Liz Meléndez

El silencio y la indiferencia de la autonombrada madre de todos los peruanos: Dina Boluarte.

“El drama de la violencia sexual en el Perú no es reciente, tampoco es una novedad que sean justamente las niñas y niños de las zonas amazónicas los más vulnerables, debido a la prevalencia de la impunidad y el abandono del Estado. Pero, si es sorprendente que una mandataria se mantenga indiferente frente a dramas tan horrorosos”

Más de una vez Dina Boluarte con el ánimo de victimizarse y buscar algo de simpatía en la ciudadanía ha señalado que “ella es la madre de todos los peruanos”. 

Por supuesto, este tipo de argumentaciones, bastante estereotipadas, no han logrado el resultado esperado, y su desaprobación, como se evidenció hace algunos meses, ha alcanzado el 91 por ciento, según la última encuesta de Datum.

La presidenta se pierde en un laberinto de escándalos de corrupción y alianzas perversas con representantes en el Congreso y otros actores políticos, en un país debilitado democráticamente y atemorizado por la inseguridad e incremento de la criminalidad organizada. En este escenario tan grave, la jefa de Estado ha mantenido silencio por meses, pero hace unos días dio una conferencia de prensa que solo nos recordó que, si es “una madre” es bastante indolente e indiferente frente a sus “hijos e hijas”. 

En la mencionada conferencia de prensa, utilizó la mayoría del tiempo para hablar de su viaje a China  (si, ese en el que quedó claro que le gusta el chifa); lo grave es que se mantuvo completamente indiferente frente a la pregunta de los periodistas sobre el accionar del gobierno frente a los casos de las niñas/niños  Awajun y Wampis, violentadas/os sexualmente durante años por personal docente  frente a indolencia de las autoridades, quienes conocen los hechos y riesgo de esta población hace mucho tiempo. 

Boluarte no solo pasó la pregunta a su Ministro de Educación, sino que no se pronunció en absoluto sobre el tema ni siquiera para indignarse o rechazar crímenes tan atroces. No mostró ni una pizca de preocupación, ni un poco de empatía o un atisbo de indignación. Por el contrario, claramente la pregunta le incomodó. 

Efectivamente, son los Ministros quienes pueden dar respuestas más precisas sobre diversos temas, pero no le costaba nada tomar la palabra para evidenciar preocupación o compromiso del gobierno con la lucha contra la violencia sexual hacia las niñas y niños, especialmente de sectores tan vulnerabilizados. Pero no se puede trasmitir lo que no se siente. 

El drama de la violencia sexual en el Perú no es reciente, tampoco es una novedad que sean  las niñas y niños de las zonas amazónicas los más vulnerables, debido  a la prevalencia de la impunidad y el abandono del Estado. Pero, si es sorprendente que una mandataria se mantenga indiferente frente a dramas horrorosos. 

Racismo, discriminación e indolencia. Puede ser. Pero creo que a la “madre de todos los peruanos” no solo la embargan estas taras, sino que además está tan molesta con el país y preocupada por mantener sus mentiras o proteger a su Waiky, que todo lo demás no le importa. 

Así, seguimos a expensas de una autonombrada madre bastante indolente y perversa. En tanto, la impunidad prevalece y la vida de niños, niñas y adolescentes siguen dañadas, sin justicia ni reparación.  Esa madre, nos odia.

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