Juan Carlos Tafur

Mal arranque del populista peruano

"Estas primeras semanas son decisivas. El gobierno ha empezado con mal pie, tanto que ha generado que opciones opositoras radicales, como la de la vacancia, afloren en el lenguaje político y mediático".

Como bien ha señalado el politólogo Rodrigo Barrenechea, los inicios aprobatorios de Pedro Castillo, en su calidad de líder populista de izquierda, son escuálidos si se les compara con aquellos que tuvieron sus pares regionales al inicio de su mandato.

Mientras Hugo Chávez tenía 91.9% (Datanálisis), Evo Morales 79% (Ipsos) y Rafael Correa 71% (CEDATOS), Pedro Castillo apenas tiene 38%, según la encuesta de Ipsos publicada hoy en el diario El Comercio.

En esa circunstancia, sin respaldo mayoritario de la población y sin dominio congresal, solo le quedan dos opciones: o se radicaliza buscando ganar aceptación popular para poder confrontar luego con el Congreso, o se modera y tiende puentes de gobernabilidad hacia el Legislativo y el país, migrando al centro, buscando un horizonte de gobernabilidad de cinco años.

Si uno se guía por la entrevista exclusiva que nos concediera Vladimir Cerrón (https://sudaca.pe/noticia/entrevistas/vladimir-cerron-yo-sugeri-permanencia-julio-velarde/), que es una excelente radiografía de cómo se reparte el poder en el Perú, el camino de choque que pasa por la disolución del Congreso estaría negado.

Si ese es el caso, lo más probable es que la opción radical de la Constituyente no sea viable en el corto plazo y que a la postre, quizás terminemos teniendo un gobierno de fraseología radical, pero tecnocráticamente moderado (Francke-Velarde), más aún si es cierto que fue el propio Cerrón quien sugirió la permanencia del presidente del Banco Central de Reserva.

Castillo recién se está acomodando. A diferencia de Cerrón, no tiene experiencia político partidaria. Pero lo cierto es que si la dupla de marras lee correctamente la realidad social y política, e imprime un sentido pragmático a su gestión, debiera entender que el camino del choque o la provocación (como supuso la designación de Bellido) no conduce a nada bueno para el propio régimen y ni siquiera le permite acumular fuerzas si a mediano plazo quisiese intentar el camino de la refundación constitucional.

Habrá que ver en los siguientes días cuál es el tenor del gabinete ministerial, si Castillo sorprende y hace cambios antes de su presentación ante el Congreso, si no lo hace habrá que evaluar bajo qué espíritu se presenta, cómo se redefinen las relaciones de poder al interior del gobierno, etc. Hay mucha tela por cortar aún para poder tener una prospectiva clara de hacia dónde nos conducimos.

Estas primeras semanas son decisivas. El gobierno ha empezado con mal pie, tanto que ha generado que opciones opositoras radicales, como la de la vacancia, afloren en el lenguaje político y mediático. Ojalá haya propósito de corrección.

 

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Pedro Castillo, Vladimir Cerrón

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