PELIGRO EN EL AIRE

PELIGRO EN EL AIRE

Para extender la vida de sus helicópteros, el Ejército firmó un contrato de casi cien millones de soles con una empresa no autorizada.

[INFORME] Las labores del Ejército del Perú y la integridad de sus integrantes podría estar en riesgo luego del inexplicable contrato con una empresa para realizarle mantenimiento a sus helicópteros pese a que no contaba con la autorización necesaria.

La vida de los miembros del Ejército del Perú podría estar en riesgo. Pero esta vez no es un enemigo externo ni una guerra la que pone en peligro su integridad. En esta oportunidad, serían los altos mandos del ejército peruano quienes han tomado decisiones tan inexplicables como irresponsables para generar esa alarmante situación.

Como dio a conocer Sudaca en un informe periodístico, el Batallón Especializado de Mantenimiento Aeronáutico (BEMAE) estuvo a cargo de la elaboración de los documentos en los cuales se establecían los requisitos innegociables para brindar el servicio de reparación mayor de los helicópteros modelo Mi-8MTV-1. Sin embargo, para elaborar estos requerimientos se ignoraron las recomendaciones del propio fabricante y los lineamientos nacionales para estos procedimientos.

En esta oportunidad, Sudaca pudo acceder a nuevos documentos que exponen en detalle este sospechoso y peligroso accionar por parte del Ejército del Perú que podría poner en riesgo tanto a sus integrantes como las labores que involucran a estas aeronaves cuya vida útil se intentó prolongar.

UN RIESGO ABSURDO

Tal como se relató en el informe publicado la semana pasada, el Ejército del Perú debía recurrir al fabricante y el intermediario designado por este (la empresa National Aviation Service Company) para las labores de mantenimiento mayor de los helicópteros rusos modelo MI-8MTB-1 cuya vida útil se pretendía extender.

Sin embargo, en un inexplicable e imprudente cambio de eventos, el Batallón Especializado de Mantenimiento Aeronáutico (BEMAE), desempeñando funciones que no le correspondían, elaboró los documentos para la contratación de este servicio dejando de lado los requerimientos que correspondían.

El siguiente evento en esta cadena de decisiones desafortunadas fue la invitación a la empresa Helicentro Perú S.A.C. para una contratación directa. En la siguiente imagen se puede observar la oferta técnica y económica enviada por la empresa Helicentro Perú S.A.C. por el servicio de reparación integral de estos cuatro helicópteros. Según este documento, la inversión en este servicio de mantenimiento mayor superaría los noventa y seis millones de soles.

En este punto es pertinente señalar que si bien Helicentro Perú S.A.C. contaba con autorización por parte de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), como se había exigido en los términos de referencia del servicio, dicha autorización no era para el mantenimiento de los helicópteros rusos que ahora tendría bajo su responsabilidad.

En los documentos de la Contraloría que Sudaca pudo revisar se puede leer que, como lo indica la propia Dirección General de Aeronáutica Civil, la empresa Helicentro Perú no estaba autorizada para darle mantenimiento a helicópteros de uso militar debido a que la autorización con la que contaban únicamente se aplicaba para aeronaves de uso civil.

El panorama se vuelve más desconcertante al tener en cuenta que, cuando fue consultado concretamente por el caso de Helicentro Perú, la empresa National Aviation Service Company, quienes actúan como intermediarios de la Federación Rusa, aseguró que “no ha delegado atribuciones ni funciones y no ha autorizado ni ha facultado a la empresa  Helicentro Perú”.

Esta empresa peruana que tendría a su cargo el mantenimiento necesario para extender la vida útil de estas aeronaves no contaba con tecnologías, boletines o información técnica para mantenimiento y reparación de estos modelos de helicópteros, según lo especificado por el propio fabricante.

Para lograr que esta contratación directa pueda seguir su curso resultó necesario encontrar una justificación y, por ello, se ampararon en el estado de emergencia decretado a raíz de las intensas lluvias que azotaban diversas zonas del país para que este proceso que costaría casi cien millones de soles siga en marcha.

A esto se le suma otro dato alarmante debido a que la empresa Helicentro Perú, como organización de mantenimiento aprobada, no estaba habilitada para llevar a cabo el servicio de peso y balance del helicóptero, una tarea clave para garantizar la seguridad tanto de la aeronave como la de sus tripulantes.

La lista de irregularidades continúa con otro grave descubrimiento. Según la información recopilada por la Contraloría que Sudaca pudo revisar, Helicentro Perú recurrió a los servicios de terceros y, una vez más, se dejó de lado la participación del fabricante. En los documentos se puede leer que el mantenimiento de los extintores y tratamiento anticorrosivo no contó con la presencia de un representante del diseñador de la aeronave tal como estaba estipulado.

Como si lo expuesto hasta ahora fuese poco, a este caso incluso se le sumó un retraso en las fechas pactadas con la empresa Helicentro Perú que, como se establece en los contratos con el Estado, debía culminar en el cobro de una penalidad. Sin embargo, este monto que superaba los ocho millones de soles no fue aplicada.

LOS RESPONSABLES

Por supuesto, esta serie de decisiones desafortunadas han tenido nombre propio. Uno de ellos es el teniente Víctor Guevara Naupari. En su condición de jefe del órgano encargado de la contrataciones del servicio de material de guerra del Ejército fue quien invitó a la empresa Helicentro Perú a participar de la contratación directa pese a que no contaba con la autorización del fabricante.

A Guevara Naupari se le suman Carlos Monsalve y William Lozano, quienes como jefe del departamento de abastecimiento del servicio de material de guerra y jefe del servicio de material de guerra respectivamente emitieron el informe técnico que avalaba la contratación directa con la excusa del estado de emergencia por las lluvias.

En esta lista también figura el nombre de David Ojeda Parra. Según información que la Contraloría pudo constatar, el comandante general del Ejército del Perú había recibido una comunicación en la cual se especificaba que para extender la vida útil de los helicópteros era necesaria la participación del diseñador.

El documento de la Contraloría concluye señalando que esta inversión de casi cien millones de soles no asegura la ampliación de la vida útil de los helicópteros debido a las irregularidades que se observaron en este proceso desde el inicio y también se hace mención a la penalidad que inexplicablemente no se aplicó.

Esta historia marcada por la irresponsabilidad y los peligros a los que quedan expuestos sus integrantes demuestra que, contrario a lo que muchos piensan, quienes más daño le pueden hacer al Ejército del Perú son justamente quienes actualmente están involucrados en su labor diaria.

 

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