fapjunk.com teensexonline.com
Congreso archivos | Página 2 de 21 | Sudaca - Periodismo libre y en profundidad

Congreso

[LA COLUMNA DECA(N)DENTE] En el actual y convulso panorama político que atraviesa el país, la Fiscal de la Nación, respaldada por más de 40 congresistas, se ve envuelta en una situación sumamente crítica. Una minuciosa investigación liderada por una fiscal ha arrojado indicios razonables que apuntan a la posible participación de la titular de la Fiscalía en una presunta organización criminal. Con base en las primeras investigaciones, esta red delictiva habría operado con el objetivo de garantizar la impunidad de los congresistas a cambio de sus votos para inhabilitar a la fiscal Zoraida Ávalos, designar al Defensor del Pueblo e investigar y destituir a la Junta Nacional de Justicia.

Ante el descubrimiento de estas actividades ilícitas, los presuntos integrantes de la organización criminal han adoptado la estrategia de «morir matando». Movilizando todos los recursos a su disposición, están llevando a cabo maniobras legales y políticas para evitar su inminente caída y la de los congresistas vinculados. En un giro sorprendente, la Fiscal de la Nación, en horas de la madrugada del lunes 4 de diciembre, firmó la resolución que destituyó a Marita Barreto de su cargo como coordinadora del Equipo Especial de Fiscales contra la corrupción del Poder, fiscal que venía investigando a sus asesores desde hace tiempo. Simultáneamente, acusó a la presidenta de la república, al primer ministro y a tres ministros de homicidio calificado en agravio de Víctor Raúl Santisteban, así como de lesiones graves en perjuicio de Sebastián Murillo y otros ciudadanos. A estas acciones se suma la moción presentada por algunos congresistas, que busca someter a una investigación sumaría a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia por “falta grave”.

Estas medidas buscan desviar la atención pública de las acusaciones iniciales, generando confusión y pretendiendo desgastar la capacidad de respuesta de aquellos que, en estricto cumplimiento de sus atribuciones, tienen la potestad de investigar y sancionar a la Fiscal de la Nación. En este complicado juego político, la expresión «morir matando» resume la intensidad de las acciones emprendidas por la presunta organización criminal para preservar su poder y evitar las repercusiones legales de sus acciones; y de la disposición a emplear cualquier recurso que se encuentre a su alcance.

En este escenario político convulso, las revelaciones actuales no hacen sino reafirmar una triste realidad que se repite: la venta de votos en el Congreso, la obstrucción de investigaciones fiscales y la perpetración de actos de corrupción son prácticas que persisten. Estas acciones, impulsadas por intereses particulares y de grupo, dejan al descubierto la falta de integridad y la miseria moral de aquellos que las ejecutan.

La democracia se basa en la idea de que el poder debe emanar del pueblo y que los representantes electos deben actuar en el interés del bien común. La venta de votos es una práctica que socava aún más la legitimidad del Congreso. Cuando los congresistas venden sus votos, están traicionando la confianza que les ha depositado el pueblo. La obstrucción de investigaciones fiscales es otra práctica que atenta contra la democracia. Cuando se obstaculizan las investigaciones fiscales, están impidiendo que se haga justicia y que se sancione a los responsables de actos de corrupción. La perpetración de actos de corrupción es una violación de la ley y de los valores democráticos.

Finalmente, esta coyuntura crítica podría convertirse en un punto de inflexión para un resurgimiento democrático, donde la integridad y la ética recuperen su lugar central en la conducción del país, en la administración de justicia y en la política.

Tags:

congresistas, Congreso, Democracia, Fiscal de la Nación

[LA COLUMNA DECA(N)DENTE] La política nacional está plagada de políticos que mienten, manipulan y abusan de su poder para beneficio propio. Este drama de deshonestidad, manipulación y abuso de poder tiene cinco protagonistas:

La presidenta: una líder que miente sin descaro sistemáticamente para preservar su poder.

El primer ministro: un aprendiz de maestro de las artes de la manipulación y la prestidigitación que oculta pruebas para protegerse.

El congreso: una institución que se regodea en las gollerías del poder y traiciona de manera reiterada el mandato ciudadano.

Las máximas instancias judiciales: un pilar fundamental del estado de derecho que se ve amenazado.

Los ciudadanos y ciudadanas: cansados, atemorizados, hartos, desorganizados, pero…

Acto I: La presidente y sus mentiras descaradas

La presidenta, investida con la responsabilidad de liderar una nación, se desdibuja ante la audiencia. Atrás quedan las promesas electorales reemplazadas por mentiras descaradas destinadas a preservar el poder a cualquier costo. La confianza de los ciudadanos y ciudadanas, esencial para la estabilidad de cualquier democracia, se desvanece en el humo de las falsedades tejidas por una presidenta que, parafraseando a su primer ministro, tiene “comando, pero no mando”.

Acto II: El ministro y el ocultamiento de pruebas

En el oscuro trasfondo de esta trama, un primer ministro se erige como un aprendiz de maestro de las artes de la manipulación y de la prestidigitación. Dispone el ocultamiento de pruebas que podrían poner al descubierto sus tejes y manejes reñidos con el buen uso de los recursos públicos. La transparencia, lema y práctica olvidada, es sustituido por una cortina de secretos diseñada para protegerlo.

Acto III: El Congreso y las gollerías del poder

En el Congreso, la moralidad se desvanece ante la voracidad y procacidad de quienes detentan el poder legislativo. Aprovechan y maximizan todas las gollerías que les permite su privilegiada posición, se enriquecen sin rubor alguno y consolidan sus particularísimos intereses. La traición al mandato ciudadano se convierte en moneda corriente en esta grotesca representación de la democracia.

Acto IV: El ataque a las máximas instancias judiciales

El clímax de este drama se desata con un ataque directo de los congresistas a las máximas instancias judiciales, pilar fundamental del estado de derecho cuyos cimientos se resquebrajan mientras se intenta socavar la independencia judicial. La justicia se ve amenazada por la influencia corruptora de quienes buscan proteger sus intereses particulares ajenos al bienestar común.

Epílogo:

¡Ciudadanos y ciudadanas hay muchísimo que hacer…! Pero, ¿por dónde empezar?

Tags:

Congreso, Democracia, dictadura, Presidencia, Primer ministro

[LA COLUMNA DECA(N)DENTE]  La destitución de los integrantes de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), en curso, es una muestra más de que los congresistas pueden hacer lo que les plazca. Es como si con ello demostraran que son capaces de cualquier cosa para proteger y garantizar sus intereses personales y de grupo. Intereses que no se condicen con el bien común, sino todo lo contrario. Son intereses mezquinos, particulares e ilegítimos. Esa demostración de poder es obscena. Su intención no solo es la de copar la JNJ, elegir a las máximas autoridades electorales del país sino, sobre todo, proteger y garantizar impunidad a sus jefes y jefas.

A los congresistas de Fuerza Popular, Perú Libre, Alianza para el Progreso, Acción Popular, entre otros más, no les importa que la JNJ sea un órgano fundamental para la defensa del Estado de Derecho y la lucha contra la corrupción; y que su independencia garantiza la imparcialidad y el correcto funcionamiento del Poder Judicial. La destitución de sus integrantes es un acto serísimo de autoritarismo y arbitrariedad.

Ebrios de poder, olvidan que la democracia se sustenta en la independencia de poderes, que es importante para proteger los derechos y libertades de todos los ciudadanos y ciudadanas. Cuando el poder está concentrado en una sola persona, grupo o coalición, es más probable que se abuse de ese poder. Actúan de forma arrogante, prepotente y abusiva, legislando a su favor, contratando a amigos y familiares de sus parejas sentimentales, viajando al extranjero con pasajes pagados por empresarios y “mochando” sueldos al personal a su servicio, por citar algunas de sus tropelías. Muchos se dirán «quien puede, puede”.

Una presidenta demócrata condenaría la destitución de los miembros de la JNJ como un ataque a la democracia y exigiría al Congreso que reconsidere su decisión. Además, apoyaría a las organizaciones de la sociedad civil en su lucha por la defensa del Estado de Derecho. Dina Boluarte, como no lo es, declaró que su gobierno respetará el resultado del proceso sumario llevado a cabo por el Congreso.

La destitución de los miembros de la JNJ, un acto de autoritarismo y arbitrariedad, es un golpe a la democracia. La denuncia nacional e internacional y la movilización y protesta ciudadana, como únicas herramientas para defender la democracia, son esenciales para enfrentar el golpe a la democracia. Además de la consolidación de una plataforma democrática que convoque y organice no solo a las organizaciones de la sociedad civil limeña sino también a las de las regiones, y a los partidos políticos democráticos como, por ejemplo, el Partido Morado, el Partido del Buen Gobierno y Primero la Gente.

 

Tags:

Congreso, Democracia, Dina Boluarte, Peru en Dictadura

El Congreso se alista para dar un zarpazo institucional contra la Junta Nacional de Justicia, sin que haya razones valederas para sancionar o destituir a uno o más miembros de dicho organismo.

Con un cambio imprevisto (inicialmente la Comisión de Justicia había desestimado la solicitud de la congresista Patricia Chirinos), finalmente la alianza fujicerronista logró imponerse y aprobar que la denuncia siga su curso en contra de los integrantes de la JNJ.

No nos conmueve especialmente la investidura de los miembros de la Junta. No ha mejorado un ápice la justicia desde su nombramiento en reemplazo del defenestrado Consejo Nacional de la Magistratura (pero no es éste un test de eficiencia), han cometido impropiedades varias (aprobar la designación de Zoraida Ávalos, con papeles truchos, por ejemplo), pero, sin embargo de ello, no han cometido las faltas graves que se requieren para justificar que el Legislativo los expulse de sus cargos.

Se está forzando una situación jurídica bajo una interpretación caprichosa y abusiva de la norma, porque emitir un pronunciamiento solidario a favor de la fiscal Ávalos puede ser impertinente, pero de allí no pasa, el tema de la edad de la juez Inés Tello fue avalado en la entrevista para su designación por el propio presidente del Tribunal Constitucional de entonces, Ernesto Blume, y que se hayan remitido tardíamente informes anuales al Congreso, es, pues, un descuido amonestable, pero subsanado y bajo ningún criterio una causa que revista mayor gravedad.

Es una mezcla de intento de controlar organismos electorales (ONPE y Reniec), venganza de los “hermanitos”, razzia caviar (a la que se suma, feliz, la izquierda perulibrista), la que explica este descomunal error político y jurídico, que va a dañar aún más la ya alicaída imagen de la democracia peruana.

Pero, como dice el dicho, no hay peor sordo que el que no quiere oír. La mayoría congresal no va a entrar en razones y más temprano que tarde cometerá el legicidio sin importarle las consecuencias y la apertura de una puerta más a la incertidumbre que ya vive el país y que genera tanto impacto en la economía, en la institucionalidad política y en la tranquilidad social.

 

 

Tags:

Congreso, Estabilidad Institucional, Junta Nacional de Justicia

Pareciera que el fujimorismo no ha aprendido la lección del 2016, cuando su infeliz actuación parlamentaria le generó tantos pasivos y anticuerpos que luego Keiko Fujimori no pudo sortear la valla del antifujimorismo y cayó derrotada por el peor candidato presidencial que el Perú ha tenido en las últimas décadas: Pedro Castillo.

Hoy viene desplegando similar irresponsabilidad e impudicia política. Ayer acaba de blindar a la tercera vicepresidenta, Rosselli Amurús, involucrada en escándalos personales y en denuncias de irregularidades en contrataciones bajo su responsabilidad en el Parlamento.

Su propia bancada, Avanza País, había decidido someterla a censura, pero el fujimorismo y Alianza para el Progreso (¿César Acuña quiere arruinar el futuro político de su hijo, Richard?) la blindaron sin pudor ni rubor, rechazando debatir siquiera la moción, poniéndola a salvo de cualquier proceso sancionador que, como correspondía, la expectorara del cargo que desempeña con más desenfado que solvencia.

Lo que causa indignación es el sentimiento de abuso e impunidad con el que actúa la mayoría congresal, digitada por el fujimorismo, que le va a cargar inmensos pasivos a la candidatura presidencial de Keiko Fujimori el 2026 (o antes, si detonara una crisis política), tal como sucedió el 2021.

Lo que es más grave es que el daño no se lo va a producir tan solo a Keiko Fujimori sino a toda la derecha peruana, con la que el pueblo identifica al Congreso y al Ejecutivo, que compiten denodadamente por ganarse el trofeo a la mayor mediocridad política posible.

Ese 90% que desaprueba al Congreso se va a volcar en las próximas elecciones presidenciales por una candidatura antisistema, radical y disruptiva, y le va a ser casi imposible al discurso derechista competir con aquel estado de ánimo. La indignación popular en el interior del país es abrumadora y, al parecer, refractaria a cualquier campaña electoral prosistema, por más de avanzada y sofisticada que sea.

Solo con que el sur andino vote en la primera vuelta del 2026 como votó en la segunda vuelta del 2021 -como va a ocurrir, salvo que ocurra un milagro-, el candidato antiestablishment tendrá 15% de la votación en su bolsillo. Y mientras estas perspectivas nefastas se abren, el fujimorismo juega frívolamente a hacer política menuda en el recinto legislativo.

 

 

Tags:

Congreso, elecciones 2026, Fuerza Popular, Fujimorismo

Hay que ejercer presión ciudadana para que el Congreso se allane a disponer la realización de elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, las llamadas PASO, antes del proceso electoral del 2026.

Es un método probado para mejorar la calidad de la representación y que sea la ciudadanía y no el dedo digitador del líder partidario o, lo que es peor, el dinero del candidato, el que determine su ubicación en las listas congresales.

Debemos revertir esta pavorosa tendencia al deterioro que muestra el Parlamento, como segundo y a veces primer poder del Estado -como sucede ahora- y no se repita el espectáculo deprimente de la representación actual, llena de congresistas corruptos (Los Niños), mocha sueldos, viajeros irresponsables, causantes de escándalos permanentes, y, sumado a ello, absolutamente improductivos en materia legislativa y fiscalizadora.

No hay forma de darle estabilidad política a un país sin un Congreso moderno, democrático, honesto y eficiente. Ya está probado -lo estamos viviendo ahora en carne propia- que la crisis política surgida de un Ejecutivo y un Parlamento mediocres, por más que no sean izquierdistas o radicales, provoca tal zozobra en el mundo inversor que éste se retrae y disminuye su vocación expansiva. El capitalismo, la economía de mercado, se ralentizan si no hay una institucionalidad política mínimamente decente.

Que sea la ciudadanía activa la que elija a quiénes van a ser los candidatos de una lista congresal no es la varita mágica para que tengamos un mejor Congreso. Tenemos experiencia de sobra de Parlamentos con personajes notables que, sin embargo, contribuyeron a la ruina del país (pensemos, sobre todo, en la década de los 80), pero en las circunstancias actuales asegura un mejor mecanismo, superior al vigente, para lograr cierta elevación del nivel político de sus integrantes, lo que ya es bastante decir.

No basta asegurar una economía de mercado robusta y trazar una política proinversión privada, ágil y expeditiva. Se requiere acompañar el capitalismo de democracia. Y no hay democracia cabal sin una funcional separación de poderes, la misma que, a su vez, no es posible si seguimos viendo el deterioro paulatino del poder Legislativo, cueva de mediocres y corruptos, que en lugar de ser fuente matriz de reformas de largo aliento, se ha convertido en pasillo de lobbies y triquiñuelas ilícitas.

 

Tags:

Calidad Política, Congreso, Democracia, elecciones primarias, PASO

Lo que está pasando con la reforma universitaria es la mejor demostración de lo que sucede cuando un Parlamento sin legitimidad, sostenido por una alianza espúrea entre el fujimorismo, el acuñismo y el cerronismo, se desata las trenzas y empieza a gobernar el país.

La nueva Sunedu se ha convertido en mesa de partes. El mismo superintendente tuvo que admitir que este año 56 universidades han abierto 2.250 programas de pregrado y posgrado, sin la certeza de si cumplen con condiciones mínimas de calidad. Hasta el 2020, 38 universidades privadas y 27 públicas tuvieron que desmontar un total de 3.695 programas para lograr su licenciamiento. Esto porque no cumplían con condiciones básicas. Ahora tienen el libre albedrío para volver a abrirlas.

Terco en la estulticia, este Parlamento está desbocado. Quiere desaparecer el sistema judicial autónomo de pérdida de dominio, un mecanismo eficiente para combatir a la corrupción. Está en comisiones para su estudio. Pero lo que sí perpetró fue una salvajada como la de permitir absoluto libre albedrío en el uso de armas en legítima defensa; ahora se tendrá que esperar a que el juicio termine para detener al tirador. El Lejano Oeste traído a nuestras tierras.

Pero el Congreso, que según la última encuesta del IEP solo aprueba el 6%, sigue su marcha en la destrucción de la Junta Nacional de Justicia, sin importarle los argumentos jurídicos que ratifican que eso es una barbaridad sin fundamento. Si a la mayoría conservadora del Legislativo les irrita la composición ideológica de la JNJ pues que espere a que venza su plazo, que es el próximo año, y conforme allí una entidad más acorde a la composición parlamentaria novísima. Pero lo que se quiere hacer, inventando faltas graves donde, en el peor de los casos, solo hubo carencia de sindéresis (con el comunicado por Zoraida Ávalos), es un despropósito.

El odio a los llamados “caviares”, que comparten la derecha y la izquierda radical (véase reciente artículo de Vladimir Cerrón en el diario Expreso), podrá ser políticamente válido (aunque en el caso de Cerrón pasa más por sus desventuras judiciales, de las que acusa a los “caviares” que administran cuotas de poder en el Ministerio Público y el Poder Judicial), los está llevando a destrozar la separación de poderes. La referida encuesta del IEP ratifica ello. Un 64% está en desacuerdo con que el Congreso intervenga en el sistema nacional de justicia. El problema político de fondo es que a este Legislativo, ello ya no le importa. Ya perdió toda vergüenza y es capaz de las peores tropelías.

Tags:

Congreso, reformas políticas, Separación de poderes, Sistema judicial

[AGENDA PAÍS] Hace unas semanas, nos enteramos con sorpresa, que la congresista Digna Calle, del partido Podemos que dirige el controvertido empresario José Luna Gálvez, estaba de licencia desde enero de 2023, despachando y votando de manera remota desde una de sus propiedades en los Estados Unidos de América.

El entonces presidente del congreso, José Williams, consideró que un congresista podía ausentarse permanentemente del hemiciclo y desde cualquier parte del mundo ejercer su labor parlamentaria que incluye representar, fiscalizar y legislar, otorgándole 6 largos meses para que cómodamente, y quizá con un Bloody Mary en la mano, la congresista Calle apriete el botoncito de votación en su celular cuando buenamente se le ocurra.

Al parecer, el reglamento, por omisión ya que la figura de despachar fuera del país no estaba regulada, permitía, aplicándolo al pie de la letra, que se le otorgue una licencia sin goce de haber a un congresista. Sin el más mínimo de criterio, la mesa directiva de Williams, debió limitar no solamente el tiempo (6 meses es un exceso) sino la ubicación geográfica de la congresista ausente.

El descaro de esta “Madre de la Patria” es tal, que pidió una extensión de 2 meses que le fue negada pero igual se los tomó, sin que nada pase, siendo pues el magno Congreso, otra de las tierras de nadie que abundan en nuestro querido Perú.

Ya de regreso, Digna Calle insiste en que no va a ir presencialmente al congreso, porque está lleno de delincuentes, porque no sirve para nada, en fin, a lo Sigrid, que es un zoológico y en eso la verdad, no le falta la razón, ya que, además, por sus actos, es uno de los atractivos principales en la jungla parlamentaria.

Ante esta rebeldía total de la congresista Calle nos preguntamos qué carajo hace el Congreso para, de un lado, modificar el reglamento en cuanto a las licencias que debería incluir no solamente la obligación de permanecer al menos en el territorio nacional, sino también, que, ante una licencia de más de 30 días, esa curul sea ocupada por el accesitario. Y del otro lado, iniciar un proceso en la Comisión de Ética para desaforar a esa congresista.

El desprestigio del parlamento es continuo y creciente, no pasa un solo día sin que nos enteremos de alguna barrabasada e incluso, de asesores pederastas, como el de Susel Paredes y otros con prisión preventiva, como el asesor del congresista Bermejo.

En el Ecuador, el presidente Lasso aplicó una medida constitucional llamada la “muerte cruzada”, una disposición de emergencia donde ambos poderes, ejecutivo y legislativo, son renovados simultáneamente en elecciones complementarias.

En el Perú urge una modificación constitucional en ese mismo sentido, que permita al presidente aplicar la “muerte cruzada” en tiempos de grave crisis política como la que estamos pasando. El mismo ejecutivo debería presentar un proyecto de reforma constitucional y entregarle así la responsabilidad al Congreso, para ver si tienen el coraje de aprobar esta reforma o continúa escondiéndose entre el laxismo, la hipocresía y el cinismo.

Tags:

Congreso, Digna Calle, Regulaciones Parlamentarias, Voto Remoto

En esta pugna ya no sorda entre caviares y DBA se cometen tropelías éticas y brulotes procesales de ambos lados, con fruición y desparpajo. A propósito del conflicto por la permanencia o sanción de los integrantes de la Junta Nacional de Justicia, hemos visto desfilar declaraciones absurdas y cometer dislates de ambas partes, sin contención alguna. Desde los que hablan, con exageración, de que se está perpetrando un golpe de Estado, hasta quienes quieren verlo simplemente como un reajuste administrativo absolutamente normal en una democracia.

El problema mayor, sin embargo, es que la mayoría del país político (lo que incluye no solo a los líderes sino a los ciudadanos interesados en ella), no sintoniza con ninguna de las dos posturas y ve con asombro que se desaten pasiones sin límite y se cometan exabruptos que exceden, inclusive, el ámbito local (como este desatinado pronunciamiento de un funcionario de tercer nivel de la ONU).

Es hora de que se marque la agenda que realmente importa al país más allá de esta pugna que atraviesa diversas instituciones (el Ministerio Público es hoy, por ejemplo, un campo de batalla abierto entre ambos bandos), pero que involucra a dos sectores minoritarios del país. La DBA y los caviares son influyentes, tienen redes de sustento, son bullangeros, pero no son la mayoría del país, ciudadanía que quiere un desarrollo democrático y liberal, ajeno a las bataholas de las que somos testigos en estos días.

Pedir que los partidos políticos comprometidos en el Congreso con los bandos en pugna, se morigeren, es una cuestión innecesaria. Ya es una batalla perdida. Lo que se espera es una renovación del discurso general, fuera del Legislativo, con miras al próximo proceso electoral.

Lo de la JNJ va a pasar -ojalá que en términos democráticos-, pero lo que no puede quedar incólume es la puesta en escena de una guerra política e ideológica que no recoge los reales sentimientos ciudadanos mayoritarios, que andan preocupados por agendas más concretas: seguridad, corrupción, salud y educación públicas, frente a las cuales, la clase política dividida en los bandos señalados, no aporta idea suelta alguna.

 

 

 

Tags:

caviares, Congreso, DBA, Junta Nacional de Justicia, ONU
Página 2 de 21 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21
x