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FMI pronostica desastre para 2023 pero economistas peruanos lo desmienten

“El Perú no estará en recesión por factores exógenos, el Perú está en recesión de casi 6 a 7 años producto de una política económica que se caracteriza por su mediocridad y por el enorme grado de corrupción de su gestión”

Horas antes que 2022 sea solo un recuerdo, la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), la búlgara Kristalina Gueorguieva, anunció que este 2023 “va ser un año duro”, ya que las tres más grandes economías del mundo: la estadounidense, la de la Unión Europea y la china “se están ralentizando simultáneamente, vale decir, están en un proceso lento pero seguro de menor producción y de menor crecimiento, y, por lo tanto de menores compras de materias primas en los países periféricos, uno de ellos, por cierto, el nuestro.

Para ilustrarnos en el tema, le pregunté al economista, profesor de Economía y divulgador de la materia sobre el anuncio apocalíptico de la directora del FMI.

Doctor González Izquierdo, ante el anuncio de la directora del FMI de una inminente recesión en las economías más importantes del hemisferio norte, quisiera que nos explique cómo afectaría dicha recesión a los peruanos, sobre todo a los más vulnerables.

JGI: El Perú tiene tres socios principales en el mundo, en primer lugar, los Estados Unidos, en segundo lugar, la China y luego la Unión Europea; entonces, lo que les pase a esas tres economías en este año nos va a afectar, porque toda economía al igual que un automóvil necesita de un motor para avanzar. Para que la economía crezca, a diferencia del carro que tiene un solo motor, necesita que funcionen sus cuatro motores, tres internos y un cuarto externo. El año pasado, el mercado mundial representado por EE.UU., China y la Unión Europea jugó un rol positivo para la economía peruana, nos ayudó a crecer un poco más porque las exportaciones crecieron más que las importaciones en términos reales, y eso se debió a que dichas economías estaban más o menos bien. Para este año, se estima que el panorama podría cambiar sustancialmente; en el caso estadounidense se está estimando no una recesión sino un crecimiento pequeño, inferior al 2 por ciento. Hay unos pocos economistas norteamericanos que dicen que Estados Unidos sí podría caer en recesión, pero, la mayoría te dice que no la habrá sobre todo por la política antiinflacionaria que está llevando su Banco Central. China, por su parte, creció entre 8 y 10 por ciento en 2022; para este año los estudiosos estiman que China crezca alrededor del 4 por ciento, debido, sobre todo, a una serie de medidas políticas tomadas por Beijing, como, por ejemplo, en primer lugar la política de cero Covid y, en segundo lugar, las acciones emprendidas para enfrentar los problemas en el sector Vivienda -que entró en una crisis financiera tremenda-, y, en tercer término, los problemas energéticos debidos a la escasez de carbón. En el caso de Europa, en la zona del euro, predominantemente, ahí sí hay un consenso que caerá en recesión. En síntesis, sumando los tres puntos se presume que el impulso externo para nosotros será bastante menor. Por tanto, volviendo al ejemplo de los motores, y estando lento el motor foráneo, fijémonos en los motores internos, que, en orden de importancia, son: consumo privado (lo que nos llevamos a la boca, lo que nos abriga y nos viste, etcétera, etcétera), que es el motor principal, la inversión privada que es el motor secundario y el gasto público que es el tercer motor.

Finalizando su respuesta, González Izquierdo nos dice: “sucedió que el motor principal, el consumo privado, creció más del 5 por ciento en 2022, porque sus fuentes de financiamiento fueron los retiros de las CTS, los de las AFP y los accesos fáciles a créditos de consumo a las personas, que en diciembre superaron el 20 por ciento. Eso es insostenible, eso no puede ser: por eso había conciertos con llenos espectaculares cada semana. Eso no sucederá en 2023, ya que esas fuentes se están agotando. El motor seguirá prendido pero ‘bajetón’. El segundo motor, el de la inversión privada, seguirá prendido dependiendo de si la inseguridad, la inestabilidad y la incertidumbre política, social e institucional sigan como están o empeoren; de pasar esto, ese motor se apagará y la inversión privada crecerá menos del uno por ciento, que es como si el motor estuviera apagado. Y el tercer motor lo maneja el Gobierno, que ha lanzado ‘Con Punche Perú’, al cual le está poniendo todo el combustible. Yo no creo que haya una recesión económica en 2023, salvo que salga un nuevo Abimael Guzmán o Antauro Humala gane la Presidencia, es decir, a menos que lleguemos a uno de esos extremos, no creo que el Perú entre en recesión”, concluye el profesor universitario y ex ministro de Trabajo en el gobierno de Alberto Fujimori.

Terminada la charla con González Izquierdo, le pregunté al doctor Carlos Adrianzén, también profesor universitario y decano de varias facultades de Economía, qué pensaba de los cálculos apocalípticos de la directora del FMI:

Doctor Adrianzén, usted es un economista que siempre ha defendido la necesidad de una política macroeconómica sana, vale decir, una política fiscal rigurosa, con una moneda estable y con una balanza comercial positiva, ¿cómo cree que podríamos enfrentar una recesión debido a factores externos en este año que recién se inicia?

CA: Yo le puedo responder esa pregunta, pero quiero mostrarle desde el comienzo mi discrepancia. El Perú no estará en recesión por factores exógenos, el Perú está en recesión de casi 6 a 7 años producto de una política económica que se caracteriza por su mediocridad y por el enorme grado de corrupción de su gestión, o sea, en los mejores tiempos del mundo, en los cuales ha habido semanas con extraordinarios precios externos para nuestros productos, no crecimos o crecimos cada vez menos. Entonces, mi impresión es que enfrentamos una crisis Made in Perú, y los dos planos por los cuales la debemos enfrentar, porque la recesión ya parece inexorable para este año, es transitar hacia un entorno político e institucional más sólido y, sobre todo, caminar firmemente hacia un mejor manejo económico. La señora Dina (Boluarte) ahora tiene que preguntarse cómo se hace para que nuestro país vuelva a crecer al 7 por ciento anual. Y la respuesta es muy simple: para eso se requiere que la tasa de inversión privada crezca de manera drástica, moviendo la economía hacia un crecimiento alto. Eso es lo que reduce la pobreza y eso es también lo que reduce la desigualdad. Nuestro país es muy especial porque puede crecer al 7 por ciento de manera estable, atrayendo inversiones y haciendo todo lo que tiene que hacerse para que las inversiones nacionales y extranjeras se recuperen, vuelvan a confiar en nuestro país. Y para que esta se recupere hay que ponerles fin de una buena vez a las protestas violentas, es necesario que haya orden: el bien público por excelencia para una madre de familia pobre es el orden, si este no existe, nadie va a producir, nadie va a invertir o, incluso, nadie va a querer caminar por la calle. El Perú tiene que respetar a sus autoridades; tiene que garantizar que la protesta no sea con destrucción de la propiedad pública o privada; tiene que identificar a los que financian las protestas, porque para ir a protestar se requiere plata. No se puede ni debe permitir la financiación clandestina de las protestas ni la presencia de activistas extranjeros en nuestro territorio.

¿Cuáles son los sectores que tendrían que protegerse más que otros ante una recesión que reduciría las ventas y, por lo tanto, la recaudación tributaria, afectando los programas sociales, los gastos en salud, educación y seguridad y el gasto corriente?

CA: No, nunca hay que proteger un sector más que otro, porque no hay un peruano que valga menos que otro. Todos los sectores importan, pero alguien puede decir cuáles son los sectores que dan más empleo en el país, y en ese escalafón la minería comienza a mandar, porque la minería crea millones de puestos de trabajo en el sector público, esos trabajos no vienen del aire, vienen del sector que es el principal contribuyente. En realidad lo qué hay que hacer es que se invierta en todo el país y que las reglas sean estables, tal como lo garantiza nuestra Constitución. Y una cosa importante para terminar: la regionalización tras veintitantos años de iniciada es un desastre y lo es y lo seguirá siendo porque fue hecha al ‘caballazo’. Hagamos las cosas bien, es decir al servicio de la gente y no de los sinvergüenzas que vociferan, que insultan y que no aportan nada positivo al desarrollo del país.

Hagamos las cosas bien, y le diré algo que nadie me podrá rebatir: si queremos tener el producto per cápita de un norteamericano, si queremos que el Perú se vuelva Miami y tener el per cápita de un ciudadano de Miami tenemos que crecer a un 7.5 por ciento durante 20 años. Los chinos lo hicieron con dictadura y diciéndose ‘comunistas’. Todo consiste en crecer a 7.5 por ciento. Lo demás es cuento.

Luego de llamar infructuosamente al doctor Pedro Francke, primer ministro de Economía y Finanzas del régimen fallido del expresidente Pedro Castillo, y enterarme que estaba de vacaciones, y siendo imposible tener ese punto de vista izquierdista de primera mano, decidí tomar las declaraciones hechas por el doctor Waldo Mendoza, ministro de Economía del gobierno del expresidente Francisco Sagasti, a diferentes medios tras la publicación de un artículo en Gestión sobre el capítulo económico de nuestra actual Constitución.

El ex ministro de Economía estimó que el país puede crecer en un 3 por ciento en este 2023, luego que la inversión pública cayera en un 25 por ciento en 2022.

“Todas las constituciones tienen básicamente dos partes, una que habla de los derechos fundamentales, derechos económicos y derechos sociales, y otra que habla básicamente de la organización del Estado.

Los derechos a la salud, a la educación, al agua potable cuestan, por lo tanto en la Constitución uno puede poner todos los derechos que quiera, pero si no tienen el financiamiento son solamente letra, por lo tanto la organización del Estado tiene que ser consistente con una economía que tenga las condiciones para crecer. La relación entre crecimiento y progreso económico está documentada y es casi tan sólida como la Ley de la Gravedad de Newton. No hay ningún país que haya progresado sin crecimiento sostenido. No hay ningún país que no haya progresado para satisfacer esos derechos fundamentales que garantiza su constitución. Entonces, para satisfacer esos derechos fundamentales necesitamos esos recursos.

Y ya que hablamos de la Constitución hablemos del llamado capítulo económico, y ya que hablamos del capítulo económico hablemos de los contratos que impiden los abusos del poder político. Hablemos, entonces, del artículo 62 en el capítulo económico, el de los contratos. En realidad es un capítulo que muy pocos países del mundo tienen, y por eso algunos dicen por qué lo tenemos, y yo digo más bien porque no lo tienen los otros países. Este capítulo nos dice que si soy propietario de un edificio lo alquilo, me pongo de acuerdo con mi inquilino por un monto, y ni el Congreso mediante una ley puede cambiar ese contrato. A un nivel mayor, una empresa hace una autopista y en su contrato se establece que el municipio le paga mediante peajes durante un número acordado de años, nadie puede alterar ese contrato. Esos artículos impulsaron el crecimiento del Perú. Los deberes y derechos de los funcionarios del Banco Central establecidos por la Constitución impiden que estos presten dinero al fisco bajo pena de cárcel, de ahí la estabilidad de nuestra moneda por tres décadas.

Finalmente, en relación al gabinete ministerial de la señora Dina Boluarte, el doctor Mendoza le dice a sus entrevistadores: “yo creo que hemos vuelto a la normalidad, tenemos ministros normales que saben expresarse, ministros con trayectoria. Hemos despertado de una pesadilla a la realidad”.

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