Juan Carlos Tafur

Luna menguante

Si a algunas personas el gobierno de Sagasti debería prestarle atención como potenciales focos de desestabilización es a José Luna Gálvez y a su satélite congresal e hijo, José Luna Morales.

Estuvieron claramente involucrados en la vacancia de Vizcarra, porque éste no satisfacía sus requerimientos de tumbarse la reforma universitaria, Sunedu incluída, y permitir así que su universidad, Telesup, vuelva a seguir estafando a decenas de miles de alumnos ofreciéndoles educación de bajísima calidad.

Los Luna se han agenciado, inclusive, un conglomerado mediático que les sirve de caja de resonancia para todas sus iniciativas demagógicas, como esta peregrina idea de devolverle dinero a los aportantes al sistema de la ONP.

Llama la atención, asimismo, la altísima frecuencia con la que congresistas de otras bancadas, particularmente de Acción Popular, terminan siempre votando en el mismo sentido de los proyectos de ley que Podemos Perú presenta. Los malpensados podrían pensar que eso no es gratuito, pero resulta por lo menos extraño que estos congresistas acaten más las órdenes de los Luna que las indicaciones de sus propios partidos.

Hoy, los Luna están atarantados por el remezón de la calle que frustró la presidencia del monigote de Manuel Merino, pero más pronto que tarde volverán a la carga. Sagasti es el objetivo. Con medios, una bancada artificiosa de 30 congresistas y mucho dinero de por medio, saben que se les acaba el plazo para lograr sus propósitos, de tirarse abajo la reforma universitaria, tumbarse al equipo Lava Jato y gozar, por cierto, de las canonjías del poder.

Sobrevivirán, a posteriori, lamentablemente. La estructura montesinista que han armado tiene en Daniel Urresti una locomotora electoral que les permitirá tener una bancada el próximo lustro, y entonces verán cómo insistir en su agenda, pero hoy en el corto plazo sus objetivos son claros y obviamente un régimen centrista como el de Sagasti es un obstáculo que buscarán extraer.

Solo la movilización callejera los puede detener. No creo, sin embargo, que al final del día ello les importe mucho a la hora de buscar sus objetivos, pero lo que sí queda claro es que la alerta democrática de la ciudadanía y el ojo vigilante de un gobierno que hasta el momento no da pie con bola no puede permitir que esta coalición desestabilizadora convierta al Perú en su chacra personal, a punta de matones, camiones y dinero.

 

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Francisco Sagasti, Gobierno

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