Si la intención de la presidenta Boluarte era refrescar el gabinete para lograr algún oxígeno político, ha fracasado por todo lo alto. Los cambios son cosméticos e, inclusive, salvo el de Demartini, insulsos, aunque en algunos casos, como el de Arista, plenamente justificados.
Mientras continúen Adrianzén, Arana, Santiváñezy Quero, ese gabinete es el mismo de siempre, uno que no es capaz de articular alguna política pública decente y que ni siquiera le sirve a la presidenta de parachoques institucional que la proteja de las crisis recurrentes en las que su gobierno recae.
El gobierno no ha cambiado y no quiere cambiar. Una presidenta de mirada corta no podrá lograr, queda claro, un gabinete de mirada larga. Seguiremos atrapados en los mismos problemas, básicamente los de la inseguridad ciudadana y la creciente corrupción, sin que desde el gobierno se haga algo significativo para resolver ambos.
Como pronóstico inevitable, la crisis política se mantendrá incólume y la inversión privada, sensible a ella, no se acrecentará en la medida de lo necesario, para crecer a tasas por encima del 5%, como es posible y deseable, a pesar del buen talante del entrante ministro Salardi, quien viene de hacer una excelente gestión en Proinversión.
Una lección mínima de política básica es que si un gobierno quiere tomar una bocanada de oxígeno, debe cambiar su rostro notoriamente. Eso no lo ha logrado, ni de cerca, la presidenta, y todo parece más bien un pretexto para deshacerse de un ministro como Demartini, a quien el sector que corta el jamón en el gobierno, ya le había puesto la puntería, como revelaron algunos audios escandalosos propalados durante la semana,
–La del estribo: teatro de primer nivel se verá esta semana en Teatro La Plaza, con la puesta en escena de Encuentros breves con hombres repulsivos, del gran director Daniel Veronese, inspirada en la obra de David Foster Wallace. Es una coproducción de Teatro Timbre 4 -una de las mejores compañías teatrales de Argentina-, y Teatro a Mil, y solo tendrá dos funciones: lunes 3 y martes 4 de febrero. A no perdérsela. Entradas en Joinnus.