El Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud comete un insólito error en la compra de materiales para el plan de prevención y control del dengue. Sudaca accedió a los documentos que detallan este cuestionable error.
Con la llegada de diciembre, la mayoría de peruanos empieza a sentir, cada vez con mayor intensidad, las cálidas temperaturas del verano. Pero esta estación, que para muchos puede ser sinónimo de época de visitar las diversas playas de la costa peruana, también se ha convertido en una época crítica para el sector salud.
Esto es debido a que es en estos meses cuando se registran numerosos casos de una enfermedad conocida el Dengue. Esta infección, que se transmite a través de la picadura de los mosquitos, se caracteriza por provocar fiebres altas, dolor de cabeza muy intenso y dolores musculares, aunque es pertinente señalar que también se registran casos de personas que desarrollan complicaciones mucho más severas.
En los últimos años se ha podido observar que los casos de dengue en Perú, así como en otros países de la región, han registrado cifras que encendieron las alarmas de los diversos gobiernos y sus respectivos ministerios encargados de la salud. En este 2024, el país ha registrado más de doscientos cincuenta mil casos y más de doscientos fallecidos.
Ante este panorama y con el inicio de la temporada en la cual se disparan las cifras, lo lógico sería esperar que el Ministerio de Salud tome acciones para lidiar con el Dengue y otras enfermedades infecciosas, como es el caso del Zika y Chikungunya. Sin embargo, el sector salud parece haber cometido un nuevo error que podría repercutir negativamente en la estrategia para responder a este problema que amenaza la salud de los peruanos.
UN DESCUIDO COSTOSO
En junio de este año, Cenares, el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud, convocó una licitación pública para la compra de dos ítems en lo que fue denominado “Adquisición de dispositivos en el marco del plan de prevención y control del dengue según Resolución Ministerial N° 082-2024-MINSA».
Según la información correspondiente a este proceso y que Sudaca ha podido revisar, se había estimado destinar más de un millón trescientos mil soles para la adquisición de un “kit de PCR tiempo real para detección de dengue, chikungunya y zika”.
Para el mes de septiembre, cerca de tres meses después, la empresa SIMED PERÚ S.A.C. obtuvo la buena pro con su oferta económica que representaba menos de la mitad del valor inicialmente estimado para la adquisición del kit en cuestión.
Pero, al siguiente mes, se supo que existían varios cuestionamientos con respecto al producto ofertado por la empresa que obtuvo la buena pro. Entre los principales argumentos se encontraban los siguientes: “No existe documento que sustente que los “tubos sean utilizados para la extracción ni para uso en biología molecular”, “No acredita que los tips sean de uso en biología molecular”, “No acredita que el kit de extracción se pueda utilizar con tejidos”, “No acredita que el kit de extracción sea compatible con el kit de amplificación” y “El certificado de análisis ofertado no acredita la vigencia mínima solicitada”.
Fue en base a estos puntos que se presentó un recurso de apelación ante el Tribunal de Contrataciones del Estado en contra de la buena pro obtenida por la empresa SIMED PERÚ S.A.C. ante lo que parecía ser la adquisición de un producto que no cumplía con los requerimientos exigidos por el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud y, por lo tanto, se podía interpretar como la adquisición de materiales que podrían resultar inútiles en la detección de dengue, chikungunya y zika.
Sin embargo, previo al análisis de los puntos cuestionados en la apelación, el Tribunal de Contrataciones del Estado atendió una cuestión previa ante lo que fue calificado como “posibles vicios de nulidad advertidos en el procedimiento de selección” y que, posteriormente, expondrían que fue el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud el principal responsable de los problemas suscitados en este proceso de compras.
Según se puede leer en la Resolución Nº 4558-2024-TCE-S4, el tribunal que atendió este caso advirtió que el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (CENARES) “no precisa qué características técnicas y/o requisitos funcionales son las que deben acreditarse con los mismos”, situación que conllevó a que los postores no tengan claros los requisitos a presentar.
En la resolución se ha utilizado como ejemplo el caso de dos certificados (Certificado de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y Certificado de Buenas Prácticas de Almacenamiento (BPA)) que no pueden ser tomados como prueba que el producto ofrecido cumple con abordar las características requeridas para uno de los productos debido a que sólo brindan información sobre los estándares de calidad mas no del cumplimientos de especificaciones técnicas.
El descuido y falta de rigurosidad de Cenares en esta compra ha llevado a que, según lo señala la propia resolución del Tribunal de Contrataciones del Estado, los proveedores se basen en “la interpretación que le pueda dar cada uno de ellos” al momento de presentar los documentos que comprueben la idoneidad de los productos ofertados.
La grave consecuencia de esta falta de claridad por parte del propio Cenares ha sido que el proceso, que ha tomado varios meses, tenga que volver a la etapa de convocatoria y con ello se pongan en riesgo las acciones planificadas de cara al inicio de la temporada de verano y la mayor proliferación de casos de dengue.
NI ELLOS SE PONEN DE ACUERDO
Otra de las situaciones insólitas que han quedado al descubierto en esta resolución que data del pasado mes de noviembre es que existe una contradicción con respecto a la vigencia del producto puesto que no era claro si esta se debía presentar en la etapa de presentación de la oferta o cuando se entregue el producto a los almacenes. Por ello, el tribunal fue contundente al señalar que “ni siquiera la entidad (Cenares) tiene clara la forma de acreditación de vigencia del producto”.
El pasado 18 de noviembre, el Tribunal de Contrataciones del Estado se pronunció y, teniendo en cuenta lo relatado en este informe, tomó la decisión de declarar la nulidad de oficio de la Licitación Pública N° 20-2024-CENARES/MINSA y, con ello, la “Adquisición de dispositivos en el marco del plan de prevención y control del dengue según Resolución Ministerial N° 082-2024-MINSA» sufrirá un inesperado retraso que tomará más tiempo del esperado.
En las numerosas resoluciones que emite el Tribunal de Contrataciones del Estado es común encontrar casos de postores que intentan recurrir a rebuscados argumentos para obstaculizar a su competencia y arrebatarles la buena pro obtenida, pero este caso marca una situación particularmente inusual en la cual se encuentran errores burdos que ponen en riesgo la salud de los peruanos en una época que el país entra a la etapa más crítica en lo que respecta a casos de dengue, zika y chikungunya.
Además, cabe señalar que no es la primera vez que Cenares y el propio Ministerio de Salud cometen errores en la adquisición de medicamentos o materiales. En los últimos meses, por ejemplo, Sudaca informó sobre el descuido por parte del sector salud al adquirir los tratamientos que requieren las personas con VIH.