El mundo ha tenido muchos cambios, no es una novedad, los países que “ordenan”, el mundo, van gestando nuevas miradas políticas y van transformando las sociedades, los discursos políticos no solo rastrean y miden los beneficios económicos, sino que también comienzan a atribuir algunas debilidades a los comportamientos sociales, que tienen como característica a las diversidades culturales afincadas en las nuevas sociedades, tras grandes movilidades humanas a nivel mundial, se reconfiguran los espacios, y muchas veces los discursos se hermetizan y cargan los problemas a un desorden que no existe. Muy fácil el discurso que ataca y culpa a las migraciones, pues es algo normal y natural.
Somos una sociedad global de consumo, en un mundo acelerado donde es muy necesario aprender a convivir y a tolerar, teniendo la necesidad obligada de ir planteando nuevos enfoques, los países deben comprender que el enfoque intercultural es la base para los futuros crecimientos y desarrollo de sus territorios, por ende, con el enfoque migratorio en segundo orden se afianzan los mecanismos que pueden surgir para cambiar la mirada de lo que nos rodea. El mundo se ha transformado y contribuye a cambiar las percepciones de la sociedad en general y a promover una nueva mirada para atender los efectos del cambio.
Las sociedades en el mundo ya no son homogéneas como siempre y erróneamente se pensó, es una constante que muchos países comiencen a descubrir que en sus territorios existen bloques culturales muy marcados y que no solo contribuyen económicamente, sino también en lo político y también en lo social.
En el Perú, este tema no es ajeno, nuestro pais está en un momento crucial de ordenamiento social, de convivencia cultural y de la aceptación de una diversidad cultural que traspasó y desbordó en su momento los espacios, pero con el paso de los años, de manera natural se va ordenando poco a poco. El famoso paso del campo a la ciudad, que motivó tantos estudios ha llegado a momentos de “integración de hecho”, donde se puede decir que la nueva cultura popular urbana o cultura peruana, se va armando y sosteniendo en el tiempo. He ahí que el enfoque intercultural, con la definición que aún se va construyendo cae con mayor importancia. La migración interna nos permitió fortalecer la experiencia de que los cambios van de la mano con la integración social. El Perú sabe de eso.
Sumado a este fenómeno social peruano, tenemos hace algunos años, por diversas razones, otro tipo de migración humana, una movilidad que viene del otro lado de nuestro vasto territorio, Latinoamérica se moviliza y ve a nuestro pais como un pais de acogida, como un espacio receptor, hace algunos años nosotros, los peruanos teníamos esa mirada hacia afuera, la seguimos teniendo, pero en menor grado. Lo cierto es que estas nuevas migraciones desde el extranjero, nos obliga también a generar otro enfoque de tratamiento social, del político y de una nueva mirada para los beneficios económicos.
Considerar estos enfoques y asumirlos pienso que es tarea obligada sobre todo para el Estado quien debería tomar con seriedad el enfoque intercultural y también el enfoque migratorio, poniéndose a la vanguardia, sobre todo a nivel de las instituciones que comandan los cambios sociales. Es necesario que no se piense que la necesidad es solo teórica o académica, sino muy por el contrario, la realidad actual en nuestro país está enfrentando un reto donde ha acogido, de diversas formas, sean las correctas o las erradas un gran contingente de ciudadanos de otros territorios, por ejemplo, el caso venezolano, que como ya se ha dicho vienen a nuestro territorio con todo un bolsón de particularidades culturales. Conocerlos seria provechoso para entenderlos y tolerarlos, ese es un principio básico de la interculturalidad como concepto. Las ciencias sociales, cuya misión no solo es definir la sociedad, sino avizorar los cambios que en ella ocurren, pueden ir advirtiendo que se darán más migraciones, más movilidad humana y se seguirá trastocando la economía, quizás la política y por ende las convivencias sociales. Tema que ya deberíamos ir previniendo. Los cambios en nuestra economía, por ejemplo, el norte chico, Chancay atraerá mucho visitante golondrino y estacionario, con el esperado HUB regional, en otro sentido, crisis económicas en países vecinos generan normalmente fugas poblacionales por pasos irregulares fronterizos, esa es una realidad que se va acercando, no será mucho el tiempo que pase y veamos esta movilidad.
Entonces, es preciso estar claro en que considerarnos un país intercultural, no solo aplica a una sociedad cambiante, sino a todo el conjunto que un país debe manejar, pues considerar el enfoque en estos términos permitiría manejar los mercados internos, evitar los conflictos, atender los programas sociales, generar empleabilidad, sectorizar las atenciones, construir comunidades migrantes, atender a las visitas sin descuidar a nuestra población. Es decir, integrar de manera inteligente y planificada. Es misión repito ya no solo de la academia sino del Estado y más aun de la institución que debe ser el eje del cambio de mirada, el ministerio que dirige y canaliza nuestro concepto de cultura.
Tenemos un ministerio de Cultura, y uno de sus pilares es atender la interculturalidad, con seriedad trabajemos este enfoque, es vital para seguir armonizando políticas de cambio, no veamos lo intercultural o lo migrante como algo sin importancia. Fortalezcamos la institución de manera seria y que se comience a plantear la real tolerancia y la feliz convivencia. No seamos mediáticos. Somos más que eso.