Somos más los peruanos que creemos en la inversión privada, en el mercado, en la economía libre, en la competencia, en la estabilidad fiscal y monetaria, en el crecimiento económico sustentado en el motor de la inversión. No es admisible que la minoría imponga sus clisés ideológicos, a punta de agitación y terquedad discursiva.
Las ideas son los primeros ladrillos con los cuales luego se construyen las realidades. En ese campo de la batalla ideológica y cultural, el centro y la derecha políticos deben salir de su silencio sísmico y empezar a sumarse a los esfuerzos ya desplegados de la sociedad civil para defender un modelo que indudablemente ha traído beneficios inmensos, inéditos en nuestra historia republicana, para los más pobres del país.