Un día soleado, Camilo caminaba cerca de un río y, mientras paseaba, miles de ideas cruzaban por su mente. Mientras estaba absorto en sus pensamientos, algo lo desconcentró y llamó su atención. A lo lejos se veía a una persona pescando al borde del río. Esto quizás no parezca algo que pueda llamar la atención, pero había algo extraño en el comportamiento de este personaje. El pescador tiraba el sedal hacia el río, esperaba pacientemente hasta que algún pez picara y entonces, recogía rápidamente el sedal, para ver qué es lo que había picado. Hasta ahí todo “normal”. Pero lo que llamó la atención de Camilo, fue que el pescador, cuando sacaba los peces, los medía muy meticulosamente, y devolvía los más grandes y conservaba los pequeños. Esto llamó tanto la atención de Camilo, que no podía quedarse con la duda, con la curiosidad, porque para él, hacer esto no tenía sentido alguno. Su lógica le decía que debía ser, al contrario. Que debería quedarse con los más grandes y devolver los pequeños. Así que, no se podía quedar con la duda y caminó hacia donde se encontraba este pescador para preguntarle sobre esto.
Cuando se acerca al pescador, este lo saluda, Camilo se presenta y le pregunta extrañado, porque devolvía los peces grandes y conservaba los pequeños. El pescador, con una gran sonrisa, le dice que le espere unos momentos. Entra a su carpa y saca una sartén pequeña, que tenía guardada. Entonces el pescador le dice: “mire la sartén que tengo, es muy pequeña, no puedo quedarme con los peces grandes, porque no tengo cómo cocinarlos. Con una sartén como la que tengo, sólo puedo conservar los pequeños que sí entran. No estoy preparado para los grandes”.
La pregunta más importante que en este momento te quieres hacer es: Y tú ¿estás preparado para los peces grandes?, ¿estás preparado para las grandes oportunidades que tiene reservada la vida para ti? Y en este punto hay varias cosas que debes tomar en cuenta. En artículos anteriores, te he compartido sobre actitudes, formas de pensar, maneras de actuar que en algunos casos no nos suman, y que, por el contrario, nos restan o disminuyen nuestras posibilidades de lograr nuestras metas y sueños. Una que debes tomar en cuenta es la que compartí en el artículo “Sólo vemos lo que conocemos”, donde te explico que muchas veces no “vemos” algunas cosas porque no creemos que existan.
En este caso en particular, puede ser que las oportunidades están frente a ti, pero tú no las “ves” porque no crees que existan, porque no crees que te las mereces, o quizás por alguna u otra razón, pero finalmente el punto es que no las “ves”. Hay personas que dicen constantemente: “a mí no se me presentan oportunidades”, y esa termina siendo su realidad. Aunque la oportunidad esté al frente, “no la ven”.
También hay otros factores, que debemos tomar en cuenta, como, por ejemplo: “nuestras palabras crean nuestra realidad”. Es decir, si constantemente estás diciendo que no hay oportunidades, ten por seguro que esa va a ser tu experiencia, que no necesariamente es lo mismo que la “realidad”. De esto también he compartido en el artículo “El poder de las palabras”. En este artículo puedes leer, de qué manera, nuestras palabras tienen la capacidad de “crear” pero al mismo tiempo de “destruir”. ¿Qué te dice sobre ti, tus posibilidades, tus capacidades, tus oportunidades? ¿Qué realidad estás creando para ti? ¿Cuáles son las palabras cuando describes tu vida, tu experiencia, cómo te describes tú?
“Las palabras crean imágenes en nuestra mente”, Zig Ziglar
Entonces te pregunto nuevamente: ¿estás preparado para los peces grandes?, ¿estás preparado para las grandes oportunidades?, ¿estás creciendo personal, mental, profesionalmente para que puedas aprovechar los peces grandes?, ¿estás haciendo que tu sartén sea más grande o te estás conformando con una sartén pequeña y sólo dispuesto a quedarte con los peces pequeños?
Hace algunos años, en un entrenamiento al que asistí, aprendí una manera de no perder oportunidades, de generar resultados extraordinarios, sin embargo, para que te funcione, debes estar dispuesto a salir de tu zona de confort sí o sí, no hay otra opción (en artículos posteriores hablaremos de “nuestra zona de confort”).
A partir de este momento corres un gran peligro. Si sigues leyendo este artículo, el peligro es que alcances tus metas y tus sueños. Y aunque no lo creas, para muchos alcanzar sus metas y sueños, es un peligro, porque hay muchas personas que le tienen más miedo al éxito que al fracaso.
El método es sencillo. Cuando una oportunidad se presente, debes hacer lo siguiente:
– Di sí, acepto. Vamos con todo. ¡yes!
– Cuéntaselo al mundo, que muchas personas sepan que lo vas a hacer.
– Encuentra la manera, descubre el camino.
Y si, cada vez que hagas esto, tu experiencia será retadora. Vas a necesitar salir de tu zona de confort, pero al mismo tiempo vas a ampliar, a expandir tus posibilidades. Esto a la larga va a generar que te veas en la capacidad de lograr cada vez, cosas más retadoras. Retos más grandes y “verás” oportunidades más y más grandes para ti.
Entonces, te invito a “hacer más grande” tu sartén, a salir de tu zona de confort e ir por los peces grandes, dejar de conformarte “con lo que te toca” y aprovechar las oportunidades grandes para ti.
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