En tercer lugar, se va a necesitar voceros calificados para establecer algún puente de diálogo, cuando finalmente éste pueda producirse. Y de preferencia habrá que buscar personajes con influencia en Puno, que, a su vez, sean puneños. Los hay, en diversos ámbitos de acción, y deben ser ellos los que lleven la voz cantante en representación de un Ejecutivo que en estos momentos carece de intermediarios calificados para la tarea.
En cuarto lugar, diseñar una suerte de Plan Marshall para la región, una de las que peores indicadores de calidad de vida tiene en el país, y que vaya más allá de los anuncios ya efectuados y que son bastante acotados. Se torna imperativo un megaplan de inversiones en infraestructura, que resuene en los oídos de una población desafectada del Estado peruano por décadas de soslayo.