Juan Carlos Tafur

Las calles lo llevarán a la cárcel

“No saldrán las calles, pues, en defensa de Castillo, sino para echarlo del lugar al que nunca debió llegar y colocarlo en el que se merece, que es la cárcel, por haber sido cabecilla de una organización criminal”

La mayoría de gremios sociales ha tomado con pinzas, y no pocos con desagrado, la convocatoria efectuada por Palacio para que marchen a Lima a “defender la democracia” de la “conspiración golpista” que la derecha, los medios, la Fiscalía de la Nación y el Poder Judicial, y el Congreso alistan contra la buena marcha de un “gobierno del pueblo”.

Los gremios, con razón, aprecian críticamente que no se ha hecho nada en favor del pueblo, que ninguna política pública funciona y que aquellos servicios públicos que tocan directamente los intereses populares (salud y educación) se han deteriorado a pasos agigantados en el primer año de gestión de Pedro Castillo.

Es, más bien, un gobierno antipopular el que se ha instalado en Palacio, más aún si se tiene en cuenta su inacción para afrontar, gracias a la robustez fiscal que aún mantenemos, el impacto de la crisis mundial de precios, que directamente afecta la canasta popular.

Si a ello le sumamos la descarnada corrupción enquistada en las altas esferas palaciegas y que conforme pasan los días se va acercando a la figura presidencial, se constata, en la conciencia popular, que estamos ante un gobierno farsante, que habla del pueblo y se llena la boca invocando su beneficio, pero en la práctica no hace nada por él y además se dedica a medrar de los recursos públicos con descarada impunidad.

Las calles van a salir, sí, pero para echar a Castillo del poder, no para respaldarlo. Poco a poco va prendiendo la indignación popular. Ayer mismo, una convocatoria distinta, de respaldo ciudadano a la labor de la Fiscal de la Nación, acreditó una presencia importante, superior a la de las marchas fallidas de la derecha tradicional.

Todas las encuestas ratifican que aquello que más mortifica al pueblo peruano es la corrupción, seguida de la delincuencia, frente a la que el gobierno ha mostrado su incapacidad -en ello no se distingue de sus antecesores, valga decirlo-, y el alza del costo de vida, frente al que el régimen no ha sabido reaccionar a tiempo. Todos los ingredientes mencionados en este combo de irritación los suma el gobierno actual, con desparpajo e ineficacia insolente.

No saldrán las calles, pues, en su defensa, sino para echarlo del lugar al que nunca debió llegar y colocarlo en el que se merece, que es la cárcel, por haber sido cabecilla de una organización criminal, instalada con precocidad en las cumbres del poder palaciego.

 -La del estribo: soberbia actuación de Ebelin Ortiz y magnífica producción y dirección, en la obra El ocaso de una estrella, sobre los tiempos finales de la extraordinaria Billie Holiday (su último concierto en Filadelfia). Va hasta el 19 de setiembre en el entrañable Teatro Ricardo Blume.

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Fiscalía de la Nación, Pedro Castillo, Poder Judicial

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