Pie Derecho

Reiterar el golpismo de Pedro Castillo

“El golpe de Estado de Castillo -como se aprecia hasta ahora con las protestas sociales violentas- ha tenido consecuencias nefastas para la democracia peruana y la estabilidad del país”

Han hecho bien los programas dominicales de anoche en recordar el golpe castillista y mostrar, de paso, la participación cómplice de la expremier y congresista Betssy Chávez, quien deberá ser procesada por ello. Es imperativo desmontar la narrativa predominante de que fue el Congreso el autor del golpe contra Castillo y no éste el responsable del atentado contra la democracia.

El 7 de diciembre del 2022 debe ser recordado en la historia peruana como el día en que Pedro Castillo dio el golpe de Estado para tomar el control del país. Las pruebas son abrumadoras, pero hay que mostrarlas una y otra vez, porque, al parecer, no han calado lo hondo que debieran haber calado.

Hay que tener en cuenta que Pedro Castillo siempre mostró una inclinación autoritaria y un desprecio por la democracia. Durante su campaña presidencial, habló en varias ocasiones de la necesidad de un cambio radical, pero nunca ofreció un plan concreto para lograrlo dentro del marco legal. Además, su afiliación al partido Perú Libre, con fuertes vínculos con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, y su cercanía al Movadef, ya debieron haber sido una señal de alarma para el pueblo peruano, pero lamentablemente se dejó llevar por el antifujimorismo y razones identitarias que lo condujeron a error.

Los hechos hablan por sí solos. El 7 de diciembre, las fuerzas armadas fueron instruidas de rodear el Congreso de la República y disolver el poder legislativo por la fuerza. Lo mismo con la Fiscalía de la Nación y otros poderes institucionales. Castillo, que había sido elegido presidente unos meses antes, aprovechó la situación para declarar un estado de emergencia y pretender gobernar por decreto. En un discurso televisado, justificó sus acciones como una necesidad para acabar con la corrupción y la influencia de las élites.

Esto no fue más que una excusa para justificar su sed de poder. Un hecho grave, ya que el golpe de Estado de Castillo -como se aprecia hasta ahora con las protestas sociales violentas- ha tenido consecuencias nefastas para la democracia peruana y la estabilidad del país. Los peruanos merecemos un gobierno legítimo y no un dictador que se autoproclama salvador de la patria.

Pedro Castillo es responsable pleno del golpe de Estado del 7 de diciembre del 2022. Sus acciones autoritarias y su falta de respeto por la democracia y las instituciones han dejado una huella indeleble en la historia del Perú. Es nuestro deber como ciudadanos denunciar este acto de traición a la democracia y trabajar para que nunca más vuelva a suceder, haciendo pedagogía democrática pública.

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Golpe de estado, Golpismo, Pedro Castillo

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