Ni siquiera la respuesta gubernativa ante los desastres naturales ha logrado conmover a la opinión pública y variar su rechazo al régimen. Según la última encuesta del IEP, publicada hoy en La República, su aprobación se mantiene en apenas 15% y su desaprobación crece un punto, de 77 a 78%.
En la vasta historia de la humanidad, los regímenes políticos han surgido y caído en una interminable sucesión de ciclos. La democracia, como forma de gobierno, ha demostrado ser una de las más duraderas y efectivas en la promoción de la libertad y la justicia en la sociedad. Sin embargo, en algunos casos, los líderes elegidos constitucionalmente -como es el caso de Boluarte- pueden experimentar una baja popularidad y poner en cuestión su gobierno.
En tales circunstancias, la sobrevivencia de un régimen democrático depende de varios factores. La legitimidad de un presidente depende en gran medida de su capacidad para satisfacer las necesidades y deseos del pueblo. Si la baja popularidad se debe a una mala gestión, corrupción o violación de los derechos humanos, su régimen está condenado al fracaso (en este tema, los pasivos del régimen son altísimos, sobre todo, por la gestión mediocre en varios ámbitos, los indicadores varios de corrupción y la excesiva represión de diciembre y enero).
Si la baja popularidad se debe a factores externos, como una crisis económica internacional o una catástrofe natural, el líder puede tener más posibilidades de sobrevivir. En tales situaciones, el éxito de un régimen depende de la capacidad del mandatario para manejar la situación de manera efectiva y minimizar el impacto negativo en la sociedad (ello no lo está logrando hasta ahora: las visitas presidenciales y ministeriales a las zonas de desastre por las inundaciones no se han traducido en acciones efectivas o ayuda tangible).
Además, la estabilidad política y la paz social son factores clave para la sobrevivencia de un régimen democrático. Si la baja popularidad de un gobernante provoca, como parece ser el caso, una polarización extrema en la sociedad o un aumento de la violencia, es probable que su régimen se debilite y eventualmente colapse.
Como van las cosas, hay necesidad de volver a poner sobre el tapete la posibilidad de que se apruebe un adelanto de elecciones y éste permita un “reseteo” de la crisis política detonada por el golpe de Estado de Castillo, pero que ya viene con cola desde el 2016.
-La del estribo: en lista de espera, dos libros que prometen: Cien cuyes, de Gustavo Rodríguez (quien mejora paso a paso), ganadora del premio Alfaguara 2023; y Los genios, controvertida novela del siempre polémico Jaime Bayly, sobre la famosa trifulca entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez.