La falta de una explicación clara de la expectoración del historiador Manuel Burga de la dirección del Lugar de la Memoria, LUM, no hace sino alimentar las suspicacias respecto de que no es más que otra concesión a los deseos de la derecha más rancia que sostiene al gobierno en el Congreso.
Esa derecha ha visto siempre con malos ojos este museo, considera que el Informe de la Comisión de la Verdad debería ser traspapelado y revisar la memoria histórica de lo sucedido entre 1980 y la década del 90. Básicamente, lo que la resiente es el manifiesto despliegue de la verdad respecto de los excesos ominosos cometidos por las fuerzas del orden en la lucha antisubversiva, contra población civil inocente.
Burga venía conduciendo el LUM con dinamismo y sindéresis, a diferencia de muchos de sus antecesores, quienes cedieron a visiones ideológicas que contaminaron su quehacer.
Particularmente, tengo críticas al LUM. Creo que hay un sesgo antifujimorista en su narrativa, cuando los excesos más brutales de la represión ocurrieron en el periodo democrático de los 80 (Belaunde y García), no se muestra a cabalidad el horror de tales excesos (no es necesario equipararlos a los de Sendero, para mostrarlos en su real dimensión) y, finalmente, no se subraya que al final de todo, fue la democracia peruana la que obtuvo la victoria contra las huestes antisubversivas que querían convertir al país en un infierno (ello no se pondera adecuadamente).
Pero ello, con la dinámica propia de museos vivos como éste, va cambiando durante el tiempo y se ajustan las clavijas conforme la propia verdad se abre paso correctamente. En eso andaba la última dirección del LUM y ahora reina la incertidumbre respecto de las reales intenciones del mInisterio de Cultura a propósito del futuro de la institución.
Lo peor que le podría pasar al LUM es que se convierta en una institución edulcorada, pasiva, muerta, con una narrativa unilateral de lo sucedido en esos años, como pretende un sector de la derecha peruana y de la clase política involucrada en los desmanes antisubversivos (particularmente Acción Popular y el Apra).