Por otra parte, los gobiernos de izquierda suelen coartar la libertad individual y la libertad de expresión (Nicaragua y Venezuela, sin contar el caso perdido de Cuba, son los mejores ejemplos de ello), lo que limita el progreso cultural y científico de la sociedad. Asimismo, estos gobiernos suelen apoyarse en una visión simplista y maniquea del mundo que divide a la sociedad en «buenos» y «malos», lo que fomenta el enfrentamiento y la polarización.
Los gobiernos de izquierda fracasan porque promueven políticas económicas y sociales que generan más problemas que soluciones, y que limitan la libertad y el progreso de la sociedad en general. Ojalá el reciente ejemplo boliviano sirva para que muchos peruanos despistados o encandilados con discursos refundacionales, lo empiecen a entender.