Por: Luis Miguel Ciccia Vásquez
Comisiones abusivas encubiertas como servicios
FlixBus cobra al transportista, una comisión del 30% “de la utilidad” pero no va a esperar hasta fin de año, lo aplica sobre el margen bruto, por lo que, tras descontar los costos fijos, que son de cuenta del transportista, su comisión es más de 40% del margen operativo y puede significar más del 50% de la renta que se queda quien realmente realiza el transporte. Este modelo amenaza directamente la rentabilidad de muchos pequeños y medianos operadores, quienes quedan en una situación insostenible al asumir costos que la plataforma no cubre.
-Dependencia y pérdida de autonomía
Los contratos de FlixBus limitan mi autonomía como operador local. Atraído por la promesa de mayor visibilidad, cedo el control sobre mis operaciones y sobre mis tarifas. Esta dependencia económica pone en riesgo mi capacidad de decisión y me atrapa en un ciclo que favorece exclusivamente a la plataforma. Si sube el petróleo, no podré subir mis tarifas porque las pone FlixBus y a ellos les interesa desplazar a la competencia con precios predatorios.
-Competencia desleal y dumping
A diferencia de otras plataformas, FlixBus fija no utiliza precios de mercado sino,por debajo del costo real, incurriendo en dumping, porque no es quien pierde y su interés es otro. Su respaldo financiero le permite eliminar la competencia local, erosionando el mercado y poniendo en peligro la subsistencia de empresas peruanas como la mía, que hemos operado con esfuerzo y compromiso a través de generaciones.
-Impacto en la seguridad del transporte
La reducción de márgenes llevara a muchos, a recortar gastos en mantenimiento y seguridad, deteriorando inevitablemente la seguridad del servicio. Los pasajeros terminan siendo transportados en condiciones precarias, abordando vehículos en lugares improvisados que también quieren imponer por su particular interés, sin considerar la situación de inseguridad que afecta al transporte y a toda la sociedad.
-Desapareciendo marcas regionales
FlixBus obliga a operar con su marca, desvalorizando la reputación que la como empresa local ha construido a lo largo de los años. Define y oferta con su marca, rutas, los horarios y tarifas, por lo que son ellos quienes tercerizan la operación del servicio. Esta suplantación afecta gravemente el interés del consumidor que debe elegir considerando quien lo va a transportar y realizar el servicio y no quien le oferta y se lo vende.
-Usurpación de funciones estatales
De esta manera FlixBus asume funciones que deberían ser competencia exclusiva del Estado, como definir rutas y horarios. Esta práctica explota un vacío legal que puede traer graves consecuencias para la seguridad y el adecuado funcionamiento del sistema de transporte.
-Crisis del transporte nacional
En un contexto de crisis del transporte en Perú, donde la informalidad y la inseguridad son preocupantes, el modelo de FlixBus no ofrece soluciones verdaderas. Más bien, promueve una competencia destructiva que podría llevar a la insolvencia de empresas locales y poner en riesgo la vida de los pasajeros.
-Conclusión
La operación de FlixBus en Perú no representa un avance, sino un grave retroceso que amenaza la estabilidad del transporte nacional. Considero urgente establecer un marco regulatorio que proteja a los operadores locales y garantice la seguridad y calidad del servicio para los usuarios. La inacción del Estado ante esta situación podría tener consecuencias desastrosas para el sector.
Luis Miguel Ciccia Vásquez
Director COTRAP – APOIP