Jorge Luis Tineo

In Memoriam 2024: Cada vez quedan menos estrellas

“Muchos creen que el Perú es un lugar mejor tras la muerte de Alberto Fujimori (11 de septiembre, 86). El problema es que, por cada político corrupto mueren tres o cuatro estrellas de nuestra música popular, dejándonos la sensación de estar cada más a merced del mal gusto, como ocurrió con Yola Polastri (7 de julio, 74), la conductora infantil que dedicó su vida a lanzar canciones entretenidas y educativas, las mismas que son recordadas por toda una generación que creció con ellas…”

[Música Maestro] (*) NOTA DEL AUTOR: El 2025 arrancó con la muerte, a los 82, del popular cantautor argentino Leopoldo Dante, Leo Dan. Sus seguidores, que se cuentan por millones en Latinoamérica, lamentan su pérdida. 

Cuando éramos niños o adolescentes, las grandes estrellas de la música a las que admirábamos eran personas adultas, fuertes. Y establecíamos con ellos una relación casi jerárquica, como la que teníamos con nuestros padres y profesores de colegio. Pertenecían -aunque de una manera más libre y relajada- al mundo “de los grandes”. Claro, hablamos de hombres y mujeres cuyas edades oscilaban entre los 25 y los 55 años mientras que nosotros, quinceañeros, podíamos ser sus hijos o sus nietos. Y, salvo las noticias de muertes prematuras -por enfermedades, por excesos, por accidentes- siempre frecuentes en el mundo del arte, en líneas generales todos estos personajes aparecían ante nuestros ojos como superhéroes invulnerables, semidioses inmortales.

Hace unos días pensaba en ello cuando, en medio de las sordideces de poca monta que han hecho irrespirable el aire de este país -el Congreso y su red de prostitución, el reggaetón que musicaliza a la vez los TikToks de sicarios y de niños en edad escolar, el estilo estúpidamente “magalizado” de los reporteros de la televisión, los balbuceos de nuestra “clase política” presidencial, congresal, ministerial-, se difundió la noticia del colapso que sufrió el baladista español Raphael, cuya juventud nos parecía, en los videos, eterna. Afortunadamente, el cantante se recuperó y sigue entre nosotros, a sus 81. Lo mismo le ocurrió a nuestra querida Susana Baca quien pasó momentos muy difíciles de salud durante toda la primera mitad del desastroso año que acabamos de dejar atrás. A pocos días de cumplir los 80, la cantante e investigadora afroperuana salió de la UCI y hoy se alista para supervisar la grabación de un documental sobre su intensa y fructífera vida artística.

Lastimosamente, no corrieron con la misma suerte muchas otras luminarias de distintos géneros musicales, países y épocas, en el transcurso de los últimos doce meses. Leyendas del jazz, populares personajes locales, ídolos del pop-rock que estremecieron a sus seguidores en las décadas doradas de la música de consumo masivo y artistas de culto que, al margen de los grandes públicos y las modas, se las arreglaron siempre para destacar en tiempos en que había que ser realmente bueno para sobresalir. 

Uno de los fallecimientos más comentados del 2024 fue el del norteamericano Quincy Jones (3 de noviembre, 91). Conocido por su trabajo junto a Michael Jackson en sus álbumes Off the wall (1979), Thriller (1983) y Bad (1987), Jones se hizo mundialmente famoso en 1985 como arreglista y productor del himno benéfico We are the world, ensamblando a USA for Africa, un conjunto de más de cincuenta megaestrellas del pop, soul y rock que se reunieron para llevar algo de alivio a la hambruna africana, siguiendo los pasos de la cruzada artística que, un año antes, había iniciado el irlandés Bob Geldof. Jones tenía, para ese momento, una larga trayectoria como trompetista y director de orquestas, trabajando con Ella Fitzgerald, Count Basie y Frank Sinatra, entre otros nombres grandes del jazz. 

Entre sus innumerables lanzamientos discográficos destaca una producción de 1981, The dude, que contiene tres superéxitos de aquella década, el disco-electrofunk Ai no corrida y las baladas Just once y One hundred ways, ambas interpretadas por el cantante de R&B James Ingram (1952-2019). En 1984 se reunió con Sinatra, con quien no grababa desde 1966, para lo que sería su último LP, L.A. is my lady que contiene, además de una colección de standards de los años treinta como Stormy weather o Mack the knife, el famoso tema-título que Jones coescribió con su esposa Patty Lipton y la pareja Alan y Marilyn Bergman, autores de The way we were, balada que grabó Barbra Streisand para la película del mismo nombre de 1973.

También en el mundo del jazz, este 2024 despidió a tres legendarias figuras de la era del bebop: el saxofonista Lou Donaldson (9 de noviembre, 98), el baterista Roy Haynes (12 de noviembre, 98) y el saxofonista Benny Golson (21 de septiembre, 95), uno de los dos últimos sobrevivientes de aquella histórica foto grupal tomada en una calle del barrio negro de Harlem, New York, en la que 57 músicos posaron para la revista Esquire -el otro es “el coloso del saxofón”, Sonny Rollins, actualmente de 94 años. Golson apareció en la película The Terminal (Steven Spielberg, 2004), protagonizada por Catherine Zeta-Jones y Tom Hanks. En el film, un ciudadano de un país ficticio soviético viaja hasta los Estados Unidos para buscar el autógrafo de Golson, una promesa que había hecho a su padre, amante del jazz.

Pero si estos casos parecen bastante comprensibles, debido a las avanzadas edades de los personajes, en la orilla opuesta tenemos, por ejemplo, el del extraordinario tecladista y compositor norteamericano Shaun Martin, integrante del colectivo de jazz-fusion Snarky Puppy -aquí podemos verlo, tocando Sleeper, tema del álbum We like it here (2014). Martin falleció apenas a los 45 años, el pasado 3 de agosto. Del mismo modo, el universo pop quedó estupefacto ante la trágica muerte de Liam Payne, uno de los integrantes de la exitosa banda británica One Direction, ocurrida el 16 de octubre, tras caer del tercer piso de un hotel en Buenos Aires, Argentina. Nell Smith (17), falleció también trágicamente en un accidente de tránsito. La joven cantante canadiense se había hecho conocida en el submundo del indie-rock, al grabar en el 2021 -con solo 14 años- un oscuro disco de covers de Nick Cave, titulado Where the viaduct looms, acompañada por el siempre sorprendente quinteto estadounidense The Flaming Lips.

La música popular latinoamericana también perdió a una de sus figuras históricas, el compositor colombiano Juan Madera Castro, autor de La pollera colorá, una de las cumbias más interpretadas de todos los tiempos. Madera escribió la canción originalmente en 1960 y desde entonces se convirtió en emblema del folklore tropical colombiano. Falleció a los 102 años, el día de nuestras fiestas patrias, 28 de julio. También en Colombia lloraron la partida del acordeonista Egidio Cuadrado (21 de octubre, 71), considerado una leyenda del vallenato, que integró la banda de Carlos Vives en sus discos Escalona: Un canto a la vida (1991), Escalona: Volumen 2 (1992) -dedicados a Rafael Escalona, antiguo compositor de este popular ritmo del país cafetero- y, especialmente, Clásicos de la provincia (1993), producción con la que Vives internacionalizó el vallenato, con canciones como La hamaca grande y La gota fría. Mientras tanto, nos enteramos de la muerte del nuevaolero argentino Heleno (16 de septiembre, 83), famoso entre nosotros por canciones como No son palabritas (1973) o La chica de la boutique (1971).

El ejército del pop-rock clásico ha perdido a algunos de sus más destacados soldados. Por ejemplo, el guitarrista Dickey Betts (18 de abril, 80), de The Allman Brothers Band; la legendaria estrella de la guitarra eléctrica instrumental Duane Eddy (30 de abril, 86); el cantante y guitarrista Greg Kihn (13 de agosto, 75), recordado por sus éxitos ochenteros Jeopardy (1983) y The break-up song (1981); Richard Tandy (1 de mayo, 1976), tecladista y miembro fundamental de Electric Light Orchestra. La banda MC5, pioneros del hard-rock y punk en Detroit, perdió a tres de sus integrantes: el cantante y guitarra líder, Wayne Kramer (2 de febrero, 75), el baterista Dennis Thompson (9 de mayo, 79), y su manager, el poeta y promotor de conciertos John Sinclair (2 de abril, 83). 

También volaron a otras latitudes el padre del blues británico, John Mayall (22 de julio, 90), quien lanzó a la fama a Eric Clapton, Peter Green, Mick Jones y muchos otros; Steve Albini (7 de mayo, 61), productor de importantes artistas del rock de los noventa como Nirvana, PJ Harvey o Pixies; el vocalista japonés Damo Suzuki (9 de febrero, 74), del cuarteto de alemán Can; el bajista y fundador de Grateful Dead, Phil Lesh (25 de octubre, 84); Tito Jackson (15 de septiembre, 70), uno de los hermanos mayores del “Rey del Pop”, Michael Jackson; o el vocalista y compositor Eric Carmen, famoso por la balada All by myself, de su álbum debut de 1975, grabada tanto en inglés como en español con el título Sola otra vez por la diva canadiense Celine Dion en 1996; y por Hungry eyes, uno de los temas centrales de la banda sonora de la recordada película ochentera Dirty dancing (1987).

Asimismo, los fanáticos de Jethro Tull, insigne banda inglesa de prog-rock, lamentaron la muerte de su baterista en el periodo 1981-1988, Gerry Conway (29 de marzo, 76). Chris Cross, bajista de Ultravox, una de las bandas más importantes y creativas de la new wave, falleció a los 71, el 25 de marzo. En los predios del hard-rock y heavy metal, recibimos la triste noticia del fallecimiento del energético bajista T. M. Stevens (10 de marzo, 72), quien acompañara a Steve Vai durante la gira del disco Sex & religion (1993), además de trabajar con un amplio rango de artistas de rock, funk y jazz. 

Otra leyenda del metal, el cantante original de Iron Maiden, Paul Di’Anno, sucumbió a los problemas de salud que lo aquejaban desde el año 2020, el 21 de octubre a los 66. Por su parte, cruzaron la línea el vocalista de los hard-rockers Great White, Jack Russell (7 de agosto, 63); Peter Collins, productor de bandas como Rush, Queensrÿche o Alice Cooper (28 de junio, 73); Jerry Abbott (2 de abril, 80), padre de los hermanos Vinnie Paul y Dimebag Darrell, batería y guitarra de Pantera. Asimismo, dos integrantes de la banda de culto Brujeria, icónicos representantes del death metal californiano que jugaban con letras y sobrenombres en jerga mexicana, también se mudaron al otro barrio: los vocalistas John “Juan Brujo” Lepe (18 de septiembre, 61) y Ciriaco “Pinche Peach” Quezada (17 de julio, 57).

In-a-gadda-da-vida era, hasta hace un par de décadas, uno de los temas que definían al “rock clásico”. Lanzado originalmente en 1968, es un viaje lisérgico de casi veinte minutos que ocupaba todo el Lado B del segundo LP del cuarteto californiano Iron Butterfly. Doug Ingle (78), vocalista, organista y compositor de este himno del rock ácido, falleció el 24 de mayo. Lo siguieron Jimmy Hastings (18 de marzo, 85), saxofonista de Caravan, una de las mejores exponentes de la escena de Canterbury; Brit Turner (3 de marzo, 57), baterista de Blackberry Smoke, vibrante grupo de blues-rock que visitó Lima teloneando a Slash en el 2019; J. D. Souther (17 de septiembre, 78), coautor de exitazos de Eagles como New kid in town o Heartache tonight; y el escocés Joe Egan (6 de julio, 77), quien alcanzó la fama en el grupo Stealers Wheel, con el tema Stuck in the middle with you (1973). Asimismo, dos miembros de las bandas de Frank Zappa, el bajista Tom Fowler (73) y el vibrafonista Ed Mann (70), fallecieron uno después del otro, los días 2 y 1 de junio, respectivamente.

Muchos creemos que el Perú es un lugar mejor tras la muerte de Alberto Fujimori (11 de septiembre, 86). El problema es que, por cada político corrupto mueren tres o cuatro estrellas de nuestra música popular, dejándonos la sensación de estar cada vez más a merced del mal gusto y la vulgaridad. Yola Polastri (7 de julio, 74), fue una conductora infantil que dedicó su vida a lanzar canciones entretenidas y blancas, las mismas que son recordadas por toda una generación que creció con ellas, con mensajes positivos y didácticos, a leguas de distancia de lo que hoy escuchan nuestros niños. 

Siguiendo con la escena local, el histórico Lucas Borja, segunda voz y guitarra de Los Romanceros Criollos (10 de mayo, 90); el (in)combustible rocanrolero César Alemán, más conocido en el ambiente subte como César N (18 de marzo, 55); el baterista original de Frágil, Arturo Creamer (28 de mayo, 69); el baladista nuevaolero Gustavo “Hit” Moreno (5 de marzo, 86); y Johnny Farfán (1 de abril, 81), estrella del bolero cantinero; enlutaron a sus seguidores. Finalmente, el lamentable deceso de Flor Quispe Sucapura (23), ocurrido el 3 de abril, una joven puneña que buscaba construirse una carrera en el huayno moderno bajo el nombre artístico de “Muñequita Milly”, es un hecho que combina varias de las taras sociales del Perú y del mundo moderno: la obsesión por las cirugías estéticas, la ausencia de escrúpulos de los charlatanes que las ejecutan y la eterna impunidad que no castiga a los responsables.

Las muertes del pianista y director de orquestas Sergio Méndes (5 de septiembre, 83) y del saxofonista David Sanborn (12 de mayo, 78) fueron cubiertas por medios especializados en jazz moderno. Mientras que, por un lado, el brasileño colocó al bossa nova y la samba en primera línea de las radios “easy listening”; el norteamericano se paseó tanto por el blues y el rock como por el jazz moderno y la fusión, con una discografía amplia y diversa, alternando con estrellas como David Bowie, Miles Davis, los hermanos Brecker, Al Jarreau o su cómplice, el virtuoso bajista Marcus Miller.

El latin-jazz también perdió al bajista Tony Banda (15 de diciembre, 68) quien, junto a su hermano, el timbalero Ramón Banda, formó parte de la poderosa sección rítmica del reconocido conguero Ildefonso “Poncho” Sánchez entre 1983 y 2013. Los barbudos hermanos Banda, de origen mexicano, lanzaron en el 2003 un sensacional disco llamado Acting up! El trompetista cubano Manuel “Guajiro” Mirabal, que el mundo conoció como integrante de Buenavista Social Club, falleció a los 91 años, el 28 de octubre. En el Perú, la comunidad salsera lamentó la prematura muerte, el 5 de diciembre, de Dante “Salsófilo” Corrales, animador de la popular orquesta chalaca Zaperoko, especialista en covers de salsa dura.

El director de orquesta, pianista y educador japonés Seiji Ozawa (6 de febrero, 88), fue la personalidad más importante de la música académica que nos dejó este 2024. Histórico conductor de la Orquesta Sinfónica de Boston, fue admirado tanto por la crítica especializada como por el público, por sus apasionadas y precisas interpretaciones. También en este campo, el legendario concertista italiano Maurizio Pollini (23 de marzo, 82), especialista en el periodo clásico del piano -Debussy, Beethoven, Chopin. Finalmente, el director de orquesta, pianista y educador húngaro Péter Eötvös, continuador del modernismo de Pierre Boulez y su compatriota Béla Bartók, que escribió óperas, sinfonías, soundtracks para directores de su país y música electrónica incidental, así como adaptaciones de obras literarias de Anton Chejov o Gabriel García Márquez, falleció un día después, el 24 de marzo, a los 80.

La música country, acostumbrada a despedir a sus estrellas más longevas, como el actor y compositor Kris Kristofferson (28 de septiembre, 88); pasó por un duro trance tras conocer que Toby Keith, uno de los principales exponentes del género desde los años noventa, había sido diagnosticado con cáncer estomacal. El intérprete y compositor de varios himnos nacionalistas que han sido usados indistintamente por gobiernos demócratas y republicanos falleció a los 62 años, el 5 de febrero. 

Por su parte, partieron también la cantautora folk Melanie Safka (23 de enero, 76), una de las estrellas protagonistas del Festival de Woodstock; el bajista de reggae Aston “Family Man” Barrett, de la formación original de Bob Marley & The Wailers (3 de febrero, 77); el británico Steve Harley, líder de The Cockney Rebel, banda seminal de glam-rock (17 de marzo, 73); la chanteuse francesa Francoise Hardy (11 de junio, 80); Slim Dunlap (18 de diciembre, 76), guitarrista de The Replacements; la cantante de gospel y soul Cissy Houston (7 de octubre, 91), madre de Whitney Houston; el histórico productor de The Kinks y The Who, Shel Talmy (13 de noviembre, 87); y el cineasta canadiense Norman Jewison (20 de enero, 97), director de clásicos como Fiddler on the roof (1971) y Jesuschrist Superstar (1973).

Finalmente, vale la pena mencionar a los siguientes caídos entre enero y diciembre del año que se fue: Chris Karrer (2 de enero, 76), multi-instrumentista, compositor y pionero del krautrock alemán con su banda Amon Düül II; el productor Frank Farian (23 de enero, 82), también alemán, que lanzó a la fama a actos como Boney M, No Mercy y Milli Vanilli; René Toledo (6 de febrero, 66), guitarrista cubano de enorme presencia en sesiones de grabación de artistas de latin-pop como Jennifer López, Marc Anthony, Ricky Martin, entre otros; Michael Ward (1 de abril, 57), guitarrista de The Wallflowers; Mike Pinder (24 de abril, 82), tecladista de The Moody Blues; los rockeros argentinos Javier Martínez (4 de mayo, 78), baterista de Manal, y Willy Quiroga (21 de noviembre, 84), bajista de Vox Dei; el tenor y ex congresista peruano Franceso Petrozzi (27 de mayo, 62); y Herbie Flowers (5 de septiembre, 86), destacado bajista de sesión que trabajó, entre otros, con David Bowie y Lou Reed, en clásicos como Space oddity y Walk on the wild side, entre otros. 

Tags:

MC5, Obituarios 2024, Quincy Jones, Yola Polastri

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