¿Por qué fallan las proyecciones económicas?

A pesar de la incertidumbre se ensayan diversas proyecciones respecto al comportamiento de la economía para el 2022.  ¿Cómo se hacen las proyecciones y por qué suelen fallar?

Todos queremos saber qué ocurrirá en el futuro. Es una condición innata del ser humano. Y de alguna manera todos pensamos sobre el tema. Imagínese a un médico que va a operar a un paciente. ¿Puede asegurar que todo saldrá bien?   Dentro de ciertos límites sí, pues antes ha hecho una serie de análisis que le brindan un grado de seguridad, que de hecho no es total. Y eso ocurre porque durante la operación pueden presentarse hechos imprevisibles que nadie hubiera contemplado antes de la misma.

Ahora pasemos a un economista. Suele ocurrir que cuando uno se encuentra con amigos en una reunión, surja la pregunta inevitable: ¿Cuál será el futuro del empleo? ¿Cuándo se recuperará?  ¿Qué pasará con el precio del dólar en las siguientes semanas? En primer lugar, lo único cierto es que no sabemos con precisión. En segundo lugar, lo anterior no quiere decir que no tengamos una idea, pues vivimos pensando en lo mismo; en tercer lugar, si la pregunta se hace a dos economistas lo más probable es que uno diga que bajará y el otro que subirá. En cuarto lugar, las respuestas opuestas merecen una explicación.

La economía no es un acto de fe ni de magia. Por ello, los economistas no predicen, pues en ese campo la respuesta de cualquier persona puede ser igualmente válida. Entonces, ¿qué diferencia a los economistas de los demás analistas profesionales? Pues que los economistas proyectan sobre la base de modelos.

Un modelo es una simplificación de la realidad. Primero hay que establecer una relación entre el comportamiento de la economía y las principales variables que inciden en su determinación, como por ejemplo la evolución futura de los contagios debido a la nueva variante y la situación política. Si suponemos que los contagios se controlarán, entonces no aumentarán las restricciones y la economía tendrá determinado comportamiento. Sin embargo, otra variable clave será el temor al futuro, pues quedará una especie de trauma que hará que la opción sea ahorrar y no gastar, con lo que las empresas no venderán como antes. Este último es otro supuesto con el que podemos estar o no de acuerdo. Alguna suposición se hará respecto a la política en 2022. Listamos todos los factores. Como son muchos, tomamos en cuenta los que a nuestro juicio son los más relevantes. Y asumimos que se comportarán de cierta manera. Y con eso proyectamos.

La clave está en comprender que las proyecciones que hagamos dependen de los supuestos de los cuales partimos. Si asumimos que los contagios están bajando y mantendrán la tendencia, que el empleo se recuperará a lo largo de todo 2022 y que los precios de los insumos alimentarios importados bajarán a partir de julio de 2022, entonces el resultado será tal.

Desde luego que esto no descalifica el uso de modelos y sus proyecciones. La llave está en incorporar aquellos factores más importantes tratando, en lo posible, de dejar de lado cuestiones ideológicas, para no forzar el resultado que queremos que ocurra.

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