Con los años de experiencia de entrenar mis clientes empecé a darme cuenta de que sus resultados poco tenían que ver con sus metas y mucho, con los sistemas que había seguido para alcanzarlas.
Muchos tenían la misma meta pero no todos consiguieron el éxito. Me di cuenta que la semilla de cada hábito es una pequeña decisión diaria. Algo que puede parecer tan insignificante pero en realidad cambia todo.
Un pequeño cambio en tus hábitos cotidianos pueden conducir tu vida a un destino completamente distinto. Tomar una decisión que es 1% mejor o 1% peor puede no parecer importante en un momento dado, pero en el transcurso de todos los momentos que conforman una vida, estas decisiones determinan la diferencia entre la persona que eres y la persona que podrías ser.
Una cosa que he observado a lo largo de los años es que normalmente todos comparten las mismas metas pero algunos las lograron cumplir mientras que otros tenían el mismo tiempo de inicio, pero no los mismos resultados. Adicionalmente, si el enfoque está solo en la meta y no en formar una habito, solo vemos un cambio momentáneo.
Imagínate que necesitas bajar de peso, y tu meta esta bien clara. Tomas la decisión y haces todo lo necesario para lograrlo, entrenas, haces dietas, y llegas a bajar estos kilos de más al menos por un momento, pero si mantienes los mismos hábitos descuidados muy pronto regresarás a estos kilos de antes. Curaste un síntoma sin hacer nada para resolver su causa.
De mis propias experiencias creo que las metas restringen la felicidad. El típico pensamiento es “una vez que alcance mi meta seré feliz”. Por lo menos así lo pensé por muchos años, me prometía a mí mismo que finalmente me relajara cuando bajo menos de 10% de grasa, o desarrollo por porcentaje de masa muscular, y que solo cuando alcanzaría estos resultados sería feliz.
Y no fue así, no tenía sentido restringir mi felicidad en un solo escenario, cuando existen muchos caminos que conducen al éxito. Y ahí entendí que cuando te enamoras del proceso más que del producto final, no tienes que esperar hasta el desenlace para permitirte ser feliz .
Frecuentemente pasa que las personas hasta llegan a cumplir su meta y mejoran su físico, pero apenas lo logran paran de entrenar y tomar decisiones poco saludables. Hay que enfocarse verdaderamente en el largo plazo y no regresar a viejos hábitos.
Los secretos de mis clientes que llegaron a tener éxito mejorando su salud y mantener este nuevo estilo de vida permanente, gracias a sus nuevos hábitos.
Primero
Registra tus hábitos actuales que no te permiten tener la salud y vitalidad que te mereces. De ahí cambia solo 1 hábito malo para un bueno a la semana. Y así con tiempo hasta que remplazas todos tus hábitos que no te favorecen.
Segundo
Hacer tus hábitos nuevos lo más fácil de cumplir:
Por ejemplo: voy a entrenar primer mes solo 2 veces a semana los días que estoy lo menos ocupado, voy a comer 2 veces a la semana de una manera que come una persona saludable.
Tercero
Rodéate lo más frecuente con las personas las cuales admiras su salud, vitalidad, físico.
Recuerda construir hábitos en el presente te permite hacer más en el futuro.
Abrazos energéticos.