Jorge-Luis-Tineo

Fleetwood Mac II: Éxitos comerciales, desastres personales (1975-2022)

"En lo musical, Fleetwood Mac funcionaba a la perfección, una verdadera máquina de profesionalismo y creación de éxitos."

Cuando Bob Welch, el guitarrista norteamericano que tuvo sobre sus hombros la responsabilidad, durante dos largos años, de ser la principal voz y guitarra de la banda, decidió renunciar de manera repentina tras el lanzamiento de su noveno LP oficial, Heroes are hard to find (1974), el extravertido baterista Mick Fleetwood y los esposos McVie se quedaron en el aire. Sin embargo, su experiencia superando esta clase de crisis les permitió reenfocarse rápidamente.

En 1975, mientras buscaba un espacio para trabajar, Fleetwood se cruzó con Keith Olsen, productor principal de los famosos estudios Sound City de Los Angeles. Mientras conversaban, desde la sala de control llegó una melodía que llamó la atención del percusionista. Era Frozen love, canción de un joven dúo integrado por la vocalista Stevie Nicks y el guitarrista y cantante Lindsay Buckingham. El tema estaba incluido en el LP debut de la pareja, titulado sencillamente Buckingham Nicks (Polydor Records, 1973), y era una suerte de folk-rock eléctrico con finas armonías vocales.

Mick Fleetwood, aun conmocionado por la renuncia de Welch, decidió que Lindsay Buckingham, entonces de 26 años, sería su reemplazo perfecto. Sin embargo, el músico californiano puso una condición no negociable: la única forma de integrarse a la banda era si su novia Stevie también lo hacía. Fleetwood aceptó, un poco a regañadientes, sin imaginarse que ello les traería una etapa de extraordinario éxito comercial, tanto por el carisma de ella como por el virtuosismo de él, poseedor de una técnica que combinaba blues, rock, country y bluegrass. Y menos que, en paralelo, el ingreso de ambos iniciaría una sucesión de tormentosas relaciones personales que convirtió a Fleetwood Mac en un melodrama andante.

El primer éxito de esta nueva alineación fue Rhiannon, un enigmático personaje femenino que Stevie Nicks, compositora del tema, había extraído de una novela fantástica de 1972 llamada Triada, de la escritora norteamericana Mary Bartlett Leader, basada en una vieja leyenda galesa. La canción marcaba un paso al costado del estilo previo del grupo y presentaba en sociedad a su nueva cantante, que de inmediato cautivó al público con esa mezcla de volátil fragilidad y fuerza contenida.

Los dos primeros álbumes de esta nueva configuración del ahora quinteto Fleetwood Mac (1975) y Rumours (1977)– generaron, combinados, ocho singles Top 10 alrededor del mundo y ganancias estratosféricas que convirtieron a sus integrantes, de un momento a otro, en millonarias estrellas de pop-rock. Las extenuantes giras y sesiones de grabación trajeron también su cuota de oscuridad, disparando los consumos de alcohol y drogas que ocasionaban múltiples problemas, desde estados de euforia hasta profundas depresiones, a veces en el mismo día. Por si fuera poco, los torbellinos emocionales entre ellos fueron el insumo principal para la composición de varios de sus más grandes éxitos.

Entre los diversos beneficios artísticos que produjo la llegada de Buckingham y Nicks, se destaca la posibilidad de contar, nuevamente, con tres talentosos compositores y cantantes, al integrarse con Christine McVie de manera natural e instantánea. La frescura e ímpetu de la pareja estadounidense se combinó con la experiencia y flemática forma de ser de los británicos, quienes de inmediato los adoptaron como sus hermanos menores. Sin embargo, esa luna de miel duraría muy poco.

Tras la debacle matrimonial de Mick Fleetwood vino el doloroso proceso de divorcio de los McVie, luego de ocho años de matrimonio, en medio de las sesiones para el álbum Rumours. Era tal la acrimonia entre ambos que solo se dirigían la palabra en los estudios y giras, únicamente para discutir temas musicales. El bajista, superado por la separación, iba a buscar a la cantante y tecladista totalmente ebrio, al departamento que compartía con Stevie Nicks, y las visitas terminaban casi siempre con gritos y cosas rotas. Entretanto, Nicks y Buckingham vivían su propio infierno por la naturaleza agresiva del guitarrista. Canciones como Second hand news y Go your own way, de Buckingham; o Landslide y Dreams, de Nicks; son pullazos directos del uno al otro. Mientras tanto, Christine McVie escribía canciones optimistas como Don’t stop o You make loving fun, dedicada a su nueva pareja, Curry Grant, encargado de las luces para los conciertos del grupo.

En lo musical, Fleetwood Mac funcionaba a la perfección, una verdadera máquina de profesionalismo y creación de éxitos. A los super vendedores Fleetwood Mac y Rumours le siguieron el álbum doble Tusk (1979) y Mirage (1982), con sus correspondientes giras, accidentadas tras bambalinas pero brillantes de cara al público. Nicks, ya convertida en una heroína del rock, con sus vestimentas vaporosas, sus movimientos de derviche en trance giratorio y su ronca voz, inició un tortuoso camino de romances inestables e intensos a la vez, sazonados con una grave adicción a las drogas. Tras una relación de casi un año con Mick Fleetwood -también en medio del divorcio de los McVie y sus idas y vueltas con Buckingham- la cantautora estuvo con Don Henley, baterista y cantante de Eagles; el productor Jimmy Iovine, quien trabajó con ella en su primer disco en solitario; el guitarrista Joe Walsh, también de Eagles; y algunos más, lo cual encendía la ira de Buckingham. A este periodo pertenecen éxitos como Tusk, Hold me, Sara y Gypsy, una referencia autobiográfica a la vida bucólica que llevó como veinteañera en los años sesenta.

Luego vinieron cinco años de silencio para el grupo. Nicks desarrolló su carrera como solista con mucha proyección, a la vez que trataba de rehabilitarse. Los demás se mantuvieron también activos pero sin la resonancia de la cantautora. En 1987 el grupo se reunió para grabar el LP Tango in the night, que colocó siete temas en los rankings de todo el mundo, entre los que destacaron Little lies, Everywhere (de Christine), Big love (de Buckingham) y Seven wonders (de Nicks). Sin embargo, los desencuentros entre Nicks y Buckingham eran tan fuertes que el guitarrista no pudo más y, tras una acalorada discusión que terminó con Lindsay tratando de ahorcar a Stevie delante de todos, renunció a participar de la gira mundial de este brillante álbum que puso de nuevo a Fleetwood Mac en el mapa del rock mundial. Para reemplazarlo, Fleetwood contrató a dos guitarristas, Rick Vito y Billy Burnette.

Desde entonces, la carrera de Fleetwood Mac se mantuvo en un vaivén constante. En 1990 lanzó Behind the mask, que produjo un modesto single con el tema Save me. Stevie Nicks decidió concentrarse en sus propios proyectos y la banda la reemplazó con Bekka Bramlett, hija del dúo Delaney & Bonnie, conocidos en los setenta por liderar un conglomerado de superestrellas bajo el nombre Delaney & Bonnie and Friends, por el cual desfilaron personajes como Eric Clapton, Leon Russell, George Harrison, Duane Allman, entre otros. En este álbum, que fue vapuleado por los críticos, se unió al grupo el legendario guitarrista y compositor Dave Mason, ex Traffic. Discográficamente hablando, la banda desapareció hasta el 2003, en que salió al mercado Say you will con Nicks y Buckingham de vuelta pero sin Christine, quien decidió tomarse un descanso tras casi cuarenta años de carrera musical.

En medio, muchas cosas pasaron en la telenovela de Fleetwood Mac. Por ejemplo, en 1992 la canción Don’t stop (1977) fue himno de la campaña presidencial de Bill Clinton. Tras ser electo, Clinton convenció a Mick, Stevie, Lindsay, John y Christine para que la tocaran en su fiesta de inauguración. Esta reunión fue la semilla para una gira de reunión que quedó registrada en el disco y DVD The dance, otro éxito de ventas millonarias. Silver springs, canción grabada originalmente para el álbum Rumours pero que no se incluyó por ser “demasiado lenta y larga”, llamó la atención por la emotiva interpretación incluida en este álbum. El tema, compuesto por Nicks, es una agridulce reflexión sentimental tras su rompimiento definitivo con Lindsay Buckingham. En 1998 la banda fue ingresada al Rock and Roll Hall of Fame, en el que aparecieron junto a un irreconocible Peter Green. Kirwan y Spencer no asistieron a la ceremonia y Bob Welch, debido a sus líos legales con el resto del grupo, ni siquiera fue mencionado.

Del 2008 al 2013 la banda anduvo de gira sin Christine, como cuarteto. Ella decidió volver en el 2014 pero Buckingham fue, otra vez, despedido del grupo, en el 2018. Y también por segunda vez, reemplazado por dos guitarristas, los renombrados Neil Finn, de la banda australiana Crowded House; y Mike Campbell, el famoso lugarteniente de Tom Petty & The Heartbreakers (aquí, en el sintonizado show de Ellen DeGeneres, tocando el clásico The chain). En el 2017 Buckingham y McVie lanzaron un disco juntos, reuniendo material que venían componiendo a través de los años. Y, en el 2020, la generación de las redes sociales ingresó a la historia del grupo cuando un hombre llamado Nathan Apodaca publicó, en su cuenta de TikTok, un video manejando una patineta y haciendo fonomímica del tema Dreams (1977). El video se hizo viral y sobrepasó las 50 millones de reproducciones en el mundo entero, haciendo que el tema encabece las listas de popularidad y descargas en Spotify, 43 años después de su lanzamiento original. Danny Kirwan, miembro seminal del grupo, falleció en el 2018, a los 68 años. Un año después Lindsay Buckingham fue sometido a una cirugía a corazón abierto tras sufrir un infarto. Stevie Nicks, quien declara no verlo desde su segundo despido del grupo, le escribió una sentida carta para darle ánimo en su recuperación.

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