[EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS] La crisis moral de nuestra clase dirigente en tres episodios
Estos comentarios son fragmentos editados de los posts que dediqué en redes sociales a la trágica muerte de José Miguel Castro, a la triste partida de Joselo García Belaúnde y al lamentable comportamiento de Intercorp con los deudos y damnificados por la caída del techo del Real Plaza de Trujillo. Los encontré lo suficientemente sugerentes como para editarlos debidamente y convertirlos en un artículo, que, desde el análisis de tres casos bien diferentes, llega a la misma conclusión: la profunda crisis moral de nuestra clase dirigente.
No maten al mensajero, sobre Romy Chang, Intercorp y las víctimas del Real Plaza de Trujillo
Romy Chang, a quien en estas líneas no pretendo defender, no es más que la punta del iceberg o el “organismo ejecutor” en el chantaje y maltrato de Intercorp a los deudos y damnificados de la caída del techo de Real Plaza Trujillo hace unos meses. El Iceberg completo de esta indignante situación es el propio Intercorp que no hace más que confirmar el rol tradicional e histórico de nuestra gran burguesía que ha consistido en enriquecerse de los peruanos y de las riquezas del país, sin ninguna vocación a favor del desarrollo conjunto de la sociedad.
Para demostrarlo basta retrotraerse a los tiempos del guano, o recordar el triste papel que desempeñaron los llamados “12 apóstoles” -principales empresarios del país- en la quiebra absoluta de la economía peruana durante el primer gobierno de Alan García, cuya primera responsabilidad en el tema no se niega aquí. Pero nuestro gran empresariado a través del dólar MUC generó una fuga de divisas provenientes de nuestras reservas nacionales cuando lo que se esperaba de él era que reinvirtiese sus ganancias en el Perú para así procurar la reactivación de nuestra economía: sucedió todo lo contrario.
Más cerca en el tiempo, basta una pasada somera por el programa Reactiva aplicado en 2020 para favorecer a la pequeña y mediana empresas peruanas -mypes- en tiempos del confinamiento adoptado como prevención ante la pandemia del Covid-19. Al final, hicieron cola por gusto, las grandes corporaciones se quedaron con la parte del león de esos fondos.
Cierro, los muchos millones que estas corporaciones le deben a la SUNAT, es decir, al país, mientras que los contribuyentes de a pie hacemos esfuerzos por cumplir con nuestras obligaciones.
El maltrato y desdén a los ciudadanos de Trujillo víctimas del derrumbe del techo de Real Plaza de la localidad, no debe quedar impune. Ojalá un estudio de abogados importante, con conciencia social, tome su caso pro bono. A ver si, esta vez, hacemos aunque sea un poquito de justicia en este país donde no se conoce, siquiera, la definición del concepto.
La yapa, mientras el Club Liverpool le pagará a la viuda de Diogo Jota -joven futbolista trágicamente fallecido en un accidente automovilístico junto a su hermano- también futbolista, el total de los 2 años que le quedaban de contrato y la educación de sus hijos hasta que culminen la universidad, Intercorp quiere callar con “un sencillo” a las víctimas y deudos del derrumbe del Real Plaza de Trujillo. Por eso Inglaterra es Inglaterra y el Perú es el Perú.
Joselo García Belaúnde, QEPD y que lo dejen descansar en paz
Han saltado los “políticamente correctos” a cuestionar a nuestro recientemente desaparecido embajador, el entrañable José Antonio García Belaúnde por haber sido canciller de Alan García. ¿Habría que cuestionar al embajador Manuel Rodríguez Cuadros por haber sido canciller de Alejandro Toledo? Yo creo que no, ambos embajadores obtuvieron logros muy importantes que condujeron a la victoria de la Haya, el reconocimiento de la controversia por parte de Chile el primero, la política de las “cuerdas separadas” el segundo.
A su turno, el expresidente Alan García Pérez hizo bien en demandar a Chile en 2008, en firmar los límites marítimos con Ecuador en 2011 -por eso Ecuador no intervino en el litigio- y en tener a Joselo, con su política de las «cuerdas separadas», al frente de Torre Tagle mientras duró su gobierno. La crítica general de una gestión no puede anular el reconocimiento de políticas exitosas específicas. Para algo somos historiadores y no activistas políticos.
Sobre García Belaúnde, este no solo dirigió los hilos del litigio de La Haya con solvencia, buen talante y mucha clase sino que, por ello mismo, obligó a la contraparte a imitarlo. Entonces el presidente chileno Sebastián Piñera nombró Canciller a Alfredo Moreno con la expresa finalidad de que baje el tono confrontacional de su cancillería para hacerlo compatible con el de Torre Tagle, siempre afinado y atildado. Fue así como pudimos implementar la referida política de las «cuerdas separadas» para llevar la controversia marítima al margen del resto de la relación bilateral. Con ella obtuvimos la victoria en la CIJ, pero también obtuvimos la paz y fortalecimos la relación bilateral con Chile.
QEPD José Miguel Castro y esperemos la verdad
Es infame que haya personas que por motivos políticos hayan intentado imponer la narrativa de que José Miguel Castro se suicidó, solo conjeturando y sin siquiera saber nada del estado de su salud mental. El suicidio es el drama humano más doloroso, debería tratarse con más respeto y humanidad. Se trata de dejar que la Fiscalía de la Nación haga su trabajo pericial para establecer las causas de su deceso.
Nos falta un mínimo, no sé, de sentido común y amor al prójimo, por decir lo menos. En este muro hicimos un llamado a ser más cautos y respetuosos con la posibilidad del suicidio de José Miguel Castro, drama humano que debe tratarse con moderación. Sin embargo, reiteramos, hubo quienes defendieron a capa y espada la hipótesis del suicidio como si se tratase de un lobby o agenda política antes que como una postura personal ante estos dolorosos acontecimientos.
Hoy que la hipótesis del homicidio cobra fuerza, ha quedado expuesto el sector que se mostró demasiado interesado en imponer la otra posibilidad. Pensamos que no es tan difícil, por un mínimo de ética, esperar a conocer más el tema, esperar el resultado de las investigaciones, nosotros lo seguimos esperando.
En resumidas cuentas, respecto de la trágica muerte de José Miguel Castro, me ha dado vergüenza ajena ver cómo los dos bandos que podrían resultar directa o indirectamente involucrados por esta triste situación se jalonean defendiendo la hipótesis del suicidio o la del homicidio, pues también hubo políticos que manifestaron notable interés en esta última opción para salir a responsabilizar, sin más, a otros políticos por el supuesto crimen. Con este morboso contrapunto, lo único que logramos fue restarle moral a lo poco que le queda de moral a la política peruana.
Pareciese que a nadie le interesase descubrir la verdad, cada uno defiende sus intereses y no nos centramos en este drama humano que ha estremecido al país. Y estos son los bandos de nuestra política que aspiran a gobernarnos. El Perú merece más, Dios nos coja confesados.








