Las empresas familiares que perduran luego de una tercera generación, son pocas. El último estudio realizado por Ernst & Young (EY) titulado ¿Cuál es el impacto de las familias empresarias?,señala que, en nuestro país, únicamente el 30% de las empresas familiares pasan a la segunda generación y, de éstas, sólo el 15% se extiende a una tercera generación.
“A pesar que las cifras no son favorables, en la actualidad más compañías apuntan a perdurar, basados en un plan de sucesión claro y protocolo familiar. Muchos jóvenes se preparan para estar en la línea de sucesión de las empresas de su familia y estar aptos al momento de continuar” precisa, Jorge Posadas, director de AEF Perú.
El estudio de EY también señala que el 53% de negocios de segunda y tercera generación es liderado por un representante joven que trae nuevas visiones y puede hacer crecer una empresa.
Jorge Posadas, director de AEF Perú, nos brinda 4 recomendaciones que se deben tener en cuenta para la sucesión de una empresa.
1.-Manejo de información: El contar con información adecuada y pertinente es imprescindible para el manejo de ciertas situaciones familiares. Esto ayudará a eliminar ambigüedades y confusiones futuras.
2.-Adecuado clima laboral y familiar: Tomar en cuenta que es posible que haya un rechazo a la sucesión que puede relacionarse con las ideas que se tengan las personas que conforman la empresa familiar, la educación recibida o la influencia de generaciones predecesoras.
3.-Sucesiones estables: Es ideal tomar en cuenta que el cambio podría ser sentido por el fundador como una amenaza a la posición conquistada a lo largo de su vida empresarial. Por ello, la mejor opción es crear un panorama de tranquilidad y estabilidad tanto en la empresa como en la familia.
4.-No tener miedo al fracaso: Este será un sentimiento que tenga tanto la persona que deja el cargo por la incertidumbre a la viabilidad de la sucesión, las oportunidades del momento o que los sucesores no se encuentren preparados para tomar el control, pero esto también puede ser sentido por la persona que recibe el cargo porque desconoce o desconfía de sus capacidades. Ante ello, es mejor tener seguridad y contagiarla a los miembros de la empresa.
Mediante estos consejos, muchas empresas familiares podrán llegar a una segunda o una tercera generación de manera exitosa.