A la puja se presentaron China Railway Nro. 10 Engineering Group y China Civil Engineering Construction Corporation.
En setiembre Provías Nacional, entidad adscrita al MTC, divulgó las bases de la licitación para el corredor Tacna-Mazocruz. El valor de referencia máximo fue fijado en S/145,6 millones; y el mínimo, en S/116,5 millones. Es decir, el 80% del tope.
El consorcio integrado por China Railway Nro. 10 Engineering Group quedó fuera al lanzar una oferta inferior al monto mínimo. Pero en el juego siguió la otra asiática: China Civil Engineering Construction Corporation. Esta compañía se presentó con un socio minoritario, INIP Ingeniería Integración de Proyecto, que está en el centro de la polémica por haber ganado S/581 millones durante este gobierno sin tener experiencia en obras públicas.
La dupla chino–peruana presentó una oferta de S/116,5 millones: el valor mínimo. En cambio, otro consorcio integrado por Termirex, empresa que Karelim López ha representado en varias oportunidades, lanzó una propuesta de S/145,6 millones, el monto máximo, y fue eliminado en la primera etapa. “Termirex presentó una oferta al 100% porque su estructura de costos no le daba para rebajar”, dice a Sudaca José Francia, representante legal de la compañía.
Al final, los chinos quedaron empatados con otras dos empresas que habían presentado una oferta igual a la suya. El Sistema Electrónico de Contrataciones del Estado (Seace) dirimió el asunto con un sorteo digital. La tinka, realizada el 29 de septiembre, dio como ganador al consorcio peruano-portugués Vial del Sur, quedando apenas como segunda opción la sociedad conformada por China Civil Engineering Construction Corporation.
Pero el comité de licitación de Provías Nacional, presidido por Joel Bullón Churampi, se tumbó al ganador argumentando que no acreditaba los ocho años de experiencia fijados en los requisitos. “Me sacaron a la mala. Ellos adujeron que me faltaba experiencia, pero en el OSCE acredité eso para obtener mi certificado de contratación. No impugne porque había que pagar un millón de soles de fianza”, dice Gary Dávila, representante del consorcio Vial del Sur. Y luego agrega: “Me he quedado picón porque se han ensañado con mi empresa. Y no sé qué pensar con todo lo que ha salido”.
Con esta decisión, la sociedad formada por China Civil Engineering Construction Corporation e INIP selló un contrato de S/116,5 millones el 8 de noviembre del 2021. Se trata de una dupla que ha sido imparable en el gobierno de Castillo, con el que ha ganado tres licitaciones más organizadas por Provías Nacional.
En agosto, por ejemplo, obtuvieron la buena pro para remodelar un corredor vial en Ilo y Tacna por S/65,7 millones. En octubre, se adjudicaron una subasta para mejorar una carretera en Sullana por S/106 millones. Y en noviembre, otra para la conservación de una pista en Piura, por S/125,5 millones, venciendo por sorteo a Termirex y a otras tres compañías. En estos tres concursos los chinos hicieron la misma jugada: presentaron ofertas económicas al 80%, compitieron con otras empresas estatales chinas, vencieron a Termirex de Karelim López y definieron en la ruleta.
“Una opción es que la licitación esté concertada para que gane la empresa china y las otras que presentan ofertas sólo estén acompañándola y ya sepan quién va a ganar. La otra opción es que se adjudica al 80% y no a un monto más alto porque ya tienen un contacto con la entidad pública y, una vez que se realiza el contrato, se empiezan a hacer jugadas, como adendas”, dice Óscar Saravia, experto en licitaciones.
MODUS OPERANDI
El mismo modus operandi siguió en licitaciones con otras firmas asiáticas. En octubre del año pasado, le tocó el turno a China Railway Nro. 10 Engineering Group, que ganó la buena pro para remodelar un corredor vial que abarca las regiones de Cajamarca y Piura por S/158,3 millones. La compañía tuvo como socio minoritario a la empresa peruana Grupo Constructor y Consultor Asociados. Para variar, compitió con otra firma estatal china, presentó una oferta al 80% y ganó apelando a la buena fortuna del dragón.
El sorteo electrónico en las licitaciones públicas fue implementado en el 2020, debido a la pandemia. Un funcionario autorizado registra los datos de los postores de una licitación en el portal del Seace y, si hay un empate, la web dirime al azar de manera electrónica. El desempate ya no se hace a través de un notario.
“Si hubiera un empate, el orden de prelación se determina por sorteo. Posteriormente, se verifica el cumplimiento de los requisitos de calificación previstos en las bases, según el orden de prelación que resultó de la etapa de evaluación”, responden en el Organismo Supervisor de Contrataciones del Estado (OSCE). Dicen que es un sistema libre de sospechas.
Pero el experto Óscar Saravia arquea las cejas al conocer que los chinos tienen tan buena estrella en la ruleta. “Si cada vez que ha habido empate [se refiere a los concursos], ganan los mismos [los chinos], me estaría dando a entender que están manipulando el sorteo”, apunta.
Y es que el asunto no quedó ahí. Dos licitaciones más, realizadas en diciembre y que tuvieron como ganadora a China Railway Tunnel Group, tuvieron el mismo patrón que las anteriores. Una fue para remodelar una carretera en Huancayo, por un monto de S/52 millones. La constructora midió fuerzas en un sorteo con la dupla de China Civil e INIP, que quedó en el segundo lugar.
La otra adjudicación fue para mejorar una pista en Abancay, con un valor de S/180,6 millones. En este último concurso también compitió China Civil Engineering Construction Corporation. Sobre esta, vale decir que su apoderado es Jaime Lino Moya. Él es un exmilitante aprista, al igual que uno de los integrantes del comité de esta licitación, Henry Carrillo Villegas.
Lino y Carrillo coinciden en varias cosas: los dos nacieron en San Juan de Lurigancho, y se afiliaron y desafiliaron en el Apra el mismo día, según el Jurado Nacional de Elecciones. Un 23 de agosto del 2008 ingresaron al partido de la estrella y lo abandonaron un 7 de septiembre del 2021. “No conozco al señor Lino Moya. No sé de qué me estás hablando. A mi me convocan en un comité de licitación. Yo no escojo. Me inscribí en el Apra hace 22 años y nunca activé”, dice a Sudaca Carrillo.
China Civil Engineering Construction Corporation no salió victoriosa en esa puja, pero ganó una compañía que, al igual que esta, es controlada por el Estado chino.
China Civil no quiso responder para esta nota y solo nos reenvió un comunicado en el que acusan a Karelim López de “querer desprestigiarnos y favorecer” a empresas competidoras. Por su parte, Jhon Jairo, representante de China Railway Tunnel Group, dice a Sudaca: “Nosotros presentamos una oferta del 80% porque esa es la idea para quedar primero. La oferta es más atractiva para la entidad mientras más bajo sea el monto. Para ir al 80% hacemos un estudio de mercado. No tenemos nada que ver con los sorteos”.
Jairo dice que Karelim López busca desprestigiar a las compañías chinas. “Nos quieren desprestigiar y quitar a las empresas chinas de la competencia”, dice. Y defiende que firmas del dragón asiático compitan en una misma licitación a pesar de tener un mismo dueño: el gobierno de su país. “Son empresas diferentes las que compiten. Tienen distintas matrices y pertenecen a otros grupos económicos”, añade.
Jorge Ñahue, director ejecutivo de Provías Nacional, insistió en que los sorteos fueron transparentes en la conferencia que significó el último acto público de Juan Silva como ministro de Transportes, antes de su caída. El escándalo, sin embargo, parece no acabar con él.