Habla la hermana de Jorge Lezama Yáñez:
“Si se organiza este tipo de eventos debería haber medidas de emergencia y de seguridad alineadas a los diferentes sucesos que podrían acontecer. La organización tiene responsabilidad en el desorden que hubo en el mismo momento y después de lo que nos hemos ido enterando en relación de la prestación y de la planificación del evento. Por ejemplo, el plan de seguridad que la organización presentó a las municipalidades de Lima y de Miraflores estaba elaborado primero por una empresa de vigilantes que solamente tiene permiso para tareas de seguridad, o sea, nada de ingenieros de seguridad, nada de personal médico, nada de nada.
No sabemos cuánto tiempo han demorado en trasladarlo desde que se desvaneció. Nadie llegó a auxiliarlo; pese a que otros corredores llamaron a los policías que estaban cerca, ellos tampoco quisieron auxiliarlo. Solo debido a la presión de las personas que habían visto el desvanecimiento de Jorge, lo suben a la tolva de un patrullero que hace un recorrido corto hasta donde había una ambulancia, que, a pesar de estar ahí para auxiliar a los deportistas que pudieran tener un accidente cardiovascular, no contaba con un desfibrilador, sino con una bombilla de oxigenación manual. Además, esa ambulancia tenía la señalética que decía Rímac, pero pertenece a otra empresa y está registrada en la Dirección Regional de Salud (Diresa). Todas esas situaciones nos evidencian que la organización del evento no habría podido atender ese día ninguna emergencia. Finalmente, como le decía, la ambulancia traslada a mi hermano a la Clínica Internacional, donde no dejan entrar a los familiares, aunque sí nos buscaron para pagar los gastos supuestamente realizados en la atención de mi hermano.
Por otro lado, como la organización no había previsto nada de nada, mucha gente decía que era posible que los participantes deberían haber corrido con un botiquín a cuestas.
Y si seguimos descubriendo los errores, las carencias y las zamarradas, tendría que decirte que el gerente general de Vip’s, la empresa de vigilantes tiene una enorme cercanía con el dueño de Perú Runners y también con la persona que firmó el permiso en la Municipalidad de Lima.
Una semana después de la muerte de Jorge, una comunidad de runners de Lima organizó un homenaje a la memoria de mi hermano. Nosotros no pudimos asistir por un problema inmanejable, pero otros familiares limeños estuvieron en la ceremonia y, también, los señores Rodríguez Larraín de Perú Runners, quienes se la pasaron repitiendo: “la situación fue irremediable y hay que sacar todo el hate que se generó en redes sociales”. Ellos -los Rodríguez Larraín- no organizaron nada, los que convocaron al homenaje fueron los colectivos de runners de la capital, los directivos de Perú Runners sólo asistieron para realizar comentarios de deslinde.
Repito, los dueños de la marca no hicieron nada; yo tuve que contratar a unas personas para que vayan a verificar qué cámaras hay en la zona y he tenido que redactar y enviar cartas solicitando las grabaciones, porque la Fiscalía no hizo nada. Solamente pidió los resultados de la necropsia y no exigió nada más, porque, evidentemente, enfocó el tema como si los corredores fueran responsables de lo que les pudiera pasar. Mira, yo creo que si pasó lo que pasó y mi hermano hubiera tenido asistencia médica inmediata de calidad, pues sólo me hubiera lamentado, mucho, pero solo lamentado. Pero nunca sabremos qué podría haber sucedido si él no lo hubieran dejado tirado como en las fotos.
El abogado que contraté para que me asesorara me dijo: ‘ante la Fiscalía tienes que demostrar que una mala organización causó su muerte y una buena organización hubiera podido salvarle la vida’. Esa premisa ha sido mi línea de acción en todo este proceso de búsqueda de información.
Me preguntas qué busco y te respondo: primero, señalar con claridad la pésima organización de Perú Runners y tratar de impedir que esa marca organice otras maratones donde podría haber otras muertes evitables. Y, segundo, que Adidas, una empresa multinacional de renombre, no confíe sus próximos eventos a personas tan negligentes como los señores Rodríguez Larraín”.
Estos son los testimonios descarnados de la esposa y de la única hermana de Jorge Lezama Yáñez. En una segunda parte, publicaremos los alcances legales del abogado de los deudos y del abogado de Adidas y, también, el descargo de Alejandra Rodríguez Larraín.