Juan Carlos Tafur

Castillo dura gracias a la oposición

“Castillo es, sin duda, el gobernante, desde que se hacen mediciones, peor apreciado por la opinión pública al cabo de su primer año de gobierno”

Si los resultados de la última encuesta de Ipsos fuesen realidad en un país con una sociedad civil más organizada o activa, y una clase política menos deleznable, el presidente Castillo ya hace rato estaría fuera del poder, echado por los votos congresales o por la presión popular.

Castillo tiene en julio -a casi un año de su mandato- una desaprobación de 74%, cuatro puntos más que el mes pasado; en el sector urbano lo desaprueba el 72%, hace un mes cuatro puntos menos, el 68%; en el interior lo desaprueba el 67%, el mes pasado el 64%; en el sur lo desaprueba el 56%, hace un mes el 53%; en el sector E, el más pobre, lo desaprueba el 72% y antes lo desaprobaba el 68%.

Con la impopularidad in crescendo y la eficacia administrativa empeorando, un sólido 42% cree en la vacancia presidencial y un 17% señala que lo pensaría y podría estar de acuerdo. El 65% pide adelanto de elecciones generales. Y en cuanto a políticas públicas, el panorama es desastroso: el 66% desaprueba las políticas de salud pública; el 67% la educación pública; el 68% el respeto a la libertad de prensa; el 70% desaprueba la promoción de la inversión y el empleo; el 77% la lucha contra la corrupción; el 78% la reducción de la pobreza; y donde es calamitoso el estado de cosas es en la lucha contra la delincuencia (lo desaprueba el 81%) y el control de la inflación (desaprobado por el 80%). Un desastre por donde se le mire.

Castillo es, sin duda, el gobernante, desde que se hacen mediciones, peor apreciado por la opinión pública al cabo de su primer año de gobierno y si a su mala gobernanza se le suman los indicadores claros de corrupción en su entorno más cercano, se entiende por qué la mayoría de peruanos quiere que se vaya de Palacio.

Ello no ocurre porque la oposición se ha dejado ganar congresistas que en principio debieran haberse sumado a las filas contrarias al oficialismo, porque no quiere irse de la curul jugosa que posee, y porque no tiene la más mínima idea de cómo lanzar los mensajes correctos y elegir a los mejores convocantes para atraer y unir a la ciudadanía (si ella misma no se une, menos lo va a lograr en el pueblo).

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elecciones generales, Oposición, Presidente Castillo

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