Buscan generar un impacto positivo en su comunidad, salir de la pobreza y mejorar los ingresos de sus integrantes.
El World Business Council For Sustainable Development (WBCSD) explica que un negocio inclusivo involucra soluciones de negocios sostenibles que van más allá de la filantropía y amplían el acceso a bienes, servicios y oportunidades de subsistencia para comunidades de bajos ingresos en formas comercialmente viables.
Tienen como rasgos comunes: su orientación a la mejora en la calidad y productividad; su proyección para llegar a mercados internacionales; la participación de productores que salen de la pobreza y mejoran sus ingresos; en términos de género, hay avances con la participación de mujeres productoras.
No todos los negocios que venden productos baratos a comunidades en situación de pobreza son automáticamente negocios inclusivos. Tampoco las que tratan de crear nuevas necesidades de consumo. En definitiva, los negocios inclusivos deben proveer productos y servicios que facilitan y mejoran la vida de la gente que los adquiere o impactar positivamente en el acceso a oportunidades económicas y laborales.
Pensémoslo así: algunas necesidades de poblaciones de escasos recursos podrían resolverse considerando que hay productos o servicios que pueden mejorar su calidad de vida y estos deben ser asequible. Además los negocios inclusivos consideran a estas poblaciones como proveedores o distribuidores para integrarlos en el modelo empresarial.
Un ejemplo es Las Polleras de Agus. El emprendimiento de Griela Pérez trabaja de manera conjunta con tejedores y tejedoras de las regiones andinas. Crean prendas, como polleras bordadas, y están son vendidas en el mercado local e internacional. Las ganancias sirven para la sostenibilidad del negocio y los artistas. Su trabajo les genera bienestar.
Negocios inclusivos en Perú
En nuestro país hay, por ejemplo, más de 1.3 millones de micro y pequeñas empresas lideradas por mujeres, que llegan a generar 4.8 millones de puestos laborales, como indicó el ministro de la Producción, José Luis Chicoma Lúcar, en el marco del Día de la Mujer.
“Esta cifra pone en evidencia de manera contundente su rol y nos motiva y compromete a seguir trabajando en favor del crecimiento empresarial de las mujeres, solucionando sus necesidades y promoviendo el desarrollo de sus negocios en igualdad de oportunidades”, indicó.
Estas mypes se concentran principalmente en actividades terciarias como comercio (39.8%), servicios (27.5%) y agropecuario (26.8%). Además, en manufactura, el 38.7% (76,862) de las mypes son conducidas por mujeres.
Ventajas de un negocio inclusivo
Tener un negocio de este tipo te brinda acceso a un mercado aún desconocido que puede atender con esquemas sostenibles o comercialmente viables. Además, instaura una diversificación de la cartera de productos y servicios o del conjunto de proveedores o distribuidores, mientras se genera bienestar social y se contribuye a la sostenibilidad de la empresa.
Los negocios inclusivos aumentan el control y estabilidad en cadenas de valor que operan en contextos de pobreza. También impulsan la capacidad innovadora, y el aprendizaje sobre modelos de negocios y canales de distribución eficientes y sostenibles.