Juan Carlos Tafur

El gobierno avanza, la derecha torpe se lo permite

“Es de espanto la labor que viene cumpliendo la derecha opositora, en el Congreso, en las calles, en el poder político que ha alcanzado (López Aliaga desaforado luego de ser electo alcalde de Lima) y en sus plataformas periodísticas”

Las últimas votaciones congresales relevantes -no la tontería de impedirle a Castillo salir de viaje- revelan que la guardería de topos del oficialismo sigue creciendo a vista y paciencia de la oposición en el Congreso, que es incapaz de coordinar y tender puentes entre sí, que impidan o disminuyan ese avance oficialista descarado e impune.

A este paso, ya queda claro que no habrá vacancia ni adelanto de adelanto de elecciones, pero tampoco hay certeza de que la inminente denuncia constitucional de la Fiscalía de la Nación contra el presidente Castillo por actos de corrupción y pertenencia a una organización criminal, vaya a prosperar en el Legislativo que tenemos.

Es de espanto la labor que viene cumpliendo la derecha opositora, en el Congreso, en las calles, en el poder político alcanzado (López Aliaga desaforado luego de ser electo alcalde de Lima) y en sus plataformas periodísticas. Lo único que hacen es hacerle el juego, victimizando al mediocre y corrupto gobierno que tenemos, y permitiéndole así salirse con la suya.

Mientras la derecha celebra con euforia digna de mejor causa que no le hayan permitido a Castillo viajar al Vaticano, como si fuera un gran logro político, Castillo sigue creciendo, en labor de zapa, en sus huestes congresales (que no extrañe que el próximo año se haga de la Mesa Directiva), y mientras la derecha juega a hacer tik toks o aparecer en canales de cable, el futuro candidato apoyado por el gobierno, Antauro Humala, hace campaña política intensa en el sur andino y pronto empezará a hacerlo en las zonas populares de Lima, para pavor seguro de las élites limeñas.

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Que anoche, un claro proyecto que buscaba evitar la captura por parte del Movadef de la Derrama Magisterial, no haya prosperado -a pesar de que en primera votación sí lo había logrado- y que la tropa oficialista haya logrado 52 votos para impedirlo, es de espanto, y solo pone de relieve que no hay en el Legislativo una oposición cuajada (apenas obtuvo 46 votos en esta actuación congresal) que sepa responder a la altura de las circunstancias (ahora los maestros deberán acudir a instancias judiciales para hacer primar su derecho a la autonomía administrativa y para impedir el golpe digitado desde Palacio, por culpa de la vergonzosa defección de las fuerzas opositoras en el Parlamento). Así estamos.

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