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Todos deben coincidir en que la generación y la aplicación de las políticas públicas son realmente importantes, puesto que brindan el marco general para un trabajo coordinado y de cumplimiento obligatorio por parte de las instituciones que son involucradas en las intervenciones estipuladas. Sobre todo, desde un Estado que centraliza y en la práctica convierte a los gobiernos locales de alguna manera en solo agentes de intervención, pues el poder adquirido por éstos que les permitiría tomar decisiones propias sobre su esfera de competencias, muchas veces es limitado por múltiples razones. Una razón, supongo, es la carencia de definiciones estándar que se maneja desde el gobierno central y los espacios regionales. Aunque parezca imposible, es una verdad.

Es por esta razón que muchas políticas nacionales que apuntan al desarrollo de todo lo denominado rural, han sido estructuradas y se manejan tomando como base los conceptos que se explican desde lo urbano o desde la ciudad propiamente.  Siendo recurrente la debilidad que se muestra, creo yo, al momento de intervención. Cabe decir que no es exclusividad que “lo rural” sea visto solo por los gobiernos regionales con fuertes componentes en lo rural, pero si es muy importante su presencia en la construcción de políticas de atención. Por eso es necesario de que los ejecutores de las mismas estén bien capacitados y sensibles a la realidad. 

Es necesario entonces, que el concepto del tema rural debería construirse desde el conocimiento del espacio y la propia región donde se trabaja, viendo las densidades poblacionales, las particularidades y colectividades, la cultura, la organización social, el trabajo que desarrollan propiamente, las múltiples características diferenciadas, pero lo más importante, es tener bien claro cuál es su base estratégica de subsistencia. Y apuntar a trabajarla, fortalecerla, potenciarla y canalizarla para un desarrollo auto sostenido que permita su ingreso a un mercado mayor. Dicha base estratégica es la agricultura. Con la Agricultura surge un sector social que es definido normalmente como la unidad económica campesina familiar, cuya modalidad de producción se caracteriza porque la fuerza de trabajo y los medios que tienen para trabajar en el campo, se constituyen en un solo valor, constituyendo de esta manera la muy conocida categoría social que representa la mirada al campo: La familia campesina.

Ahora bien, plantear y/o sustentar el ingreso de un modelo de economía capitalista al agro no tiene por qué hacer desaparecer el modelo de organización campesino tradicional, donde es la familia la base de la producción, y que mantiene una modalidad de economía local, pero para entrar en esa apuesta, se debe considerar entre muchas, estas interrogantes: ¿Qué rol cumple la cultura para una resistencia hacia el cambio? ¿Qué papel juegan la organización social (el parentesco) en la defensa de la cultura tradicional? Teniendo las respuestas, se podría conseguir que toda propuesta para el desarrollo tenga la oportunidad de avanzar y de fortalecer al campesino. Este modelo de organización socioeconómica campesina basado en la familia es tan fuerte, que resiste cualquier crisis y valida cualquier cambio. El medio rural es representado por la familia campesina, cuya lógica económica de producir bienes transables, en franca sumatoria con más familias, generan redes y podrían tener efecto quizás sobre los precios en los mercados locales y regionales y aunque parezca paradójico, la práctica económica tradicional campesina, que se basa en una unidad básica de producción, de trabajo familiar, se podría constituir en la base también de una futura economía de mercado muy aprovechable desde el sector rural.

En conclusión, volteando la mirada y reconociendo en la familia campesina, en el agro, en la práctica económica tradicional campesina, basada en su unidad básica de producción, el grupo familiar, es un aliado, en lo económico, de una entidad superior, la economía de mercado el verdadero significado y valor que posee el sector rural, se tendría la oportunidad de comenzar a trabajar varios temas con mayor firmeza, identificando una vez más, en este sector, su espíritu resiliente. La mirada hacia la agricultura debería ser renovada, el campo mismo es una necesidad, darle juventud a los que trabajan la chacra, (ahí vendrían políticas con respecto a este tema) construir y fortalecer la asociatividad, generar los péndulos económicos, aprovechando del fenómeno migratorio los retornos estacionarios, es decir, entender y fortalecer la mirada de la familia campesina emprendedora, darle mayor valor. El Pais es rural y urbano como muchos otros países, las redes están construidas, lo social es fundamental para la generación de propuestas, lo económico es la base para fortalecer y sustentar dichas propuestas, la articulación de instituciones, etc. Respetemos el campo, el sector rural es clave.

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La sociedad peruana en general se ha desarrollado a través de la historia con una serie de fenómenos sociales que han marcado mucho su devenir, y ha mostrado características muy particulares en los espacios urbanos que han visto este proceso. 

 Cuando observamos manifestaciones o acontecimientos que nos son rutinarios y los resultados son por decir lo menos novedosos y en parte comienza a generar impacto, estamos pues ante un fenómeno social, que, entre muchas definiciones con debate incluido, mis amigos sociólogos pueden resumirlo como “………todos aquellos eventos, tendencias o reacciones que tienen lugar dentro de una sociedad humana establecida. Se evidencian a través de modificaciones colectivas de conducta”

No hay duda de que los entornos influyen en cada persona y de alguna forma se encuentra explicación de cómo actuamos como sociedad. De lo individual a lo colectivo, se van gestando también los cambios sociales de un fenómeno más grande que trasgrede todo tipo de rubros, desde lo económico, cultural y propiamente social que incluye ideas, modas, hasta religión, como expresiones que se van dando y van acumulando tiempo. Todo esto nos lleva a pensar en abrir nuevas posibilidades para el desarrollo y crecimiento de los espacios involucrados, considerando la idea del progreso, de la productividad y quizás también del consumo. Es importante entonces considerar varios temas que aplican en este trastoque natural que provoca un fenómeno social, como por ejemplo educar para el trabajo para que todo lo que signifique una mirada productiva posibilite el desarrollo integral de la población, inmersa ya sea como hacedora o como resultado de un fenómeno social, generando algún tipo de valor económico, una mirada de mercado. Nuestra sociedad es diversa, pluricultural, multicultural, cada cultura que tenemos tiene el derecho a ser escuchada, respetada y también valorada, para que el desarrollo de la misma sociedad se dé dentro de la diversidad, permitiendo un éxito continuo y prometedor. 

Es ya una realidad en el mundo, el rescate y la valoración de las diferencias, donde lo singular, lo especifico de cada grupo es importante y útil, por persona, por comunidad o como un colectivo social. Las migraciones son fenómenos sociales plenos de toda investigación, adecuación, aceptación y acogida, donde exigimos todo un proceso de construcción de convivencia. En el Perú, lo pasamos (las migraciones campo-ciudad) y nos adecuamos o nos vamos adecuando a este fenómeno y ahora el espectro se amplia y comienza o quizás continua el reto haciéndose internacional. Muchos migrantes comienzan a cambiar escenarios y la cuestión se traslada a nivel nacional. Trastocando o poniendo la cuestión identitaria en cuestión, donde se revisan posesiones culturales que hagan frente a lo nuevo. Es un juego de costumbres legitimadas y asimiladas desde los espacios de acogida que se “fortalecen” naturalmente.  Sin embargo, es importante que el tema se comience a trabajar con detenimiento desde los lugares, distritos propiamente donde se percibe esta situación de encuentro de nacionalidades, de culturas y que la acogida que nos corresponde, permita un desarrollo y crecimiento armónico.

En otras palabras, es papel fundamental de los municipios, que, como gobiernos locales, tomen habida cuenta que el fenómeno social que estamos viviendo, presenta un escenario de convivencia, aprendizaje, enseñanza que permite se genere una realidad próspera, venciendo percepciones a priori. El Perú es un pais emprendedor, donde se nace emprendedor, por historia más que por necesidad, bueno, este detalle debería abrir las mentes para aprovechar lo nuevo y afianzar con el conocimiento una mayor competitividad para beneficio conjunto y crecimiento sostenido. La convivencia enseñará nuevas técnicas y potenciará la localidad utilizando la estrategia del conocimiento compartido.

Un enfoque migratorio, en las políticas nacionales tendría mejores resultados dada la coyuntura expuesta, la sensibilización de las autoridades y de la población de acogida con respecto a este tema, podría afianzar mejores emprendimientos, y considero que comenzar por los gobiernos locales con ordenanzas de acogida y tolerancia, seria de mucha utilidad. La violencia en las calles, podría reducirse, con la aceptación social y convivencia horizontal. La defensa de un espacio sería conjunta y los migrantes también se preocuparían por salvaguardarlo. Todo es cuestión de tomar el toro por las astas. Gracias.

En el artículo anterior reflexionábamos sobre la importancia de poder identificar cadenas de valor a nivel de regiones, teniendo como base todos los procesos de adaptabilidad social y cultural que ha tenido nuestro poblador en el Perú. Una cadena de producción genera empleo, fortalece las competitividades, aplaca las crisis, amortigua los conflictos. Pensarlo como estrategia no es descabellado y considerarla a nivel nacional menos. Es una posibilidad palpable, necesaria y posible, solo se necesita comenzar a concretar los procesos que nos lleven a dicha atención.

CEPAL ya en el año 2001 manejaba el concepto de cadenas productivas, considerándolas como una concentración de sectores a nivel geográfico con empresas dedicadas a las mismas actividades o actividades que están relacionadas, ya sea de atrás como para adelante, es decir desde la producción hasta la comercialización o viceversa (entendida como un circuito) y que cuenten con importantes economías externas, colectivizando el desarrollo. Este enfoque de cadena productiva, desarrollado en Europa en los años setenta, “ha permitido mejorar la competitividad de los productos y servicios de las empresas al promover la definición de políticas sectoriales consensuadas entre los diferentes actores de la cadena” (Carbajal y Tovar, 2009).

En esa línea, es importante considerar la idea de un encadenamiento industrial que como entidad socioeconómica permite a una comunidad social que está compuesta por organizaciones sociales, y con agentes económicos localizados en estrecha cercanía física dentro de una determinada región geográfica, generar un bien común en la forma de productos, tecnologías, valores y conocimiento organizacional que contribuye a la generación de productos y servicios altamente competitivos en el mercado global. De aquí se desprende la característica central que diferencia a los encadenamientos industriales competitivos de las simples e inevitables aglomeraciones geográficas de agentes económicos.  Es decir, una cadena de funciones que coordinen sistemáticamente.

En el Perú, cual pais diverso se presentan muchos ejemplos de posibles encadenamientos, especialmente alrededor de actividades de tipo artesanal y/o preindustrial, considerando las actividades textiles, agrícolas, ganaderas, acuícolas, etc., que son desarrolladas en estrecho trabajo comunal andino y amazónico. Estos encadenamientos tienen fuerte componente cultural que han sido desarrollados a lo largo del tiempo, y que pueden ser muy aprovechables, sin embargo, aun percibimos déficits de inversión, innovación y capacidad para gerenciar, que imposibilitan afianzar su competitividad. No podemos negar que existen agentes económicos que trabajan en estrecho vínculo geográfico, con capital fuerte y tecnología acorde a los tiempos, pero que siguen operando como islas, sin ejercer niveles profundos de cooperación entre las empresas y mucho menos con las comunidades involucradas en el primer escalón de la producción. He ahí nuestra debilidad, no identificar con seriedad esta realidad, teniendo todo para empilar un cambio económico y productivo, solo falta decisión. Existe entiendo una comisión congresal que ve estos temas, sería bueno mirar el tema. 

Con todo lo expuesto, esta estrategia pais planteada, hace posible imaginar lo interesante que sería considerar, las cadenas productivas como instrumentos de política pública que permitan fomentar y posibilitar el desarrollo económico en un determinado territorio geográfico. Permitir la integración de los actores involucrados en la producción y comercialización de un bien o servicio. De esta forma, se busca una mayor coordinación entre los productores, proveedores de insumos, empresas de servicios, comercializadores y consumidores finales.

En ese orden de ideas, el interés de formular la estrategia nacional para el desarrollo de las rutas productivas con base en las cadenas productivas nace que la gran mayoría de unidades económicas como las mypes, las asociaciones, las cooperativas y todas formas de instituciones socioeconómicas, para el cumplimiento de sus metas productivas necesitan de la contribución de actores públicos y privados, en las cuales se establecen complejas modalidades de colaboración, el Estado como tal y la inversión privada permitirá el desarrollo y crecimiento social y económico de una región respectivamente. El misterio del capital no es un misterio. Lo tenemos claro.

Es papel del Estado, comenzar el desarrollo de unas rutas productivas que definitivamente considere a todos los que quieran involucrarse como los emprendedores, las mujeres y hombres, (no existe exclusividad de género, es un error de siempre), los tecnológicos, los globales, es decir, las rutas de producción marcan el camino y acompaña nuevas intervenciones. Solo es cuestión de pensarlo. Con ferias y mercados asistidos no se soluciona nada, apostemos por más. Es el reto.

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En muchos artículos he buscado dejar sentado lo importante que es tomar en cuenta las particularidades que los sistemas de adaptabilidad humana geográfica generan. La relación de lo ancestral cultural, con la productividad en las regiones es un tema clave que facilitaría un desarrollo y crecimiento cuasi integral. A ello se suma que somos un pais que ha visto en décadas del siglo pasado, movilizar poblaciones que ahora en la actualidad componen péndulos de comunicación económica, social, cultural coadyuvando a construir nuevos escenarios sociales y económicos que son importantes para la mirada de un país que busca crecer sistemáticamente.

La necesidad clara de nuestro país es fortalecer un desarrollo y crecimiento económico que permita no solo vislumbrar la solidez de un mercado interno sino también tener las herramientas suficientes para mirar hacia afuera y exportar. De tal forma, la sociedad, con la mirada rural productiva, con la necesidad de crecimiento de la agroindustria y también con el desarrollo de un circuito financiero que ayude a los empresarios populares, tendrá elementos para visionar el éxito.

En un contexto internacional y luego de diversos escenarios económicos y sociales vistos en el país, considero que el Estado Peruano está casi en la obligación de intervenir de manera sistémica desdesus distintos niveles orientando una reactivación que tenga en el tejido empresarial el aliado que coadyuve a concatenar procesos de desarrollo económico territorial basados en el fortalecimiento de cadenas productivas estratégicas que beneficien a corto plazo a las familias peruanas. Hay que identificar cadenas de valor a nivel de las regiones y construir un tejido de crecimiento productivo. Es una tarea de las instituciones del estado de manera articulada.

En los últimos años el concepto de cadenas productivas ha tomado relevancia debido a la capacidad que se genera al poder impulsar undesarrollo y crecimiento económico que permitan la competitividad entre los países. A nivel mundial se han implementado políticas nacionales que han buscado orientar estas cadenas de valor bajo estrategias que permiten a la larga el fortalecimiento de distintos sectores económicos.

Se necesita impulsar procesos de colaboración intersectoriales e intrasectoriales una vez identificadas las cadenas productivas que puedan generar una cadena de crecimiento desde todo el proceso productivo y que sean estratégicas en cuanto a la generación de empleo, y que avizore competitividad en el mercado nacional y mundial. En los casos como el agrícola, se entiende que hay quepensar en procesos que van desde la siembra hasta el mercado, por ejemplo; ahí se incluyen ministerios como el de Agricultura, luego el de la Producción y porque no pensar también en el del Mincetur. Lacolaboración y la comunicación entre los diferentes eslabones son fundamentales para garantizar la eficiencia y la calidad de todo el proceso productivo. No voy a negar que existen experiencias que buscan atender esta necesidad que expongo, pero, falta la coherencia que da una intervención consensuada y articulada. De verdad eso no hay.

Es urgente implementar intervenciones con enfoque de cadena de valor que incorporen en los procesos productivos nuevas herramientas tecnológicas, afinen las herramientas de gestión empresarial, programen actividades que no estén separadas de la mirada responsable con el medio ambiente; en fin, el acompañamiento en dichas intervenciones debe ser también constante a fin de articularse con los motores iniciales de estos procesos como lo son por ejemplo las MYPE, las cooperativas y los distintos modelos asociativos empresariales que existen.

Promoviendo una mayor participación de las unidades de negocio en las cadenas de valor a nivel local, regional, nacional y global pienso que las oportunidades puedan generar mejoras en la productividad, crear mayor innovación en productos; aumentar el empleo dando puestos de trabajo de mayor calidad; se debería fortalecer los eslabones de la producción hacia atrás y adelante; incluyendo, repito, a las micro y pequeñas empresas de bienes y servicios en las cadenas de valor sería una interesante apuesta; y, por ultimo no perder de vista la necesidad de fortalecer la capacidad exportadora de las empresas locales con su consiguiente inserción en cadenas globales. Propuesta global. (ONU, 2017). Además, la inclusión de micro y pequeñas empresas en las cadenas productivas estratégicas es fundamental para su éxito; ya que éstas suelen ser los principales generadores de empleo en los países y su participación en las cadenas productivas les permite acceder a nuevos mercados y mejorar su competitividad y productividad.

Lo expuesto en estas líneas analiza lo importante que es la identificación de las cadenas de valor a nivel de regiones, teniendo como base todos los procesos de adaptabilidad social y cultural que ha tenido nuestro poblador en el Perú. Una cadena de producción genera empleo, fortalece las competitividades, aplaca las crisis, amortigua los conflictos. Pensar en esta estrategia país no es descabellado. Los planificadores de todo pais en el mundo saben lo importante que es definir las metas a corto, largo y mediano plazos. Queda en nosotros darle la importancia y categorizar el tiempo para esta intervención para la productividad.  La agricultura, la acuicultura, la ganadería, y más lo esperan.

Existe actualmente en la mayoría de jóvenes peruanos y quizás en el mundo, (no lo sé), la idea de “ser sus propios jefes”. El mercado ha calado de tal manera en las mentalidades de los jóvenes, sobre todo, que hace que les resulte atractivo emprender con los entusiasmos propios de la edad, negocios que busquen ser innovadores, competitivos, y que en el corto tiempo les permita la holgura de vida de un empresario exitoso. El filtro de la realidad es fuerte y solo los más preparados y consientes de las dificultades podrían comenzar la estabilidad deseada de un negocio que se emprende con fe y dedicación. 

En el mundo urbano, la competitividad es muy fuerte y los emprendimientos son más focalizados a necesidades ya estandarizadas, pues los servicios y las atenciones son ya parte del normal consumismo de la sociedad actual. Los jóvenes comienzan a madurar la idea de fortalecerse con las oportunidades comerciales que van identificando, creando sólidas bases para su desarrollo y crecimiento económico; Las redes económicas y sociales siguen funcionando en la ciudad y es muy importante canalizar los esfuerzos de muchos jóvenes con necesidades económicas o con visiones de oportunidad empresariales, para consolidar sus emprendimientos. Es el momento de los emprendedores y el Estado ha dejado de verlo como una realidad palpable, minimizando su importancia. Hay muchos ejemplos que confirman esta afirmación, las familias emprendedoras, o los jóvenes emprendedores dejados de lado.

Sin embargo, yo sigo insistiendo en que además del mundo urbano que emprende, sin dejar de ser importante, no perdamos de vista al sector llamado rural, pues ahí se sienta las bases para que se comiencen a gestar emprendimientos innovadores que se convertirán más adelante, en propulsores de una economía que genere grandes procesos de cambio, y de esta forma pase a ser determinante en la generación de riqueza y empleo. Esto es clave pues, para impulsar dinamismo en cualquier economía. Es allí donde comienza a ser muy importante el interés por analizar las dinámicas de los emprendimientos y sus implicaciones, tomando en cuenta las estructuras que generan la producción y su desarrollo, dando pase a la innovación y el crecimiento de cualquier ciudad.

Si del mundo rural se trata, el Perú que con su diversa geografía es lugar de, en todo sentido, muchas particularidades, se alimenta de un fuerte componente que solo es entendido con el estudio de los componentes culturales y que en jóvenes rurales van asociados a la fuerza de la edad y a los entusiasmos regionales. Por ende, corresponde destacar como en las regiones se releva la importancia de identificar y considerar emprendimientos individuales, asociados o comunales, que valiéndose de las redes sociales estampan fuerza en los espacios que se van generando a nivel económico, y donde la competitividad es un elemento determinante para el desarrollo. Se abre así, camino a una alternativa propia donde se comienza a acuñar el termino de emprendimiento rural como una posibilidad latente y casi nueva, los llevados a liderarlo son los jóvenes rurales, quienes son hijos de la mentalidad del retorno, del ida y vuelta, del campo y ciudad, son los elegidos. 

Las alternativas que se generan desde los emprendimientos rurales son muchas y van de la mano con el interés de muchos emprendedores que comienzan a identificar oportunidades de negocio en entornos alejados de las ciudades, y son los espacios rurales los que persiguen este fin, para ir adecuando su entorno a los cambios que el mercado presenta. No es una generalidad, pero son las mujeres rurales las que generan mayores posibilidades para emprender un negocio, vale decirlo rural. Es una tendencia no solo en el país sino en Latinoamérica o quizás el mundo. 

Habría mucho que decir, cuando se piensa en emprendimientos rurales, ya en muchos artículos lo he mencionado, se generaría cambios sociales, se afinaría las apuestas innovadoras, la competitividad regional sería saludable, en fin, los jóvenes rurales deben emprender, sabiendo que tienen como base su propia geografía y la diversidad de recursos que ello origina. Mercado hay, solo se espera que la mentalidad de ser sus propios jefes se consolide y se fortalezca en el campo con la m irada madura de emprender. Para ello, es necesario ir al campo para fortalecer esas capacidades innatas que la historia ha demostrado es real, sobre todo en los jóvenes del campo.

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Emprende, Emprendedor, emprendedor rural

Este siglo es constante por los acelerados cambios que caracterizan su desarrollo a través del tiempo, eso ya lo sabemos, y la historia económica para el mundo y sus investigadores se encargarán de plasmarla en documentos que nos permitirán entender mejor los otros procesos de cambios, el social, el político y el cultural. Cabe decir también que, en algún momento, se tiene que entender que el viceversa también cae en las posibilidades de un futuro análisis. Lo social explica lo económico y así en los otros niveles el político y el cultural. 

Para efectos de una realidad social, estamos siendo testigos del crecimiento de una generación que vive en la diversidad, una diversidad que tiene su inicio con la aceptación inicial de la llamada diversidad cultural que va a permitir ampliar las alternativas de comprensión, que definirá nuevas capacidades, nuevos o distintos valores humanos y nuevas maneras de ver el mundo, con una cosmovisión muy particular, además de ello la sabiduría histórica preparada para asumir de mejor manera el futuro. El respeto a la diversidad cultural impulsa pues el desarrollo de las personas, las comunidades y de los países. Esta realidad, permite pues que la diversidad social pase a definirse en una nueva realidad y comience a fomentar nuevos valores innatos de respeto a la diversidad, ya quizás visto como un principio ético y fundamental. Más allá de las culturas se considera más a las personas. 

Tema determinante en una nueva mirada para la comprensión, para los enfoques que consideren etnias, géneros, edades, religiones, educación, personalidades, habilidades, experiencias y bases de conocimiento, etc. Entonces, la generación actual, entiende el mundo de distinta manera y en el imaginario social joven, sobre todo, la diversidad es normal en todas partes y a todos los niveles de organización, y se comienza a generar el proceso de construcción de este nuevo paradigma.

Dicho esto, es necesario también, entender que al considerar o analizar esta realidad, las empresas grandes o pequeñas, comienzan a basar su espíritu competitivo en la base de la diversidad. En este siglo XXI, es una verdad que casi el 80% del valor de las empresas se basan en intangibles y la innovación, el talento, lo particular, se vuelven ventajas muy competitivas en nuestro mercado, detalle que tiene que ser muy considerado y la apuesta por la diversidad genera las posibilidades que potencian la empresa y por ende define la sociedad. Es un recurso muy interesante para potenciar la empresa y quizás para emprender algo nuevo.

La toma de decisiones empresariales bajo este enfoque abre las puertas repito para las innovaciones y para las particularidades que pueden alimentar y fortalecer la competitividad que todo negocio debe tomar en cuenta y mientras más diversa puede ser la organización en su estructura, más valor adquiere en la sociedad, más cerca a encontrar mayor valor agregado y mejores o nuevas ideas.

Mientras las empresas son más diversas en su constitución, llegan a ser más innovadoras y presentan una mejor adaptación a los cambios, atraen mayor talento, pueden captar y fidelizar más clientes, pueden lograr acceso a mejores inversores y también financiadores que van a permitir la sostenibilidad y también estarán más preparadas para ser más competitivas potenciando el negocio emprendido. En resumen, la diversidad cultural tema muy tratado en diversos artículos acá, va a permitir que se genere y se fortalezca el respeto a la diversidad social, y se convierte en un elemento que amplía las alternativas para desarrollar y crecer al que busca emprender o al que maneja una empresa. Se alimentan las diversas capacidades, se entienden los diversos valores humanos y las cosmovisiones, ligadas a las creencias y las percepciones. El desarrollo auto sostenido de las personas o comunidades, tendría un mejor crecimiento, cuando se asuma la diversidad como un eje que sirve para el desarrollo y de esta manera las empresas se pueden beneficiar, generando una opción más para el éxito. Creo que también podríamos considerar este tema.

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Se dice que el Perú es un pais de emprendedores, suena bien en discurso cotidiano, es verdad, pero a veces no se sabe si decirlo nos debe llenar de orgullo, pues el reto es canalizar esta característica lo mejor posible para desarrollar y hacer crecer nuestro pais de distintos modos en términos económicos, pero, a veces también las circunstancias nos indican que la necesidad de emprender se da por la mera necesidad de subsistir y disfrazamos los términos a veces adrede, pues no queremos cambiar la frase por otra que diga el Perú es un pais de auto empleados.

En muchos artículos hemos puesto en la bandeja, muchos temas de análisis que promueven el éxito de un emprendedor o de un pais emprendedor, temas de cultura, de competitividad, de resiliencia social y además de construcción de un mercado nacional llamado interno, que muy bien puede ser liderado por las mypes. Las mypes que al inicio empresas populares, se constituyen en una fuerza no muy reconocida o quizás no muy entendida. Ilusamente seguro, el artículo anterior decía mucho de la construcción de un proceso muy largo pero necesario. En fin. 

Es sabido también, que los emprendedores surgen desde el momento que existen las condiciones necesarias para la apuesta empresarial popular y que no solo las circunstancias deben ser sociales y económicas, sino que la coyuntura debe tener el acompañamiento planificado del estado. El espacio donde surgen los emprendimientos suelen ser espacios muy urbanos de coyuntura global o quizás también emprendimientos rurales que identifican entre otras cosas la necesidad de acompañar los circuitos turísticos (muchos en el Perú), o amoldarse a las areas de influencia directa o indirecta de algún grupo empresarial extractor de recursos mineros ó hidrocarburos. Todos sabemos que esto es una realidad, y que es bueno reconocer que en las regiones también se piensa y es muy fuerte el espíritu emprendedor. El Perú pluricultural emprende.

  Para ello, creo, que no está demás recordar algunos conceptos que las personas deben considerar y sobretodo las autoridades involucradas en los temas culturales deben tomar muy en serio, pues por lo general de ahí debería partir toda acción para dirigir actividades de responsabilidad del estado. Es muy fácil pensar desde un escritorio. El Perú es un pais que debe asumir desde la sociedad misma su diversidad, no solo debe decir que es multicultural, sino debe pensar su pluriculturalidad.

La multiculturalidad es un término que solamente describe, se constituye en la foto de una realidad como la nuestra, pues se refiere a la multiplicidad de culturas que existen dentro de un determinado espacio, ya sea local, regional o nacional, sin que necesariamente haya una relación entre ellas. Pensar que hay culturas que no se reconocen y que cual islas conviven, sería un error, y parecería que en muchos espacios aún se ve al Perú  como un pais con muchas culturas y las presentan con sus esencias originarias, descartando de plano su derecho a abrirse paso, compitiendo y conviviendo con otras culturas, definiendo lo pluricultural que es un concepto más usado, pues este concepto representa en parte la realidad y particularidad de una región, donde diversas culturas han existido y han convivido siempre, pluralizando su relación, es por eso que a diferencia de lo multicultural,  la pluriculturalidad nos presenta una pluralidad ya sea histórica o coyuntural, donde se aprecia que  varias culturas conviven en un territorio y se construye una totalidad nacional.

Entonces, la multiculturalidad presenta en forma descriptiva, la existencia de distintas culturas que social y políticamente se permanecen separados, divididos y hasta distantes, mientras que lo pluricultural nos indica una convivencia de culturas en el mismo territorio, aunque con la necesidad de una mejor interrelación. Es por eso, que aún se sigue construyendo el concepto de INTERCULTURALIDAD.

Tomar en cuenta estos conceptos son de obligación para las autoridades que buscan promover, generar y facilitar el desarrollo y crecimiento pais. Los emprendedores ven condiciones, viven el día a día, necesitan de las condiciones para subsistir y el gobierno necesita saber de dónde partir para crear esas condiciones. Se reducirían los conflictos sociales en gran medida, de eso estoy seguro. El Perú es diverso, no olvidemos eso. Es una condición para emprender.

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Emprendedor peruano, Emprendedores, emprendimiento peruano

[EMPRENDE]  Es un tema recurrente en los diversos espacios de conversación, (sean estos espacios de familia, de académicos y hasta a veces de políticos), buscar una dosis que sea “tan efectiva” que podría recuperar la economía del día a día en los hogares y permitiendo al final el poder apreciar un crecimiento económico del país con niveles porcentuales alentadores, apuntando al análisis de las condiciones  que permitan el fortalecimiento de un mercado interno que genere a la larga la identificación de bases sólidas para las futuras exportaciones, entre otras recetas que giran en torno a la idea de mercado.

Un mercado interno que muchas veces se limita a entenderse como sinónimo de mercado doméstico pero que en buena cuenta no es tanto así, pues el concepto es más amplio al observar que los mercados nacionales están rodeados de grandes espacios de comunicación comercial y financiera, donde el intercambio de bienes y servicios es a gran escala, y la comunicación con el mundo está en la negociación tácita de consumidores e inversionistas. He allí la importancia de un mercado interno o un mercado nacional fuerte que sume conceptos y definiciones que la economía a veces no considera importante pero que son necesarios: fortalecimiento de la identidad, construcción de la nueva cultura peruana, aceptación de nuestra realidad como país de acogida, en suma, una verdadera interculturalidad.

Es por eso que hay una importante misión para las Ciencias Sociales, y es el estar en continuo proceso de análisis para encontrar elementos que nos aproximen al descubrimiento de alternativas de convivencia, de tolerancia y de muchos otros planteamientos sociales, que coadyuven a los procesos de desarrollo que se necesitan para crecer no solo en el aspecto económico, político, sino también como sociedad misma, y de esta forma tener bien en claro que es necesario fortalecernos desde adentro para poder hacer frente a lo que el mundo global nos vende, a pesar de los condicionamientos económicos mundiales. La percepción social y cultural es muy fuerte y posibilita lo expuesto en este artículo. El mercado interno peruano debería ser visto como la “barra más fiel del mundial”. Al escribir de un mercado nacional me estoy refiriendo a vendedores y consumidores o compradores, marketing pensado y dirigido al poblador nacional, y no a segmentos, por eso es bueno la construcción de una nueva cultura peruana. Gran y ambicioso tema no tocado por temor a la destrucción de esencialismos setenteros.

Hace muchos años, fuimos testigos de un gran proceso social en el Perú,que marca el inicio creo yo, de una nueva historia y de un nuevo mercado, llamado informal, llamado popular, pero que al fin de cuentas era una nueva forma de ver la oferta y la demanda y que hasta la fecha marca las pautas de originalidad y esta llano a la investigación. Me estoy refiriendo a las redes sociales y económicas que se dieron en los ochenta y noventa quienes iniciaron un gran y escondido  mercado interno en el Perú, y los  Gamarra, los Caquetá o los Unicachi fueron en un primer momento producto de este proceso.

Proceso que se ha multiplicado a nivel nacional, y que constituye una gran base que hay que aprovechar, pues trae consigo elementos que sin darse cuenta superan y convierten este fenómeno en una fuente de competitividad, de innovación y de flujos comerciales que fortalecen a nuevos “notables comerciales” provenientes de los pueblos o comunidades a nivel nacional. Es una mirada regional, muy peruana y con distinciones culturales muy marcadas y a su vez similares o diferentes, pero que contribuyen a la formación de las empresas populares. Podemos advertir que la red social se convierte en una institución cuya estructura observa lazos que unen, que se vuelve sistémica y que articula en todo momento. Son estos vínculos, esta articulación los que se encargan de poner en los imaginarios colectivos las experiencias exitosas de la migración para el asentamiento y el crecimiento, y esto es una constante. Comienza a generarse el péndulo.

En conclusion, el crecimiento de un pais no solo es económico y no solo es tarea de los gobiernos o del estado alentarlo sino que el tema social y cultural tambien es importante y necesario y deberia ser asumido por todas las instituciones que consideren importante lo expuesto. La apuesta debe ser por un mercado interno formal y fuerte, con dinámicas muy particulares a nivel pais, no hagan productos para afuera y productos para los nacionales, que los estándares sean los mismos, no cultivemos para exportar y para consumir, los estómagos humanos son los mismos en todo el mundo. Solo es cuestión de mentalidad. Los ministerios y sobretodo los que estan comprometidos con el fortalecimiento de los mercados deberia considerar este reto YA

 

 

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[EMPRENDE]  Comienza un nuevo año, y con él un cúmulo de retos y nuevas perspectivas para el cambio, en lo social, en lo económico y por qué no en lo político, nuevos rumbos son necesarios y repensarlos es deber de todo aquel que tiene la posibilidad de hacerlo. Desde toda trinchera es necesario y urgente aportar para construir y no limitar conceptos de lamentaciones, se hace docencia en el aporte constante. Considerando este detalle, el emprender es un gran encargo.

Por eso en esta columna se trata de definir o avistar lo que es emprender y para tales efectos, cabe muy bien, buscar la manera más fácil de mostrar lo que significa y en qué circunstancias se convierte en una palabra que abarca no solo un sueño personal sino también un sueño país. El Perú debe emprender, y para eso es necesario un gran esfuerzo. Las instituciones deben apostar seriamente por hacer cambios, por construir, por gestionar y no todo es presupuesto, es tener la mirada emprendedora a esos niveles.

Emprender significa tener la oportunidad de poder desarrollar al máximo las habilidades tanto profesionales como también las personales. Para ello, es muy importante aprender a emprender, no limitarse a la creación de una empresa, sino a la gestión sacrificada para impulsar un proyecto que tenga líneas de largos plazos, por ello, emprender es también encontrar la oportunidad de convertirse en personas más creativas, innovadoras y por supuesto proactivas. Empezar “algo”, que tenga dosis de dificultad o de peligro, siendo consciente de ello asumirlo, he ahí cuando se emprende.

Es por eso, que encontrar un único concepto de emprender es difícil y por eso es factible de atribuirle varias acciones, pero en un sentido bastante general podemos entender que el emprender es tener la posibilidad de comenzar un proyecto sustentado por una idea o un deseo que va a buscar satisfacerlo. Es por ello, que no solo el emprender es llenarse de personalismos y oportunidades o necesidades, es también, encontrar y descubrir que las condiciones pueden darse también a nivel de todo un pais, en el lado social, un cambio estructural de la sociedad como tal, mucho se ha escrito sobre eso, en lo cultural, buscar una transformación que conlleve a aceptarnos y adaptarnos a lo nuevo, la identificación de brechas y necesidades es una constante que nos posibilita visualizar los cambios, la construcción de una nueva cultura popular urbana es una tarea que el Perú debe emprender, y no lo hace. Es una tarea urgente y necesaria. Hay la institución rectora de esa mirada y no lo está haciendo. En fin.

Al final no es solo atribuir el emprendimiento al entorno empresarial, aunque quizás en el lado de los negocios se entienda y visualice mejor este concepto, lo importante es que por hoy no quisiera entrar en solo un concepto que por costumbre se ha consensuado a nivel nacional, sino poner en el tapete que si el Perú es un país emprendedor pues lo debería ser en todo terreno. Y las diversas definiciones que se pueden encontrar amplían y permiten generalizar el significado de esta palabra, me permito transcribir algunas de ellas:

“Emprender es expandir tu zona de confort”

“Emprender es tomar y afrontar riesgos con el propósito de cumplir objetivos”

“Emprender es materializar las ideas creativas de uno mismo en las que estas generen un beneficio”

“Emprender es un pensamiento del deseo de cumplir un propósito pese a las dificultades”.

“Emprender es ver desde un punto de vista diferente a la sociedad”.

“Emprender es huir de la calma y afrontar la lucha”

Existen muchos más significados, generados por la subjetividad con los que puedan ser entendidos, marcando distintas líneas. Lo cierto es que EMPRENDER, como se ha dicho es un reto, es voltear la mirada a lo no obvio, mirar lo imposible, entender la necesidad del cambio, arriesgarse a comentar lo que no funciona, aceptar, tolerar, apostar, en fin, un buen emprendedor es el que considera siempre que los puentes se deben construir, con sacrificio y sin temor. Creo que yo ya empecé a emprender también. Un abrazo y feliz año 2024.

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Cambio Cultural, Cambio social, Desafío Emprendedor, Emprendimiento
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