Pie Derecho

Cambios ministeriales urgentes

“La presidenta debería evaluar seria y rápidamente realizar un cambio ministerial urgente, que refresque el ambiente político”

Si la presidenta Boluarte no se percata de la urgencia de efectuar cambios ministeriales -varios-, su nivel de aprobación efectivamente, más allá de su bravata contra las encuestas, va a llegar a cero por ciento, a pesar del evidente repunte económico que se aprecia.

Hay varios ministros que deben salir. Arista del MEF, Demartini del Midis, Santiváñez del Interior, Quero de Educación, son, para empezar, ministros que no han demostrado estar a la talla del encargo recibido y por un mínimo de decencia administrativa deberían dejarle su puesto a otros con mayor capacidad.

En el esquema habitual del poder político, tal como funciona en el Perú desde hace décadas, un gabinete ministerial es la primera barrera de contención de un gobierno y contiene un número suficiente de fusibles para impedir que cualquier avatar crítico afecte la imagen presidencial. Cuando esa barrera se resquebraja, el daño llega inevitablemente a Palacio de Gobierno.
Así sea solo por esa razón -porque Boluarte no puede gobernar efectivamente con tan bajo respaldo ciudadano-, la presidenta debería evaluar seria y rápidamente realizar un cambio ministerial urgente, que refresque el ambiente y le restituya la protección política que necesita.

Con mayor razón aún si la otra pata del poder presidencial, el Congreso de la República, adolece de su propia e inmensa cuota de descrédito y sobre eso ella nada puede hacer. La sociedad Ejecutivo-Legislativo drena la popularidad presidencial por sí sola, pero es claro que sin ella, la primera mandataria ya hace rato no estaría sentada en el solar de Pizarro, así que sobre el tema hay poco que decir. Boluarte depende del Congreso por más devaluado que esté.

Boluarte no puede seguir gobernando con relativo éxito mientras no despliegue políticas públicas dinámicas y vigentes, en particular, las vinculadas a la inseguridad ciudadana y la reactivación económica. Esos dos factores, sumados al tema de la lucha anticorrupción, son el trípode de preocupaciones esenciales de la ciudadanía y no solo el actual sino el gobierno futuro que entre el 2026 tiene que tenerlas en la primera hoja de la agenda gubernativa.

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Demartiniz, Dina Boluarte, santivañez

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