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Lavarse las manos y bañarse seguido. Cada vez que Victoria Huanca escucha esas recomendaciones de autoridades y expertos en salud siente impotencia. ¿Por qué? Porque su casa, en lo alto de un cerro de Villa María del Triunfo, en el asentamiento humano Parque Industrial, no tiene esa ‘suerte’. Si hay días que no tiene agua ni para cocinar, ¿cómo le alcanzaría para asearse constantemente?

Para llegar a la vivienda de doña Victoria, de 49 años, hay que sortear primero un empinado camino de tierra y piedras. Quebradas de por medio, allí una persona puede caerse sin que nadie la empuje. En algunos tramos se cruzan riachuelos de heces y desperdicios. Hay vecinos que los arrojan a las calles polvorientas porque todavía no construyeron sus silos. Sobra decir que en este pueblo joven tampoco hay pistas ni veredas. Las autoridades se han olvidado que existe.

El camión cisterna de Sedapal, que reparte agua de forma gratuita, solo pasa por la casa de doña Victoria una vez a la semana. Cuando lo hace, llena su tanque de plástico de 1.100 litros, que es más conocido por el nombre de su marca: el rotoplas. Todos los días, doña Victoria hace malabares para estirar como chicle la insuficiente ración que recibe. En San Isidro, según el regulador del agua Sunass, una sola persona usa 254 litros al día. Ella vive con sus cinco hijos.

Los olvidados. El asentamiento humano Parque Industrial (Villa María del Triunfo), fundado en  el año 1999, no tiene hasta hoy conexión de agua y alcantarillado. Tampoco, pistas ni veredas (foto: Juan C. Chamorro).

Desde hace dos semanas, además, doña Victoria ya no tiene que luchar solo contra la escasez de agua y la pandemia (ya estuvo enferma el año pasado), sino también contra el hambre. ¿Por qué? Porque no tiene dinero para solventar los gastos económicos ni la alimentación de sus pequeños: ¿Qué pasó? Julio Ramos, su esposo de 40 años, está internado desde hace dos semanas en el hospital Kaelin, muy cerca de que le amputen el pie derecho.

Don Julio se cayó de una escalera, se fracturó el tobillo y se hizo un profuso corte en el pie que le ha provocado una grave infección. Necesita un trasplante de piel. Con esa desgracia encima, ya no puede seguir trabajando como vigilante de un restaurante en San Borja y le es imposible llevar el pan a su hogar.

¿Cómo sobreviven doña Victoria y sus hijos? La dirigencia vecinal de Parque Industrial ha puesto en marcha, desde junio del año pasado, el programa autogestionario Olla Común, que ofrece generosamente el almuerzo a S/1.50 (sí, a un sol con cincuenta céntimos). Pero incluso ese precio es demasiado alto para ella. A su familia, por eso, le entregan la comida -sopa y segundo- gratis.

Otro calvario que vive esta mujer es que su único hijo varón, Julio, tiene una infección en el oído y si no consigue tratamiento. Lo necesita con urgencia, porque puede quedarse sordo.

¿Cómo es un día sin agua en medio de la pandemia? Doña Victoria lo narra a Sudaca: “Es muy triste. El camión viene una vez a la semana, todos los miércoles. No es suficiente. Cuando tenemos niños, queremos bañarlos [todos los días] y no hay agua. Cuando no hay agua [porque no cubre la semana], tenemos que prestarnos de los vecinos, uno o dos baldes” ¿Qué pide, con la voz quebrada? “Aunque sea, que nos envíen el camión cisterna dos o tres veces a la semana”.

Es cosa seria

Nataly Balbín, de 25 años, también es vecina del Parque Industrial de Villa María del Triunfo. ¿Dónde queda exactamente este asentamiento humano? Para llegar, cualquier limeño tiene que ubicarse primero en la cuadra 7 de la avenida Salvador Allende (Pista Nueva), a la altura del paradero del Tren Eléctrico. Allí debe tomar una combi que subirá el cerro y lo dejará en el arco de ingreso del pueblo joven. De ahí en más, hay que caminar. Y es bastante.

Sed de agua. Cada vivienda del Parque Industrial recibe la entrega gratuita de agua, por parte de los camiones cisterna de Sedapal, solo una vez por semana. Es obvio que es insuficiente (foto: Juan C. Chamorro).

Nataly es madre soltera y el agua que le reparten tampoco le alcanza para el aseo, ir al baño, cocinar los alimentos, hacer la limpieza de su casa y lavar su ropa. Sobre todo porque su pequeña hija ha sido operada recientemente. El camión cisterna también llena su rotoplas una vez a la semana. Su casa, en la que vive con sus padres, está ubicada en lo más alto de este pueblo joven.

Desde el año pasado Nataly no puede trabajar porque tiene que cuidar a Antonella, de un año y medio de edad, que fue sometida a la cirugía de displasia de cadera en diciembre. La niña tiene que permanecer tres meses con yeso en las piernas hasta que se recupere.

Pudo pagar el costo de la operación, de S/9.000, gracias al préstamo que le facilitó su primo. Ella ha comenzado a pagarle en cuotas. Sin embargo, necesitará más dinero para la terapia. Acude diariamente al comedor a comprar el menú para ella y su hija. Al no cocinar el almuerzo, ahorra agua para el desayuno y la cena. También puede guardar algo de dinero.

“El agua nos hace mucha falta. Todos los días sufro bastante. Si no viene el aguatero [camión cisterna], tengo que prestarme. A ella [mira a su hija] le lavo de aquí [desde la cintura] hasta la cabeza y los piecitos, pero es insuficiente”, asegura la joven madre.

Cocinar con poca agua

La encargada del comedor que lleva el nombre Olla Común Las Esperanzas, Jovita Betsy Emiliano, dijo a Sudaca que cada día preparan 150 platos de menú. De esa cantidad, 50 almuerzos son repartidos de forma gratuita a los vecinos con mayor necesidad económica, entre adultos mayores y madres solteras. El resto, 100 almuerzos, se vende a S/1.50. Ese dinero sirve para la autogestión: para asegurar la compra de los alimentos del día siguiente. ¿De dónde sacan el agua? Los vecinos que participan colaboran, cada uno, con un balde.

En la Olla Común Las Esperanzas, en el asentamiento humano Parque Industrial, el menú con sopa y segundo cuesta S/1.50 (foto: Juan C. Chamorro).

En total son 80 madres que apoyan y rotan por turnos al comedor, a partir de las 08.00 de la mañana. Ellas se dividen el trabajo por grupos: las que compran los alimentos, las que lavan las verduras, las que recolectan el agua en baldes de los vecinos y las que cocinan. Por la cuarentena, todas se quedaron sin trabajo. Antes de la pandemia, se ganaban la vida como trabajadoras del hogar, ambulantes de la calle y comerciantes.

¿Cuál es la solución? El presidente de la junta vecinal del asentamiento humano Parque Industrial, Ignacio Tito Poma, explicó a Sudaca que Sedapal debería aumentar la periodicidad de la entrega de agua a dos o tres veces a la semana por vivienda. De esa manera, las 900 familias que viven en su pueblo joven, fundado el 9 de septiembre de 1999, podrían pasar con un poquito más de tranquilidad la cuarentena. Igual, nunca estarán totalmente seguros.

¿Por qué? Aparte de cuidarse de no infectarse con el coronavirus, los vecinos de Parque Industrial tienen que hervir bien el agua que reciben. Hay casos en los que se han detectado residuos de pintura y sarro, probablemente porque las cisternas no están del todo limpias.

El año pasado hubo 10 casos de Covid-19 en Parque Industrial y murió una persona. En lo que va de este año, se han registrado siete casos. Hay temor de que el número pueda crecer con el inicio de la segunda ola.

¿Burocracia e indecisión?

¿Por qué no tienen conexión de agua en sus casas? Sudaca le hizo esa pregunta a Tito Poma, de 50 años. El dirigente explicó que se trata de un tema burocrático y de decisión política. Sedapal les ha informado, dice, que la zona debe tener primero un reservorio de agua. Desde hace 22 años, la empresa y los políticos les prometen que ese reservorio se va a construir. El año pasado finalmente recibieron la esperada noticia de Sedapal: la licitación de la obra ya está en marcha. “Ver para creer”, señala don Ignacio.

La directora del colegio Nuestro Sagrado Corazón de Jesús, Jesús Carrasco Anchelia, quien tiene el cargo de representante del Niño, Adolescente y Adulto Mayor de Parque Industrial, ha propuesto una medida de emergencia para paliar la crisis del agua: instalar tanques de agua temporales que tenga mucha más capacidad que un rotoplas.

“Si hubiera [tanques temporales], aunque sea de la pileta cogemos un balde de agua si nos falta. Hay días en que a las familias no les llega el agua [del camión cisterna], entonces tenemos que prestarnos del vecino para [preparar] el desayuno. Sin agua no se vive. El agua es vida aquí”, sostuvo con preocupación.

El baño de la miss Jesús (así la llaman cariñosamente sus alumnos) tiene solo una tasa conectada con un silo. Cada cierto tiempo tiene que mover la tasa a otro lugar para evitar que el silo colapse. Para bañarse, se para sobre el interior de una batea y se echa agua al cuerpo con un recipiente. Reutiliza lo que se almacena en dicha batea para regar las plantas. Otras familias no tienen el ‘inodoro’ de la miss Jesús y deben ir al baño en un hueco en la tierra. Las que no pueden lidiar con el posible colapso de sus silos, echan los desperdicios a la calle.

Otra demanda que tienen los pobladores es que la municipalidad de Villa María del Triunfo, a cargo de Eloy Chávez, agilice los trámites de inscripción de su Olla Común. Así podrían recibir alimentos de la comuna y del gobierno. Exigen también el visado de los planos de sus viviendas para obtener títulos de propiedad del Organismo de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri). De esa forma, cuando se construya el reservorio de Sedapal, si es que se construye pronto, podrán solicitar su conexión domiciliaria.

Cielo Azul

El asentamiento humano Cielo Azul está anclado, al igual que Parque Industrial,  sobre un cerro, aunque un poco más abajo. Está situado en la zona de Manchay, en el distrito de Pachacámac, a un costado del pueblo joven San Judas Tadeo.  Se podría decir que aquí la gente sufre un poco más: las 40 familias que lo habitan, además de no tener agua potable ni alcantarillado, tampoco poseen energía eléctrica.

¿Por qué? Al no tener títulos de propiedad, quienes viven en Cielo Azul no pueden solicitar los servicios básicos como la luz. Los vecinos de San Judas Tadeo que sí tienen medidor de luz en casa −no agua ni desagüe, por supuesto−, les alquilan la corriente eléctrica, permitiéndoles jalar cables, previo pago mensual de S/60. Los que pueden pagar lo hacen. Los que no pueden, como Tula García, de 30 años, iluminan sus casas con velas.

En oscuridad.  En el asentamiento humano Cielo Azul de Manchay (Pachacámac) no solo falta la conexión de agua y alcantarillado sino también la energía eléctrica. Aquí están un poco más olvidados (foto: Juan C. Chamorro).

La  joven mamá de Fred (9) no tiene luz en su hogar desde hace dos meses por falta de dinero. Cuando empezó la cuarentena, la cabina de Internet en la que trabajaba cerró y ella perdió el empleo. Antes de la pandemia se desempeñaba como empleada del hogar, pero sus empleadores le pidieron que se quede ‘cama adentro’. Como ella no podía, pues tenía que cuidar a su hijo, la despidieron.

Para subir a su casa hay que avanzar por un camino de escaleras que una parte es de cemento y, otra, de tierra y rocas. Tula tuvo Covid-19 el año pasado. Tiene miedo de volver a enfermarse por la escasez de agua. Su familia tampoco puede asearse como debería. El camión de Sedapal pasa por su casa una vez por semana. Ella sufre más que otros vecinos porque, encima, su rotaplas está en la parte baja del cerro en el que vive.

La casa de Tula está en lo alto de Cielo Azul. Y como no hay un camino para que el camión cisterna pase cerquita, todos los días tiene que trasladar el agua almacenada hasta arriba en baldes. Son 40 gradas, ida y vuelta. Un vía crucis.

Si bien unos 10 camiones del municipio de Pachacámac, a cargo de Elvis Pomez,  apoyan en la distribución del agua que realiza Sedapal, esto no cubre la demanda. Solo en el distrito hay cerca de 300 asentamientos humanos que no tienen conexión de agua domiciliaria.

¿Cómo es un día sin agua? Sudaca también le preguntó esto a Tula García. Esta es su triste confesión: “En Cielo Azul, si no hay agua, no podemos cocinar ni lavar. Antes [de la cuarentena] me iba al río de Manchay Bajo llevando la ropa, para poder lavar las frazadas. Ahora no se puede ir ni lavar al río. En este tiempo, las colchas no las lavamos. El agua la cuidamos como oro; no podemos gastar y gastar. Nuestro sueño es tener nuestro título de propiedad, y tener agua y luz”.

El presidente de la junta vecinal de Cielo Azul, Miguel Ángel Vela (76), señaló que espera que la municipalidad de Pachacámac les dé las constancias de posesión de sus terrenos, para tener por lo menos la conexión de luz.

En este pueblo joven también se ha instalado una olla común. Sin ella, en lugar de morir de Covid-19, morirían de hambre. El almuerzo cuesta S/2. Los vecinos tienen el apoyo de la comuna distrital, que les entrega arroz, papa y aceite una vez a la semana. No alcanza.

La respuesta de Sedapal

En entrevista telefónica con Sudaca, el presidente de Sedapal,  Francisco Dumler, reveló la cruda realidad de la capital:  “Hay 2.500 asentamientos humanos que no tienen las conexiones de agua y alcantarillado. Lima solo posee una cobertura del 93% de conexiones domiciliarias. Eso quiere decir, que de los 10,5 millones de habitantes que tiene la ciudad más o menos, ese 7% [que no tiene agua en sus casas] representa a unos 800.000 pobladores”.

Esos asentamientos humanos, añadió Dumler, se encuentran ubicados principalmente en los distritos de Puente Piedra, Comas, Ancón, Carabayllo, San Juan de Lurigancho, San Juan de Miraflores, Villa El Salvador, Pachacámac y Lurín.

¿Por qué no tienen conexión de agua en sus casas? El titular de Sedapal explicó que “hasta que uno no tenga título de propiedad de su terreno, no puede solicitar servicio de agua potable”. Precisó que para que Cofopri otorgue el título de propiedad a una persona que vive en un asentamiento humano, “tiene que haber pasado, según la norma, diez años de tenencia pacífica [de la propiedad] no consuetudinaria y no onerosa”.

Después de haber transcurrido esos 10 años, la persona recién podrá solicitar la conexión de agua domiciliaria. Pero acá empieza otro largo trámite: debe haber un proyecto de inversión pública para dicha instalación, que puede costar a Sedapal, por la geografía de la zona, hasta S/100.000 por vivienda. Lo mismo ocurre con la instalación de las tuberías de alcantarillado.

Para Dumler, una solución es que se entregue “un bono” económico a los vecinos de 1.000 asentamientos humanos, para que se trasladen a zonas donde ya exista “planificación urbana”. Es decir, se tendrían que ir a vivir a otro sitio donde sea más fácil y menos caro para la empresa conectarles el agua.

Sobre el reclamo de los vecinos de Parque Industrial y Cielo Azul para que Sedapal aumente la periodicidad de la distribución del agua en los camiones cisterna, Dumler respondió que la información que él maneja es que la entrega se realiza “dos a tres veces por semana”. Precisó, sin embargo, que “esto no es ciencia exacta”.

Dumler recordó que antes de la pandemia 290 camiones cisterna vendían el agua en 2.500 pueblos jóvenes. Cuando comenzó la primera cuarentena, en marzo de 2020, Sedapal alquiló esos camiones para distribuir el agua de forma gratuita. Después, contrató otros 61 vehículos para continuar haciendo esa labor. La flota se incrementó a 351 camiones. También recibe el apoyo de camiones cisterna de algunos municipios.

Para Sedapal, el costo del alquiler mensual de los 351 camiones es de “aproximadamente entre S/8 millones a S/9 millones al mes”, según Dumler. “Esto cubre la demanda”, dijo. Con esa declaración, cierra la posibilidad de que la empresa pública contrate más camiones cisterna y se pueda incrementar la entrega de agua a los pueblos jóvenes capitalinos.

Los vecinos de Parque Industrial y Cielo Azul invitan gentilmente al titular de Sedapal a que viva junto a ellos, en sus casas, por unos días, para que él mismo se dé cuenta que la entrega de agua que realiza la empresa es insuficiente. “Él tendría que venir a ver cómo vivimos. Que pase una semanita acá para que sepa cómo se necesita el agua”, finaliza la vecina del asentamiento humano Parque Industrial, Nataly Balbín.

* Imagen de portada: Un trabajador de un camión cisterna de Sedapal entrega una ración de agua a una vivienda del asentamiento humano Parque Industrial, en Villa María del Triunfo (foto: Juan C. Chamorro).

Familiares del expresidente Vizcarra, exministras, viceministros, diplomáticos, médicos, rectores, empresarios, lobbistas. 487 privilegiados que, con vara, se vacunaron por fuera de los ensayos clínicos.

“Los que estamos a la cabeza de las instituciones debemos dar el ejemplo de esperar nuestro momento”, declaró el miércoles 10 de febrero la entonces ministra de Salud Pilar Mazzetti. Fue en la conferencia de prensa en la que anunció la prórroga de las medidas de emergencia por el aumento de casos de Covid-19.

Ese día Mazzetti aseguró que no se había vacunado. “El único funcionario público que no es del sector Salud que ha sido vacunado es el presidente de la República”, agregó la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez.

Era falso. Desde el 9 de setiembre del año pasado, funcionarios y otras personas con poder se vacunaron por fuera del proceso de ensayos clínicos de la vacuna Sinopharm, gracias a un lote de dosis adicionales destinado para dicho proceso. Mazzetti fue la número 262 en vacunarse. Recibió la primera dosis el 12 de enero y la segunda el 6 de febrero.

Pilar Mazzetti fue ministra de Salud en tres gobiernos, los de Alejandro Toledo, Martín Vizcarra y Francisco Sagasti. El último 10 de febrero le mintió a todo el Perú. Foto: Minsa.

“Me estaría tocando [vacunarme] la próxima semana, pero el capitán es el último que abandona el barco. Una vez que todas las personas que trabajan en el sistema estén vacunadas, recién será nuestro momento, como debe ser”, fue otra de sus célebres frases. Después de su renuncia por haberse vacunado, el gobierno le retiró el agradecimiento por los servicios prestados a la Nación.

Mazzetti fue ministra en el gobierno de Martín Vizcarra. El expresidente también recibió la vacuna a escondidas. Fue el número 81. La primera dosis la recibió el 2 de octubre. Su esposa, Maribel Díaz, número 82, también. Su hermano César recibió la primera dosis el día que el presidente obtuvo la segunda, el 29 de octubre. La dosis complementaria se le aplicó el 18 de noviembre, cuando su hermano Martín ya no era presidente.

El privilegiado mundo de los médicos

El sector Salud es el que sacó más provecho de este lote de vacunas. Mazzetti no fue la única: su entorno más cercano también aprovechó. Juan de Dios Altamirano, quien recibió la primera dosis el 30 de enero, fue jefe de Gabinete de Asesores de Mazzetti en el Ministerio de Salud (Minsa) durante su primer periodo en esa cartera, en el gobierno de Alejandro Toledo. Lucy Olivares, número 263 en la lista, fue designada por Mazzetti como ejecutiva adjunta II en una resolución del último 29 de octubre, en el gobierno de Vizcarra.

Además, el portal Convoca reveló que el chofer de la exministra también se benefició. Según el medio, se trata de Juan Asencio. Aparece en el padrón con el número 30. Recibió la primera dosis el 12 de septiembre y la segunda el 3 de octubre.

El viceministro de Salud Pública Luis Suárez Ognio también se vacunó y usó su privilegio para vacunar a su familia. Su hermana María del Carmen, su esposa Inés Caro, su hija Juliet y su hijo Luis también se vacunaron.

Los favores familiares no fueron aprovechados solo por las autoridades vigentes en ese momento. El doctor fujimorista Alejandro Aguinaga, exministro de Salud y excongresista de Fuerza Popular, además de actual candidato naranja al Congreso por Lambayeque, también lo hizo. El médico de cabecera de Alberto Fujimori, número 190 en la infame lista, recibió la primera dosis el 4 de diciembre. El 28 de ese mes recibió la segunda y su esposa Fabienne Weber, número 208, obtuvo la primera. Ella se inoculó la segunda dosis el 18 de enero. En las observaciones de la lista, la esposa aparece como “entorno cercano”.

El exviceministro de Prestaciones del Minsa también se vacunó. Víctor Bocangel recibió la primera dosis el 12 de setiembre, lo que lo ubica en la casilla 39 de la lista. Según el documento, aún no recibe la segunda dosis. El asesor del Minsa Manuel Espinoza también integra la lista. Recibió la primera dosis el 3 de octubre.

Carlos Contreras, presidente de Sisol, el sistema de salud de la Municipalidad de Lima, es otro de los personajes públicos del listado. Recibió la primera dosis el 27 de octubre y la segunda el 17 de noviembre. Ayer martes, luego de que se conociera que ocupa el lugar número 140 de la lista, el alcalde Jorge Muñoz lo separó del cargo.

Ciro Maguiña, vicedecano del Colegio Médico del Perú (CMP), también se benefició de ese lote de vacunas. Él recibió la primera dosis el 19 de diciembre. Cuando se supo que integraba la lista, el CMP le inició un proceso disciplinario.

La exministra de Salud Patricia García también integra la lista. Lo mismo sucede con el médico infectólogo Eduardo Gotuzzo y su esposa María Elías. También aparece en el documento la directora de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), Sofía Salas.

Más favores en el Ejecutivo

Otro foco de vacunación irregular fue el Ministerio de Relaciones Exteriores. El caso más llamativo allí es el de la exministra Elizabeth Astete. Ella recibió la primera dosis el 22 de enero y, según la lista emitida por la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), todavía no ha recibido la segunda.

Otro caso en Cancillería es el de Javier Sánchez, jefe del despacho ministerial. Como si fuera un regalo de los reyes magos, recibió la segunda dosis el 6 de enero. Ocupa el lugar 192 en la lista.

El diplomático Jorge Jarama, director de Ciencia y Tecnología de la Cancillería, recibió la primera dosis el 3 de octubre y la segunda el 24 de ese mes. Su esposa Darlene Mendizabal y su cuñado Víctor Mendizabal se vacunaron en las mismas fechas. Su suegra Violeta Quiñones, en cambio, esperó al 31 de octubre para recibir la primera dosis.

El Ministerio de Relaciones Exteriores reaccionó a la ola de diplomáticos comprometidos con el caso. El nuevo ministro Allan Wagner solicitó la renuncia y el retiro de todos los servidores del Ministerio que integran la lista. Francisco Tenya, recién vacunado con la primera dosis el 5 de febrero, renunció a la Secretaría General del Ministerio. También se dio por terminado el periodo de Óscar Suárez, número 142 en la lista, como cónsul del Perú en Vancouver, Canadá. Además, la Cancillería someterá a una investigación preliminar a los ocho comprometidos. El grupo lo conforman los cinco ya mencionados, Manuel González, Jorge Lazo y la servidora CAS Claudia Halabi.

La Cancillería ha sido clave en las negociaciones para obtener la vacuna y, quizá, por eso sus funcionarios tuvieron acceso a ese lote. Sin embargo, otros sectores del Ejecutivo no se salvan. El exconsultor del Viceministerio de Seguridad Pública del Ministerio del Interior (Mininter), Jean Baca, también aparece en la lista.

El provecho de las universidades

El encargado de los ensayos clínicos de la vacuna Sinopharm fue Germán Málaga, de la UPCH. Él y su familia también aprovecharon ese lote de vacunas. Fue el número 17 en la lista. Se vacunó el primer día posible. El 23 de diciembre, quizá como regalo de Navidad, su hija Ariana recibió la primera dosis. Ella está calificada en la lista como “entorno cercano”.

Empleados de la UPCH le sacaron el jugo a la vacuna que ellos administraban. El vicerrector de Investigación Alejandro Bussalleu tuvo la primera dosis el 19 de enero. El mismo día se vacunó el vicerrector académico José Espinoza y el rector Luis Varela. También integra la lista Andrés Lescano, representante de las universidades privadas ante la Sunedu y proveniente, justamente, de la UPCH.

Las autoridades de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) no se quedaron atrás. El rector Orestes Cachay, número 449 en la lista, recibió la primera dosis el 29 de diciembre. Al día siguiente lo hizo el vicerrector Felipe San Martín.

La tajada de los privados

El sector privado no fue ajeno al aprovechamiento. El caso icónico es el de la conocida abogada y lobbista Cecilia Blume. Pero también aparecen en la lista Antonio Armejo, integrante del polémico Fondo Blanquiazul, que llevó al descenso a Alianza Lima, y César Loo, presidente del gremio nacional de chifas.

Un empresario que merece una mención aparte es Ricardo Orellana Marambio, gerente general de Suiza Lab. Sus hijos Fhariddy y Fabrizio también se beneficiaron de la vacunación. Suiza Lab es un laboratorio que ofrece, entre otros servicios, pruebas de descarte de Covid-19.

Con el número 189 aparece en la lista Eduardo Javier Santa María Rizo Patrón, gerente de operaciones de la gigante Agroindustrias AIB, que cotiza en la Bolsa de Valores de Lima (BVL) y, con el 105, José Mario Mongilardi Fuchs, hasta hace poco presidente de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).

Todos estos casos demuestran la forma de operar de buena parte de quienes tuvieron el poder de decidir qué hacer con ese lote de vacunas. Aprovecharon la vara para cuidarse a sí mismos, aunque no fueran prioritarios, a diferencia de quienes trabajan cada día exponiéndose al virus. Y, además, lo hicieron a escondidas. Aprovecharse y mentir parece haber sido la consigna.

 

La pediatra Patricia Delgado confiesa que su primo, Germán Málaga, la convocó para participar en un monitoreo a personas que iban a ser vacunadas. Señala que Málaga “se equivocó” por no ser transparente y recuerda que la vacuna china “solo es 80% efectiva”.

La prima del doctor Germán Málaga, la pediatra Patricia Delgado Málaga, también recibió la vacuna de Sinopharm. Tiene el número 290 en la lista. Asegura que lo hizo porque era un requisito para trabajar como supuesta ‘consultora’ de un programa de monitoreo que iba a realizar el hoy cuestionado investigador de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).

En conversación con Sudaca, Delgado explicó que el pasado 12 de enero el doctor Málaga se comunicó con ella para que sea ‘consultora’ en dicho programa de monitoreo. En ese momento –sostuvo– no conversaron sobre si ese trabajo iba a ser remunerado. Tampoco si iba a haber un contrato de por medio ni quiénes iban a ser las personas que serían vacunadas. “Eso me lo iba a explicar la siguiente semana”, dijo.

Delgado alega que el doctor Málaga le aseguró que “todos tenían que estar vacunados” para ser consultores del programa. El 14 de enero recibió la primera vacuna, tal como ha quedado comprobado en el listado de personas que elaboró la UPCH.

Sin embargo, la doctora cuenta que “a los tres días” empezó a manifestar síntomas de Covid-19. El 20 de enero fue a su centro de labores, el Hospital Cayetano Heredia, sintiéndose mal de salud. Acudió entonces a un laboratorio privado donde, según ella, se realizó la prueba molecular y dio positivo. Se negó a mostrar a este medio la constancia que lo acredita.

Delgado entró en aislamiento. Según ella, cuando el doctor Málaga se enteró de su estado de salud, le dijo “no te preocupes, lo dejamos ahí”. De acuerdo a su testimonio, nunca más la volvió a llamar y no concretó el supuesto trabajo de consultoría que le había ofrecido su primo.

Los primeros días de febrero, ya recuperada del Covid-19, retornó a su centro de labores. El pasado 10 de febrero, asegura a Sudaca, le fue colocada la segunda dosis de la vacuna en Cayetano Heredia. No obstante, en la lista de 487 vacunados de la universidad homónima solo figura que recibió una dosis, no dos.

Sudaca le pidió a la doctora Delgado que envié el resultado positivo de la prueba molecular, pero se negó reiteradamente a hacerlo. Esta es la explicación que nos dio sobre cómo se habría enfermado de Covid: “Lo que ha podido pasar es que yo, por la alta exposición del trabajo [en el hospital Cayetano Heredia], me he contagiado. Desarrollé los síntomas posteriormente. No es a causa de la vacuna. Yo me he enfermado porque trabajo en un hospital con harta carga de Covid”.

Desde hace 10 años Patricia Delgado Málaga trabaja en el área de recién nacidos en el hospital Cayetano Heredia. Ella tiene 44. Allí asegura que atiende como intensivista pediátrica. Dice que ve a madres embarazadas con Covid-19 y participa en partos de madres con la enfermedad. “Estoy en la primera línea”, se defiende.

Sin embargo, en la página oficial de Facebook de su consulta privada no detalla entre sus áreas de especialización la medicina intensiva, ni siquiera vinculada a los recién nacidos. Solo dice que se especializa en “pediatría general- neonatología-control del niño sano y vacunación-enfermedades de la infancia-test de Bayley”.

Que cuente «la verdad»

La doctora argumentó, además, que nunca ha tenido una relación familiar con el  doctor Málaga, sino apenas solo laboral. Según la Sunedu, Delgado es médico general de la universidad Cayetano Heredia con especialidades en Neonatología y Medicina Pediátrica.

¿Pese a haber recibido la vacuna, pudo enfermarse de Covid-19?, le preguntó este medio. “Claro, eso ya está demostrado. La protección de la vacuna solo es de un 80%”, respondió. No obstante, reconoció que “hay vacunas con mayor efectividad”. Su caso sería similar al del doctor Ciro Maguiña, quien también fue vacunado con la primera dosis y se contagió después del virus. Él tuvo una enfermedad más leve y sobrevivió.

¿Por qué cree que el doctor Málaga no le dijo que en esa lista había políticos y autoridades? Esta fue su respuesta: “Yo sí creo que las personas se pueden equivocar. Creo que el doctor [Málaga] se equivocó en no poder transparentar las cosas y decirles a las personas que quería invitar a hacer un trabajo, cómo era la situación o qué pensaban. No sé bajo qué tenor el señor Málaga decidió si daba vacunas a las autoridades. Él tendrá que decir porqué decidió darle la vacuna a tal, a tal, y a tal”.

Dijo que lo considera una persona respetable y un excelente médico, pero le pidió que cuente “la verdad”.

Además de los ya conocidos, en el documento aparecen otros personajes públicos como la abogada Cecilia Blume y el rector de la UNMSM Orestes Cachay. Sudaca pudo revisar la lista completa y la presenta a continuación.

Ayer en la madrugada, Sudaca tuvo acceso a la lista completa de las 487 personas que recibieron una o más dosis de la candidata a vacuna de Sinopharm fuera del ensayo clínico. Esta fue enviada por el Ejecutivo a distintos organismos: el Congreso, la Procuraduría, la Contraloría y la Fiscalía.

En el documento de 11 páginas, que Sudaca pudo revisar en detalle, están la abogada Cecilia Blume, el médico fujimorista Alejandro Aguinaga, el rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Orestes Cachay, la exministra de Salud Patricia García, y varios funcionarios de la burocracia pública, especialmente del Ministerio de Salud y la Cancillería.

Ello, además de los ya conocidos Martín Vizcarra, Pilar Mazzetti, exministra de Salud, y Luis Suárez Ognio, exviceministro de Salud Pública. También aparecen familiares del expresidente, como su esposa y su hermano. Además, también recibieron la candidata a vacuna de forma irregular familiares de los encargados de la investigación y empresarios de distintos rubros. En la lista de 487 nombres también hay personas que sí recibieron la dosis como parte del staff del ensayo clínico.

 

Sofía Salas Pumacayo, directora ejecutiva de la Dirección de Productos Farmacéuticos de la DIGEMID, recibió sus dos inyecciones entre setiembre y octubre del año pasado. Tres meses después, firmó documento clave para el ingreso de las vacunas.

La directora ejecutiva de Productos Farmacéuticos de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID), Sofía Patricia Salas Pumacayo, ha incurrido en un serio conflicto. A finales del año pasado recibió dos dosis −lo que equivale a una dosis completa de inmunización− de la entonces candidata a vacuna de Sinopharm y apenas tres meses después firmó la Resolución Directorial que autorizó excepcionalmente la importación de dicho producto. La químico farmacéutica es parte de las 487 personas que recibieron la vacuna china por fuera de su ensayo clínico.

 

Según la lista elaborada por la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), que Sudaca ha podido revisar en detalle, Salas fue inyectada el 12 de setiembre y el 3 de octubre del año pasado. Para entonces ya estaba al frente de la Dirección de Productos Farmacéuticos de la DIGEMID. Apenas tres meses después, el 26 de enero, firmó como autoridad competente la Resolución Directorial N° 486-2021/DIGEMID/DPF/UFPB/MINSA, que autoriza de forma excepcional la importación de un millón de dosis de la vacuna que ella ya había recibido. 

Sudaca pudo revisar también la mencionada Resolución Directorial. La misma responde a una solicitud del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares) para poder traer el producto con urgencia. Aún hoy, la vacuna de Sinopharm sigue siendo clave para la primera línea de lucha contra la pandemia. «Considerando la información de la morbi mortalidad del personal de salud, en el Plan Nacional de Vacunación contra la Covid-19 está considerado la protección de dicho personal», dice el documento, que aparenta haber sido redactado con premura por la emergencia.

 

Al final, el documento autoriza «excepcionalmente la importación y uso por situaciones de salud pública» del primer millón de «viales y/o jeringas» de la vacuna china. Esta autorización era necesaria porque el producto aún no había culminado todas las etapas para su registro regular, en una situación de no-pandemia.

 

La resolución que Salas firmó el 26 de enero abrió un candado clave para que las vacunas puedan aterrizar en suelo peruano. Hasta el día anterior, el 25, la información que reportaban diversos medios era que la DIGEMID aún no emitía el permiso necesario para que los inyectables aterricen en el país. Sin embargo, el 26 por la tarde el diario El Comercio publicó que finalmente la documentación necesaria para traer las primeras dosis estaba lista. «Ya tenemos el permiso y documentos preparados para la exportación», confirmó una fuente a dicho medio.

 

Salas es una de los cuatro funcionarios de DIGEMID que este medio ha podido identificar en la lista de vacunados irregularmente, en lo que la opinión pública ha empezado a llamar el #VacunaGate. El poder que le confería su cargo directivo hace especialmente relevante su vacunación. Sudaca confirmó con especialistas en ética médica que lo que Salas hizo configura, cuando menos, un grave conflicto de intereses.

 

Este medio buscó recabar la versión de Salas por distintas redes sociales, sin éxito. También se comunicó con la oficina de prensa de la DIGEMID, pero esta se excusó de responder alegando que hay una investigación en marcha para todo el #VacunaGate y que se deben esperar sus resultados.

Esta fase del caso tiene como acusados a dos personajes claves: un ex alto funcionario de ProInversión y la representante legal del consorcio que conformó Odebrecht. La exprimera dama Nadine Heredia cumple arresto domiciliario por la presuntamente irregular adjudicación de este proyecto.

Después de cuatro años de desatado el escándalo de corrupción de Odebrecht en Perú, el Poder Judicial (PJ) acaba de dar luz verde para el inicio del primer juicio por la adjudicación del Gasoducto Sur Peruano, durante el gobierno de Ollanta Humala. Esta es la concesión más grande que la empresa brasileña obtuvo en territorio peruano, por US$7.328 millones.

La primera etapa de audiencias involucra a dos personajes considerados por la fiscalía como los puntos ejecutores de lo que habría sido toda una cadena de mando de presunta corrupción. Se trata, por un lado, del expresidente del  Comité Pro Seguridad Energética de Proinversión, Edgar Ramírez Cadenillas, encargado de seleccionar a la empresa ganadora del gasoducto, y por el otro, de la representante legal del consorcio ganador −conformado por Odebrecht y la española Enagás−, Claudia Hokama.

A Ramírez y Hokama se les imputa presunta colusión agravada y, además, a Ramírez también presunta negociación incompatible. Las penas solicitadas son de 7 y 6 años de cárcel, respectivamente.

Primer gran paso

La acusación del fiscal Abia, presentada el 22 de agosto del 2017, señala que “Ramírez Cadenillas, en su condición de presidente del Comité Pro Seguridad Energética de Proinversión, habría concertado con Hokama Kuwae, agente autorizado del Consorcio Gasoducto Sur Peruano [Odebrecht y Enagas], a efectos de favorecer a su representada, y adjudicarle la buena pro del proyecto” en junio del 2014. Según Abia, como parte de ese direccionamiento, se “descalificó irregularmente al consorcio competidor”.

Tres años después, el 31 de diciembre pasado, el juez Manuel Chuyo emitió la Resolución N° 55 rechazando el pedido de los investigados Ramírez y Hokama por archivar el caso. Según se lee en su documento, que Sudaca ha podido revisar en exclusiva, Chuyo ordenó el inicio del juicio oral. Otro magistrado debe ahora fijar fecha y hora de la primera audiencia.

Texto, Carta Descripción generada automáticamente

Con la decisión del Juez Manuel Chuyo de ordenar el inicio del juicio por el caso Gasoducto, queda que otro magistrado disponga la hora y fecha de inicio de audiencias.

 

El fiscal Abia sigue esta investigación desde el 2014, apenas otorgado el contrato a Odebrecht y Enagás, cuando estaba en curso el gobierno de Ollanta Humala. En declaraciones a Sudaca, Abia sostuvo que, con su decisión, el Poder Judicial “nos está diciendo a todos: aquí hay caso, señores, presuntamente acá hubo corrupción de funcionarios”.

 

 

El fiscal explicó que “la mega obra, la más cara de toda la historia, sigue el mismo esquema de corrupción que se ve en otros casos. Hay un tema de verticalidad y un tema de horizontalidad porque hay vasos comunicantes. Ramirez y Hokama habrían sido parte de esos vasos comunicantes”.  Ramírez y Hokama, por tal motivo, no habrían actuado solos. Abia enfatizó que “Edgar [Ramírez] Cadenillas tenía a sus jefes en Proinversión llegando al alto nivel del Estado, que era la presidencia, y Hokama, por parte del consorcio, también llegaba hasta el primer nivel de la empresa”.

 

La punta del iceberg

No hay que perder de vista que el Caso Gasoducto está dividido en otros frentes fiscales, además del despacho del fiscal anticorrupción Abia. Dada su alta investidura como expresidente, el hoy candidato Ollanta Humala está siendo investigado por la fiscal de la Nación Zoraida Ávalos por los presuntos delitos de “asociación ilícita para delinquir, al haber liderado conjuntamente con su cónyuge Nadine Heredia, la organización instalada en el Poder Ejecutivo” con la finalidad de favorecer a Odebrecht en esta concesión.

 

Por su lado, el equipo especial Lava Jato de la fiscalía y, en específico, la fiscal Geovana Mori tiene a su cargo a otros altos funcionarios, empresarios y civiles. Entre ellos está la propia Nadine Heredia, para quien en setiembre pasado logró que se dictara detención domiciliaria por 24 meses. Según el fallo de la Primera Sala Penal de Apelaciones Anticorrupción, los indicios presentados por la fiscal Mori “corroboran la participación directa” de Heredia con los “graves hechos que se le atribuyen”. Los magistrados concluyeron, “a nivel de sospecha fuerte, la existencia de un pacto colusorio y progresivo entre la imputada Heredia Alarcón, Humala Tasso y los funcionarios de Odebrecht para defraudar al Estado, todo ello en el marco de una asociación ilícita” de alta jerarquía y con características de organización criminal.

 

Así, la decisión del juez Chullo para el inicio del juicio a Ramírez Cadenillas y Hokama “incide también en el desarrollo del caso en el fuero del Equipo Especial Lava Jato y sus investigados”, sostuvo el fiscal anticorrupción Reynaldo Abia. Precisó que, con el inicio del juicio oral, “vamos a iniciar con el tema de fondo, con el núcleo del caso, con los actores que tomaron la decisión abajo para el otorgamiento de la buena pro. Esto es importante, trascendental y repercute en el gran trabajo que está haciendo el equipo especial”.

Los descargos 

El abogado de Edgard Ramírez, Jorge Paredes, consideró que la decisión del juez Chuyo tiene “dos puntos bárbaros”. Primero, se preguntó “cómo puede iniciarse un proceso por colusión agravada, que exige un daño al patrimonio Estado, cuando no hay perjuicio patrimonial al ser una obra 100% financiada por quien gana la concesión. En el contrato no hay un sol del Estado”.

Un segundo punto que considera relevante es que no pudo haber colusión con Claudia Hokama debido a que esta no tenía “capacidad de comprometerse por su nivel de poder. ¿Cómo se va a coludir [Ramírez] con alguien que no tiene capacidad de decisión en la empresa”. Para Paredes, “la mayoría de estos casos responden más a presión pública, pero por falta de pruebas se va a caer en el juicio oral”. Enfatizó, incluso, que en el proceso que involucra a Humala y Heredia tampoco ve “pruebas suficientemente claras”. “Peor aún, ahí no hay funcionario público que haya sido corrompido. Es el caso más incompleto”, afirmó.

Sudaca intentó contactarse con la defensa de Hokama, sin éxito.

 

El sonido de su voz ya casi no se siente cuando intenta hablar. La llamaremos Diana, tiene quince años. Llegó con su madre al Hospital María Auxiliadora (HMA) alrededor de la 1 de la tarde del último viernes 12. El portón negro que hace las veces de entrada de Emergencias se abrió ante la gravedad de su cuadro. Le midieron la saturación y, con un resultado de 84, le dijeron que no podían recibirla. Debía ir al Hospital de Emergencias de Villa El Salvador (HEVES). Partió hacia allá hace poco tiempo. Su tía aún está a las afueras en el HMA. “Mi sobrina es diabética. Cada vez que respira [hondo], tiembla, parece que va a convulsionar”, cuenta con angustia.

 

Veinticinco minutos en auto separan al HMA del HEVES. Pero es difícil saber qué realidad es peor. En qué hospital hay más desesperación. Aquí sí reciben a los pacientes, pero la angustia por conseguir un balón de oxígeno es reiterativa. Los familiares de diez pacientes Covid-19 consultados por Sudaca a las afueras del HEVES coincidieron en que con el ingreso de sus parientes les habían sollicitado un balón de oxígeno. Todos lo habían conseguido con esfuerzo.

Los familiares no lo saben, pero esos mismos hospitales rechazaron entre noviembre y diciembre la donación de una planta de generación de oxígeno medicinal. Un recurso que habría sido clave para, cuando menos, manejar el déficit que hoy tienen. La cementera privada Unacem (Unión Andina de Cementos) intentó realizar la donación a la Dirección de Redes Integradas de Salud (Diris) de Lima Sur hace más de cinco meses.

La Diris Lima Sur, sin embargo, la rechazó a través de una carta firmada por Víctor Bacini, director general de la institución, y dirigida a Unacem el 4 de diciembre. Esta carta provocó que el 19 de diciembre la congresista Carmen Núñez del Frepap, solicitase con caracter de urgencia que Bacini fuera citado al Congreso, especìficamente a la Comisión Especial de Seguimiento a Emergencias y Gestión de Riesgos de Desastres – COVID-19.

Una vez allí el 26 de diciembre, Bacini precisó, entre otros puntos, que: 1) el ofrecimiento de Unacem de financiar la construcción de una planta de oxígeno, como una donación, llegó el 31 de agosto a la Diris Lima Sur; 2) el Área de Inversiones y Proyectos de la Diris, luego de revisar la normativa vigente, definió que las dos opciones para recibir la planta de oxígeno eran el HMA y el HEVES, por ser hospitales de nivel II; 3) ambos hospitales sustentaron su rechazo en informes técnicos desfavorables para la recepción de la planta; 4) el Ministerio de Salud (Minsa) estuvo informado de esto último, dado que eran dos hospitales de su jurisdicción.

Los fríos argumentos

¿Cuál fue la razón del Hospital María Auxiliadora para rechazar la planta? Su insuficiente suministro eléctrico. Así lo menciona la Diris Lima Sur en su contestación a Unacem y se confirma a través del informe técnico que la Dirección General del HMA proporcionó a Sudaca.

A la espera en la puerta de Emergencias del Hospital María Auxiliadora en San Juan de Miraflores. Foto: Luisa García.

12 de febrero. A la espera en la puerta de Emergencias del Hospital María Auxiliadora. Foto: Luisa García.El documento evalúa la posibilidad de recibir una planta de oxígeno capaz de producir 20 metros cúbicos por hora. Es decir, alrededor de 480 metros cúbicos de oxígeno a diario (48 preciados y hoy urgentes balones de oxígeno de 10 litros). Esto podría cubrir, por ejemplo, a 20 pacientes con necesidad de oxígeno a alto flujo, un tratamiento que usualmente es previo a la intubación, pero que busca evitarla. O también una combinación de 10 pacientes intubados (ventiladores mecánicos) y 7 con oxígeno a alto flujo, más algunos a bajo flujo (cuya demanda de oxígeno es muy variable), tal y como ha experimentado el Hospital de Tingo María con su planta de oxígeno de la misma capacidad, según compartió la coordinadora de su Comando Covid Michele Panduro.

Da escalofríos pensar en la cantidad de pacientes que hoy podrían recibir oxígeno en el María Auxiliadora si este hospital hubiera recibido la donación.

El HMA argumentó que operar una planta de esa capacidad le demandaría una potencia eléctrica total de 375 KVA. ¿Es eso correcto? “La [cantidad de] electricidad requerida [por el HMA] es por lo menos para tres plantas [de 20 metros cúbicos por hora], no para una”, argumenta el ingeniero mecánico Fernando Jiménez. Sabe lo que precisa, pues ha liderado la fabricación e instalación de más de 20 plantas de oxígeno en el 2020. Esto como parte de la iniciativa de la Pontificia Universidad Catòlica del Perú -donde es catedrático- y la empresa Seralt SAC para producir y comercializar plantas de oxígeno a bajo costo en medio de la pandemia.

Tres plantas es un cálculo moderado, dice Jimenez. Toma en cuenta la alta energía que se necesita para el arranque del funcionamiento de la planta, los primeros momentos en que la demanda regular se dispara por 2.5 veces aproximadamente. Luego se normaliza y baja, explica.

En su informe, el HMA también indica: “los tableros eléctricos se encuentran en condiciones de obsolescencia, toda vez que datan del año 1975 y nunca se les ha realizado ningún tipo de mantenimiento, por lo que se propone el cambio de estos antes de la instalación de cualquier futura carga”. Advierte que se “estaría poniendo en riesgo la vida de los pacientes que acuden al hospital Maria Auxiliadora”.

En opinión del profesor de la PUCP, cambiar los transformadores y tableros eléctricos habrían demandado una inversión de apenas entre US$40 mil y US$70 mil. Una ínfima fracción del presupuesto del hospital. En el 2020, el HMA accedió a un presupuesto institucional modificado (PIM) de S/220 millones, según información del Ministerio de Economía (MEF). Ejecutó el 93,7%. Le sobraron alrededor de S/14 millones.

“Es el momento de que las empresas generadoras de energía también se involucren. Luz del Sur, Enel. Si la instalación eléctrica es lo que falta, entonces ellas podrían colocarla. Tienen los transformadores, tienen los ingenieros. Es la forma en que los privados pueden apoyar”, agrega, como otra posibilidad, Jiménez.

La sombría realidad de VES

Las alrededor de 280 camas del Hospital de Emergencias de Villa El Salvador (HEVES) ya no alcanzan para recibir a los pacientes Covid-19. En medio de la segunda ola, el personal de salud intenta atender entre 60 y 80 pacientes adicionales (números en constante subida), según el presidente del cuerpo médico Percy Huamaní. A diferencia de los otros 280, para ellos ya no hay camas con puntos de oxígeno (tuberías que llegan hasta la ubicación de cada paciente). Su única opción es usar balones de oxígeno. Muchos pacientes deben conseguirlos por su cuenta, casi siempre a precios especulativos.

El papá de Rosa (la llamamos con un seudónimo a su pedido) parece inconsciente. Su hija lo ve desde lejos, por entre las rejas del frontis de Emergencias. Tiene tan solo 68 de saturación y está sentado en una silla de ruedas. Son casi las cinco de la tarde del viernes 12 febrero. Rosa cuenta que pagó S/3.380 por el balón de oxígeno al que su padre está ahora conectado. En esos minutos, un familiar intenta juntar el dinero para comprar otro. El balón del que ahora depende su vida, sólo le durará tres horas más, aproximadamente.

Pacientes esperan por una cama, en los exteriores del HEVES. Foto: Luisa García.

“La provisión está casi al tope, a punto de haber escasez”, dijo Huamaní a Sudaca tres días antes del ingreso del padre de Rosa. Hoy la situación ya parece desbordada. El HEVES terceriza su suministro de oxígeno medicinal, porque no tiene una planta de oxígeno propia. Solo cuenta con un tanque que es recargado regularmente por un proveedor privado, en un mercado altamente concentrado (ver: «Oxígeno post mortem»). Tampoco el Hospital María Auxiliadora, en San Juan de Miraflores, tiene su propia planta.

¿Cuál fue el motivo del Hospital de Emergencia de Villa El Salvador para rechazarla? Que su demanda de oxígeno era mayor a lo que la donación le ofrecía.

“En términos técnicos no podría explicar si eso es cierto, pero creo que tener una planta de oxígeno para que genere aunque sea diez balones [al día] es algo a [no tener] nada”, dijo Percy Huamaní, presidente del cuerpo médico del HEVES. Luego precisó: “el hospital, como gestión, nunca nos mencionó que habían tenido ese donativo”.

A Huamaní le preocupa que haya pacientes que ya no están recibiendo el nivel de oxígeno adecuado. Al incrementarse su número, tuvieron que abrir totalmente las válvulas para que llegase a todas las camas en uso. Sin embargo, el suministro no llega con efectividad a las más alejadas, explica. Probablemente, la planta de oxígeno ofrecida por Unacem habría ayudado a cubrir ese déficit.

“Yo creo que esa fue una actitud de la gestión por demás negligente. Sabiendo que ya se venía una segunda ola, no vio la posibilidad de adquirir su propia planta”, concluye el médico.

El ingeniero mecánico Fernando Jiménez, por su parte, apunta que hoy hospitales con elevado número de camas, como el HEVES, usan plantas generadoras de oxígeno como complemento de los tanques criogénicos, a los que también empiezan a abastecer. «Al sistema que tienen (tanques) le están poniendo al lado, generadores de oxígeno», señala.

Pero el que la demanda de oxígeno del HEVES superase la capacidad de la planta ofrecida por Unacem no fue el único argumento del hospital para rechazarla. También lo fue que el HEVES iba a recibir una planta de oxígeno del demorado convenio entre el Minsa y la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).

“Respecto a la DGOS-DIEM, se ha firmado el CONVENIO Nª5-2020/MINSA, convenio de Cooperaciòn Interinstitucional entre el MINSA y la Universidad Nacional de Ingenierìa – UNI para la instalaciòn de 47 plantas de oxígeno, que incluye al Hospital de Emergencias Villa El Salvador”, dice la carta con la que rechazaron el donativo.

Las aludidas “DGOS-DIEM” son oficinas pertenecientes al Minsa: la Dirección General de Operaciones de Salud (DGOS) y su subordinada, la Dirección General de Infraestructura, Equipamiento y Mantenimiento (DIEM). En materia de adquisición de plantas de generación de oxígeno medicinal, la DIEM es el área clave del Minsa.

La mención al conocido Convenio Minsa-UNI, llamado ‘Oxigena 47’, parece buscar la tranquilidad de Unacem: el HEVES sí iba a tener una planta. Sin embargo, al día de hoy, más de dos meses después de rechazar la donación, el HEVES no la tiene instalada. Y algo aún más grave, tampoco figura en el cronograma de instalación que ha publicado la UNI en su página web para el mes de febrero.

Los dos principales hospitales públicos del extenso y populoso sur de Lima se ahogan. Sus pacientes se ahogan. La plata de oxígeno de Unacem todavía no está funcionando.

No hay respuestas

A través de su oficina de comunicaciones, Sudaca consultó al HEVES si conocía la fecha de entrega de la planta ofrecida por el convenio Minsa-UNI, pero no recibió respuesta. Este medio también solicitó varias veces el informe técnico emitido por este hospital (que el HMA sí proporcionó), pero no lo brindaron. Por supuesto, el pedido de entrevista corrió la misma suerte, con la sugerencia añadida de buscar a la Diris Lima Sur para ello. ¿El argumento? Que fue esta entidad la que recibió el ofrecimiento de Unacem, originalmente.

El área de prensa de la Diris Lima Sur, por su parte, le tiró la pelota al Minsa (exactamente, a la DIEM). Su razón fue que es esa dirección la que continúa coordinando con la empresa privada para ubicar la planta de oxígeno en un centro de salud del primer nivel de la jurisdicción de Lima Sur. Debido a un cambio normativo realizado en enero por el Minsa, los establecimientos de primer nivel ya tienen permitido albergar una planta de oxígeno bajo ciertos supuestos.

Sin embargo, al cierre de esta edición, el Ministerio de Salud no respondió ninguna de las dos simples preguntas dirigidas por Sudaca:

  1. ¿Por qué no alertaron en su momento al Hospital de Emergencias de Villa El Salvador que la planta a instalar allí por el Convenio Minsa-UNI (Oxigena 47) no tenía una fecha pronta de instalación y que, por tanto, aceptar la planta donada por Unacem podía ser de ayuda importante ante la segunda ola de Covid-19?
  1. ¿Cuál es el estatus actual de las coordinaciones en que está involucrada la DIEM para instalar la planta donada por Unacem en un establecimiento de salud del primer nivel de la Diris Lima Sur? ¿A qué se debe la demora de la instalación? 

La que sí respondió fue Unacem. Dijo a Sudaca por escrito que la planta de oxígeno —que contaría incluso con una capacidad de producción mayor que la evaluada por el HMA— será instalada en abril en el Centro Materno Infantil de la zona de José Gálvez, en Villa María del Triunfo. En abril: ocho meses después de que fuera ofrecida y por lo menos tres desde el inicio de la segunda ola. “Actualmente, nos encontramos a la espera de la firma del convenio con el Minsa para ejecutar la instalación y funcionamiento de esta planta de oxígeno”, precisó la cementera.

Ese es el ritmo de la burocracia, al que le gana por goleada el de la mortalidad de la Covid-19. Los pacientes del HEVES y del HMA lo conocen bien. Quizá para entonces estemos más cerca de la tercera ola que de la segunda.

*Con la colaboración de Juan Carlos Chamorro.

Del 25 al 31 de enero el tráfico aéreo se disparó. La mayoría de vuelos salió de Lima, la región con más casos de Covid-19. Los principales destinos fueron regiones que empezaron febrero sin estar en el nivel de alerta extremo, pero cuyas provincias más importantes pasaron a esa categoría el miércoles.

Martes 26 de enero. El presidente Francisco Sagasti anuncia que diez regiones volverán al confinamiento. A diferencia de la cuarentena dictada por Martín Vizcarra, que se implementó de un día para otro, esta vez el Ejecutivo considera un margen de cinco días antes de empezar el encierro.

La tregua parece una ventaja para que la ciudadanía se organice y, entre otros, se traslade entre regiones para enfrentar la cuarentena. ¿Está bien que los peruanos puedan trasladarse a sus localidades ante una medida de este tipo? Sí. ¿Pero sin ningún tipo de control? No, ahí está el problema.

La disposición del gobierno generó un grave riesgo para la propagación del virus: el aumento de viajes sin que se exijan pruebas negativas de Covid-19 ni cuarentena para quienes se trasladaron. En enero los viajeros que se dirigían a destinos nacionales no requerían someterse a una prueba de descarte de Covid-19, como informó Sudaca en un reportaje anterior.

El gobierno entendió que eso era un peligro recién el 27 de enero, cuando firmó la Resolución Ministerial 043-2021, emitida por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). La norma dispuso que los pasajeros presenten una prueba molecular o antígena con resultado negativo realizada hasta 72 horas antes de moverse por el país.

La Resolución Ministerial N°043-2021-MTC dispone la exigencia de pruebas moleculares o antígenas con resultado negativo para abordar un vuelo nacional. La medida se implementó desde el 31 de enero.

Sin embargo, la implementación de la disposición no fue inmediata. ¿Desde cuándo se aplicó? Sudaca consultó al MTC. “A partir del 31 de enero del presente año”, indicó oficialmente el ministerio.

“Un desastre”, opina al respecto Antonio Quispe, médico epidemiólogo, investigador y docente de la Universidad de Ciencia y Tecnología (UTEC). Para él las medidas dictadas por el gobierno fueron acertadas, pero permitir que la gente salga de zonas de riesgo extremo fue un grave error. Demorar el requerimiento de una prueba negativa para viajar hizo que haya cinco días de vuelos abiertos a la enfermedad.

Para Quispe, si se consideraba difícil exigir pruebas, la alternativa hubiera sido planificar adecuadamente los traslados para que el virus no se disperse. Una medida para ello, por ejemplo, es exigir una cuarentena obligatoria para los viajeros. Sin embargo, ninguna de esas disposiciones fue dictada.

Todos a volar

¿Cuál era el problema de permitir una brecha entre el anuncio de la cuarentena, la publicación de las nuevas disposiciones y su entrada en vigencia? Que después del mensaje a la Nación de Sagasti el tráfico aéreo aumentó sustancialmente. Según datos del MTC, entre el 25 y el 31 de enero hubo 133 684 pasajeros que abordaron vuelos nacionales. En promedio, 13 669 al día.

Aun sin considerar a los viajeros del día 25, antes del anuncio de cuarentena, y del 31, cuando entró en vigencia la exigencia de pruebas, más de 100 mil personas viajaron a destinos nacionales después del anuncio y sin necesidad de presentar pruebas de descarte.

Hasta aquí, todo podría parecer una simple descripción de cifras. El detalle es que, según la información oficial, los días anteriores el tráfico aéreo fue considerablemente menor. Entre el 1 y el 25 de enero el promedio diario de pasajeros fue de 9 770. Es decir, después del anuncio de cuarentena el promedio diario aumentó en casi 4 mil pasajeros, lo que representa un incremento inmediato de 40% por día.

Como era esperable, el anuncio del presidente generó que los peruanos busquen viajar, incluso pese a que no se prohibieron los vuelos durante el confinamiento. Solo en la última semana de enero la cifra de viajeros a destinos nacionales fue más de la mitad que en los otros veinticinco días.

Las rutas del riesgo

El aumento del tráfico aéreo no es el único dato importante. ¿Cuáles fueron las rutas con más vuelos? Lima es la ciudad de la que partieron más aviones en enero. El área de prensa del MTC confirmó a Sudaca que actualmente no hay vuelos operativos entre regiones. Todos parten desde o hacia la capital.

¿Cuál es el problema con eso? Que Lima es una de las regiones que el gobierno ha clasificado como de ‘alerta extrema’. Todos los vuelos salen del lugar más infectado del país, que en lo que va de la pandemia supera el medio millón de casos oficialmente confirmados, según la Sala Situacional Covid-19 Perú.

“Lima es un peligro permanente para el resto del país”, advirtió hace dos semanas la médico epidemióloga Larissa Otero a Sudaca. Entre el 25 y el 31 de enero salieron de la capital 65 730 pasajeros, según datos del MTC. De todos ellos, solo quienes subieron al avión el último día del mes estuvieron obligados a presentar una prueba negativa.

¿A dónde se dirigieron? Los tres destinos con más tráfico aéreo en enero fueron Cusco, Arequipa e Iquitos. El panorama, al revisar la situación sanitaria de cada uno de estos destinos, es grave.

Cuando empezó la cuarentena, ninguno estaba clasificado en nivel de alerta extremo, a diferencia de Lima. Es decir, durante los cinco días de tregua los viajeros se trasladaron, sin haberse sometido a una prueba, de un lugar en alerta extrema a uno en donde el virus no estaba causando tanto daño como en la capital.

Cusco y Arequipa estaban comprendidos en el nivel anterior: alerta muy alta. Su situación era complicada, pero no tanto como la de Lima. En los días posteriores las cifras en esas regiones empeoraron. “Cuando conectas dos regiones estás homogeneizando el riesgo”, explica Quispe. Para él, el extremo riesgo epidemiológico de Lima fue trasladado a las regiones.

En Cusco el 27 de enero había 24 camas UCI instaladas para atender pacientes Covid-19, según el portal opencovid-peru.com. El 8 de febrero, esa cifra había aumentado a 43, pero según la Sala Situacional de Covid de Cusco, al 10 de febrero apenas una cama UCI estaba vacía y disponible en la región. El número promedio de positivos diarios por cada 100 mil habitantes pasó de 94, el 24 de enero, a 158, el 31 del mismo mes, según Open Covid.

El aeropuerto Alejandro Velasco Astete, en Cusco, fue el principal destino nacional de vuelos provenientes de Lima. Foto: Andina.

Arequipa, al 8 de febrero, es la segunda región con más casos de Covid-19 después de Lima, con más de 55 mil, según la Sala Situacional. Según Open Covid, la tasa de incidencia semanal aumentó en la región de 128 a 136 casos por cada 100 mil habitantes entre el 24 y el 31 de enero.

En Arequipa y Cusco, el aumento de contagios es evidente. El gobierno lo ha reconocido y en la conferencia de prensa del 10 de febrero anunció cambios en la clasificación del nivel de alerta en ambas regiones. En Arequipa las provincias de Arequipa, Camaná, Islay y Caylloma −las más importantes de la región− pasaron al nivel de alerta extremo. Lo mismo sucedió con las provincias cusqueñas de Canchis y La Convención.

Según la clasificación del gobierno, hoy la situación sanitaria en esas provincias ya es tan grave como la de Lima. Quispe indica que a partir de la manifestación del primer síntoma, el contagio se extiende hasta diez días después. De acuerdo con ello, el aumento de casos coincide con las fechas en las que los infectados que viajaron durante la tregua pudieron estar contagiando.

En Loreto, cuya capital es Iquitos, la reacción del Ejecutivo fue más rápida. Cuando se dictó el retorno a la cuarentena, la región estaba clasificada en riesgo alto. Sin embargo, el 6 de febrero, una semana después de que el coronavirus dejó de moverse por el país libremente, su clasificación pasó a un nivel de alerta muy alto.

Por coincidencia, cinco días es el tiempo promedio que demora un cuerpo infectado en manifestar síntomas, según Theresa Ochoa, médica infectóloga y profesora asociada de Epidemiología en la Universidad de Texas en Houston. El cambio de clasificación de nivel de alerta coincide en el tiempo con la manifestación de los síntomas de quienes se contagiaron cuando los vuelos no requerían la presentación de una prueba de descarte.

“Considerando el contexto actual, resulta necesario incorporar el departamento de Loreto al Nivel de Alerta Muy Alto”, señaló el Decreto Supremo 017-2021 de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). La disposición entró en vigencia el 8 de febrero.

“Loreto es un desmadre”, comenta Quispe. El 25 de enero había 26 camas UCI ocupadas en la región, según Open Covid. El 10 de febrero la cifra subió a 36. Según la Sala Situacional, al 8 de febrero, Loreto es la región con mayor índice de positividad: 33.2%. Open Covid indica que la incidencia semanal en la región pasó de 39 a 61 casos positivos por cada 100 mil habitantes entre el 24 y el 31 de enero.

El antecedente de diciembre

En diciembre pasó algo similar a lo que ocurrió en enero. No se exigían pruebas para viajar a destinos nacionales y a fin de mes aumentaron los vuelos a consecuencia de las fiestas. Pocos días después se incrementaron los casos y sobrevino la segunda ola.

Según cifras del MTC, el tráfico aéreo aumentó en vísperas de Navidad. El promedio diario de pasajeros que abordaron rutas nacionales entre el 1 y 19 de diciembre fue de 19 mil. Entre el 20 y 24 aumentó a 22 mil.

Ese mes los principales destinos también fueron Cusco, Arequipa e Iquitos, en ese orden. Sudaca estuvo en Cusco y reportó el aumento de casos en esa región en los días posteriores. El promedio de muertes semanales por Covid-19 en Cusco creció de 19,4, el 1 de enero, a 23,4 el 14 del mismo mes, según Open Covid.

Para Quispe, la decisión del gobierno de establecer una tregua con posibilidad de viajar sin prueba negativa después de anunciar el reinicio de la cuarentena va a replicar lo que sucedió al final del año pasado. Sin embargo, el médico agrega otro problema: ahora se están propagando las nuevas variantes, lo cual lo hace más peligroso.

Los datos facilitados por el MTC corresponden solo a los viajes aéreos. Quispe resalta que lo que ocurrió con los aviones es solo la punta del iceberg. Los viajes terrestres son más riesgosos por las condiciones de los buses, explica el epidemiólogo, como tener aire acondicionado recirculando. “Los buses interprovinciales se convirtieron en cajas de muerte”, afirma. Además, la tregua para los viajes terrestres se extendió hasta el 2 de febrero. Con ello el gobierno pretendió bajar el tráfico, pero los terrapuertos estuvieron abarrotados.

Las medidas que buscaban contener el virus pueden terminar beneficiando su propagación. La modificación de los niveles de alerta dictados esta semana por el gobierno son un indicador claro. Quispe indica que la propagación del virus en esos cinco días se cuantifica en contagios dos semanas después −en la semana actual− y en fallecidos tres semanas después.

Entre los fallecidos a partir de este fin de semana se podrán contar a quienes se infectaron durante los cinco días de tregua.

 

ALERTA: El médico Antonio Quispe recomienda encarecidamente que los pasajeros que viajen en transporte público usen doble mascarilla (una quirúrgica y otra de tela), además del protector facial. Estos implementos no deben quitarse en ningún momento.

 

*Este informe ha sido elaborado con la colaboración de Luisa García Téllez.

 

Sudaca halló que el procurador Engie Herrera, hoy acusado de intentar boicotear el caso de las malas compras de mascarillas en la Aviación Policial, registra 22 llamadas con el investigado fiscal Sandro Paredes, además de una comunicación con el exjuez César Hinostroza. Herrera asegura no recordar ninguna conversación..

El procurador anticorrupción del Callao Engie Herrera Yactayo ha cambiado de frente de batalla. El Ministerio Público ha pedido su prisión preventiva al considerarlo presunto cómplice de los mandos policiales investigados por compras irregulares de mascarillas durante los primeros meses de la pandemia. Ello, desde la División de Aviación Policial (Diravpol). El expediente del caso ha sido denominado ‘Mascarillas-Diravpol’.

Sudaca, sin embargo, abre ahora lo que sería un nuevo frente para la investigación. Este medio ha hallado, en exclusiva, que Herrera Yactayo registra una comunicación con el exjuez César Hinostroza en el 2015 y veintidós con el suspendido fiscal adjunto supremo Sandro Paredes en el 2018. El procurador Herrera asegura que no recuerda por qué caso o por qué razón se contactaron.

Las 22 comprometedoras llamadas

En 2018 el aún coordinador de la Procuraduría Anticorrupción del Callao, Engie Herrera, registró 22 llamadas de ida y vuelta con el entonces fiscal en Lima Sandro Paredes Quiroz, quien se desempeñaba como adjunto del fiscal supremo Víctor Rodríguez Monteza. Este último está vinculado al caso Los Cuellos Blancos del Puerto. Los diálogos entre Herrera y Paredes se dieron entre el 13 de febrero y 17 de abril del 2018 e iban desde las 9:23 am. hasta las 9:50 pm. Algunas comunicaciones duran apenas segundos, mientras que otras duran entre 4 y 6 minutos.

El exprocurador anticorrupción Amando Enco afirmó que, si bien son usuales las conversaciones con los fiscales, este caso le “llama mucho la atención”. Explicó que, al tratarse de “coordinación con fiscales supremos, tendría que haber sido reportado o comunicado al despacho del procurador en la sede central” y que en este caso a él no se le reportó. “Lo recordaría”, asegura. Agregó que “el señor Herrera tendría que explicar sobre qué caso conversó con el fiscal supremo [Sandro Paredes]”.

El procurador Engie Herrera, en respuesta a Sudaca, reiteró que no recuerda la razón de las 22 conexiones telefónicas: “hablo con muchos funcionarios y autoridades constantemente”. El registro del número de diálogos entre Herrera y el fiscal Paredes coinciden, sin embargo, con fechas claves de un caso de crimen y corrupción que hoy envuelve al segundo de ellos.

Según una investigación fiscal y policial, en los primeros meses del 2018 Sandro Paredes habría dado protección e, incluso, habría fingido ser inspector para favorecer a dos miembros de Los Malditos de Angamos, organización criminal enquistada en el distrito de Ventanilla que se dedicaba al cobro de cupos, sicariato e invasión de terrenos.

El fiscal Paredes, con quien el procurador Engie Herrera intercambió constantes llamadas, se habría involucrado con el grupo criminal del Callao a través de Dante ‘Kiko’ Mandriotti, dueño de la Academia Cantolao y actual gobernador regional del Callao. Existen interceptaciones en las que ‘Kiko’ se referiría a Paredes con frases como “el amigo fiscal”, “siempre me apoya a muerte” y “ya hemos hecho otros casos con él”.

Además, hay una visita que el procurador Herrera ha optado por no aclarar ante Sudaca. En la carpeta fiscal del caso Mascarillas-Diravpol existe un documento que revela que Mandriotti ingresó a la Procuraduría Anticorrupción del Callao el 23 de enero del 2018. En esa fecha, Mandriotti solo era conocido por ser fundador y dueño de la academia de fútbol. Ocho meses después sería elegido gobernador regional del Callao.

Registro de visitas indica que Dante Mandriotti, aún sin ser autoridad en Callao, ingresó a la procuraduría anticorrupción de Engie Herrera el 23 de enero del 2018.

Registro de visitas indica que Dante Mandriotti, aún sin ser autoridad en Callao, ingresó a la procuraduría anticorrupción de Engie Herrera el 23 de enero del 2018.

El expediente del fiscal que lleva el caso Mascarillas-Diravpol, Francisco Alarcón, solo cuenta con una hoja del registro de entrada de Mandriotti a la sede de Engie Herrera. Alarcón quiso incautar todos los cuadernos de visitas el pasado 12 de octubre del 2020, pero la asistente de la Procuraduría refirió que estas evidencias ya no estaban en el lugar. “Se preguntó por los cuadernos de visita, a lo que respondió que no se encontraba en esta sede, señalando que los tiene el procurador [Engie Herrera]”, se lee en el Acta Fiscal de esa diligencia.

Acta de fiscal anticorrupción Francisco Alarcón da cuenta de que libros de visitas no se encontraban en la sede de la Procuraduría Anticorrupción del Callao.

Acta de fiscal anticorrupción Francisco Alarcón da cuenta de que libros de visitas no se encontraban en la sede de la Procuraduría Anticorrupción del Callao.

Sudaca logró contactar al suspendido fiscal Sandro Paredes para indagar sobre las razones de las más de veinte llamadas que mantuvo con el procurador Herrera, pero este respondió que no tenía “ni idea”. “Como te digo, no recuerdo bien, sí me acuerdo del apellido”, afirmó. Hoy, Paredes está suspendido de sus funciones por 24 meses tras haber sido acusado por los presuntos delitos de tráfico de influencias y patrocinio ilegal en el caso Los Malditos de Angamos.

Suspendido de sus funciones, el fiscal adjunto supremo Sandro Paredes respondió que del procurador Engie Herrera solo recuerda el apellido y no las 22 llamadas que intercambiaron.

Suspendido de sus funciones, el fiscal adjunto supremo Sandro Paredes respondió que del procurador Engie Herrera solo recuerda el apellido y no las 22 llamadas que intercambiaron.

Contacto Hinostroza 

Engie Herrera trabaja como abogado para el Ministerio de Justicia (Minjus) desde el 2012. El principal hito de su carrera, sin embargo, data de abril del 2015. Ese mes fue designado como coordinador de la Procuraduría Anticorrupción del Callao. En este momento, dicha sede no contaba con procuradores titulares y era el coordinador, en este caso Herrera, la persona con mayor rango de autoridad.

En paralelo, ese mismo año el extraditable juez César Hinostroza repetía el plato como presidente de la Corte Superior de Justicia del Callao (CSJCL), una entidad desde donde ya había sido protagonista de polémicas. El 2011 fue investigado por presunto enriquecimiento ilícito y su nombre era titular de denuncias periodísticas por desbalance patrimonial y plagio. La primera en el diario El Comercio y la segunda en el portal IDL-Reporteros.

Expresidente de la Corte Superior de Justicia del Callao se encuentra en la actualidad en proceso de extradición por el caso Cuellos Blancos del Puerto.

Expresidente de la Corte Superior de Justicia del Callao se encuentra en la actualidad en proceso de extradición por el caso Cuellos Blancos del Puerto.

Según el reporte de enlaces telefónicos al que Sudaca tuvo acceso, el 28 de mayo de aquel 2015, siendo flamante coordinador de la procuraduría del Callao, Engie Herrera llamó al juez Hinostroza a las 2:22 pm. Herrera aseguró a este medio que no recuerda el sentido de aquella comunicación, pese a que él era nuevo en el cargo e Hinostroza estaba en pleno apogeo de poder.

El procurador Herrera agregó, además, que no conoce personalmente a César Hinostroza y que “jamás, nunca” se ha “reunido con esta persona”. Sostuvo que, si bien no recuerda lo que lo motivó a llamarlo, “uno, como procurador, tiene que coordinar […]. Probablemente tiene que ver con poner en conocimiento [denuncias contra] muchos magistrados y jueces”.

Consultado, el exprocurador nacional anticorrupción Amado Enco, explicó que “es regular que se den llamadas por temas laborales entre procurados y magistrados, aunque es más con fiscales. Con los jueces tendría que ser un tema muy excepcional”.

Robo en pandemia

Ayer fue suspendida la audiencia a cargo de la jueza Tatiana Barrientos, del 11 Juzgado de Investigación Preparatoria del Callao, donde iba a determinarse el futuro legal del procurador Herrera por el caso Mascarillas-Diravpol. Esto, luego de que el fiscal anticorrupción Francisco Alarcón pidiera 32 meses de prisión preventiva en su contra. El argumento de Alarcón es que Herrera está «directamente vinculado a una serie de actos de obstrucción para desacreditar el caso». Este fiscal explicó a Sudaca que Herrera habría sido «captado» con estos fines por la presunta organización criminal que operó desde la Aviación Policial para la irregular adquisición de mascarillas y alcohol en gel.

El caso Mascarillas-Diravpol, que ahora involucra al procurador, es el único por el que un general de la policía se encuentra en prisión. En agosto del 2020, el fiscal Alarcón realizó un operativo en el que se detuvo a seis personas, entre ellos el director de la Diravpol, el general PNP Alfredo Andrés Vildoso Rojas, y otros mandos policiales.

El procurador chalaco Herrera, quien fuera nombrado en su actual cargo por el exministro de Justicia Vicente Zevallos, sigue en funciones. Asegura que las acusaciones en su contra, “toda esta maraña, son invenciones” y que “todo lo que se está haciendo contra mi persona es un abuso de autoridad, una persecución” que se aclarará “ante el juzgado” donde se hará “conocida toda la corrupción dentro de la Fiscalía”.

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