Pie Derecho

La oposición de derecha

“Es doblemente importante que haya voces de centroderecha que también marquen distancia radical del statu quo y le disputen esa narrativa a la izquierda”

Hacen muy bien precandidatos como Carlos Anderson, Rafael Belaunde o Rafael López Aliaga en ser muy críticos del gobierno de Dina Boluarte. Es más, deberían ser más radicales aún frente a un régimen incompetente e indolente como el que nos rige.

La narrativa opositora no puede ser monopolio de la izquierda radical. La centroderecha y la derecha tienen sobradas razones para cuestionar el establishment y de esa manera no ser barridos por el poderoso ánimo contestatario que anida en la población de modo absolutamente mayoritario.

Todas las encuestas, a través de diversas preguntas de sus cuestionarios respectivos, muestran que la ciudadanía está harta del sistema y que si no explota socialmente antes del 2026, se acercará a votar, cuando le toque hacerlo, con un tremendo malhumor, superior inclusive al que mantenía en las elecciones del 2021 y que nos trajeron, por eso, a un improvisado radical como Pedro Castillo.

La izquierda se ha lavado la cara con la caída de Castillo y hoy se presenta como una opción renovada, refrescante, inédita. El pacto derechista Ejecutivo-Legislativo la ayuda lamentablemente, aunque sea históricamente injusto que no asuman la responsabilidad por el desastre calamitoso que significó al paso del Atila chotano por la administración pública. Por eso es doblemente importante que haya voces de centroderecha que también marquen distancia radical del statu quo y le disputen esa narrativa a la izquierda.

Para completar la tarea de “posicionamiento” ideológico, sería importante que líderes como los mencionados al inicio de esta columna sean también ácidos críticos de la actuación política del fujimorismo y del acuñismo. Tanto Fuerza Popular como Alianza Para el Progreso están jugando un rol deleznable en su sostenimiento interesado del gobierno de Dina Boluarte. Le dan sus votos en el Congreso a cambio de prebendas políticas. Tan claro como el agua.

Se va a necesitar nuevos líderes de la centroderecha el 2026, capaces de sacar al país del pasmo en el que se encuentra, que lancen buenos candidatos, armen equipos tecnocráticos y políticos, preparen un buen plan de gobierno, pero que, antes que eso, se coloquen en el lugar correcto del espectro, en este caso, marcando distancia no solo de Boluarte sino también de sus sostenedores.

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