Según las encuestas, la mayoría de ciudadanos se autoidentifica de centro. Me parece, sin embargo, una definición engañosa, porque puede no decir nada, es decir no reflejar una postura ideológica alejada de las posiciones de derecha e izquierda tradicionales, sino simplemente esconder una indefinición.
En cualquier caso, hay un listado de personajes que habitan ese espacio y que, al parecer, pretenden tener protagonismo en estas elecciones, yendo a contrapelo de la polarización que parece que va a primar en la contienda, en beneficio de las posturas más definidas de derecha o izquierda.
Se puede mencionar entre sus inquilinos, a Jorge Nieto, Marianella Ledesma, Alfredo Barnechea, Francisco Sagasti, César Acuña, Martín Vizcarra, Flor Pablo, Marisol Pérez Tello, Mesías Guevara y Susel Paredes, entre otros tantos que todavía están por aparecer en el firmamento.
La verdad es que la segmentación ideológica es arbitraria y difusa, porque bien podrían distinguirse en la lista personajes más cercanos a la izquierda que a la derecha y a la inversa, que mejor harían en sumarse al esfuerzo que desde algunos sectores ya se están haciendo para aglutinar proyectos.
Salvo César Acuña, quien, aunque quiera, no va a encontrar nadie que quiera aliarse con él (salvo que sea Podemos o algún estropajo partidario de ese rango), o Martín Vizcarra, quien carga encima suyo severos cuestionamientos de corrupción que lo hacen inalienable (aunque sea, en los hechos, quien más posibilidades tendría si logra levantar la inhabilitación que pesa contra él), el resto es perfectamente sumable a una alianza más amplia.
Lo perjudicial es que de mantenerse en pie sus candidaturas sumarán aún más a la fragmentación del espectro que va del centro a la derecha. Casi todos los mencionados, por no decir todos, sostienen posturas ideológicas que no difieren mucho de las que proponen, por ejemplo, los candidatos de Libertad Popular o del PPC.
Por ello, igual que decimos respecto de la centroderecha, de este sector debemos decir lo mismo. La tugurización electoral solo va a beneficiar a Fuerza Popular y a la izquierda radical, y acrecienta el peligro de tener que definir una segunda vuelta entre Antauro Humala y Keiko Fujimori.