Juan Carlos Tafur

¡Nada está dicho aún! (Ipsos)

"El partido todavía no ha terminado y no es hora para triunfalismos tan exaltados".

Según la última encuesta de Ipsos, en simulacro de votación, Castillo crece de 43.6% a 45%. Keiko cae de 41.7% a 40.7%. Un ligero aumento de la diferencia. Le llevaba 1.9 en la penúltima encuesta, ahora le lleva 4.3. En términos reales, casi podemos hablar de un empate técnico.

Donde más crece Castillo es en Interior urbano (4.6), Norte (5), Centro (5.4) y oriente (6.2). Keiko donde más cae es en Interior urbano (3.2) y Centro (9.5). Cae en todo, en verdad, menos en Lima metropolitana, que sube 2.3.

Datos relevantes: En Lima, Keiko le llevaba 26.5, ahora le lleva 31.5. En el interior, Castillo le llevaba 16.8, ahora 23.2. En interior urbano, le llevaba 8.9, ahora 16.7. En interior rural, le llevaba 34.7, ahora 38.1.

En el norte, Keiko ganaba por 1.2, ahora gana Castillo por 4.9. En el centro, Castillo ganaba por 20.8, ahora por 36.7. En el sur, Castillo le llevaba 40.2, ahora 40.8 (casi no se ha movido). En el oriente, Castillo le llevaba 11 puntos, ahora 19.6.

Si uno recuerda las elecciones del 2011 y el 2016, verá que, según el propio Ipsos, en la encuesta de la tercera semana de mayo de tales años, Keiko ganaba por 4 puntos a Ollanta Humala y por tres puntos a Kuczynski y al final terminó perdiendo.

Keiko ha cambiado de narrativa. Creo que se demoró en hacerlo. “El Perú versus el comunismo” le sirvió para reconquistar el voto derechista (a pesar de que aún no ha sido conquistado a plenitud), pero su tarea esencial era sintonizar con los sectores populares, cuyo ánimo hay que entenderlo en función del apocalipsis social por el que han pasado producto de la pandemia. A ellos hay que ofrecerles un cambio y esa narrativa recién la ha estrenado Keiko.

Anoche en el debate -que considero que ganó el equipo de Fuerza Popular-, y luego en sendas entrevistas, Fuerza Popular ha empezado a hablar de cambios en salud, educación, programas sociales, etc., que deberían contribuir a asentar ese mensaje de cambios en el modelo en los sectores D y E castillistas y, sobre todo, en los indecisos.

El partido todavía no ha terminado y no es hora para triunfalismos tan exaltados como los que hemos visto en estos días por parte de algunos seguidores de Perú Libre. Tampoco es hora para la resignación de parte de los keikistas. En dos semanas se puede voltear un partido que las encuestadoras más serias arrojan con una diferencia dentro del margen de error.

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