El diseño e implementación de políticas públicas abocadas a mejorar los niveles de competitividad y productividad en el país requiere de la articulación de actores del sector público, privado y academia en aras de priorizar conjuntamente acciones de impacto en la competitividad. En el Perú, el Consejo Nacional de Competitividad y Formalización (CNCF), órgano actualmente adscrito al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), ha venido cumpliendo este rol. Sin embargo, su accionar se ha visto debilitado en los últimos años, en parte como resultado de la crisis política e institucional que atravesamos.
Los inicios del CNCF se remontan al año 2002 cuando fue creado como una comisión de coordinación en la Presidencia del Consejo de Ministros con el objetivo de desarrollar e implementar un Plan Nacional de Competitividad. En el año 2005 se lanzó dicho plan, el cual fue resultado de un proceso de coordinación de diferentes entidades públicas y privadas pertenecientes a los diversos sectores del país. Luego, en el año 2010, y con el objetivo de complementar su rol articulador y planificador con la política económica del país, el CNCF fue adscrito al MEF, y desde entonces ha sido presidido por el Ministro de Economía.
Una vez en el MEF, el CNCF ha tenido una mirada más estratégica y de largo plazo. Es así como, en el año 2012, lanzó la agenda bianual de competitividad, y en el 2014, la agenda de competitividad 2014-2018, que marcó la senda de lo que se debía hacer en el Perú en los temas competitividad en el mediano plazo. Es en el año 2018, y en el marco de lo que establece la Décimo Octava Política del Estado del Acuerdo Nacional, que se aprobó la Política Nacional de Competividad y Productividad; y en el año 2019, se lanzó el Plan Nacional de Competividad y Productividad (PNCP), con 84 medidas específicas para mejorar la competitividad hacia el 2030.
El Plan Nacional de Competividad y Productividad se encuentra actualmente en implementación. Sin embargo, su avance a la fecha es modesto, 40.2%. Esto debido a la falta de continuidad en las políticas públicas, al deterioro de cuadros técnicos calificados, y a la carencia de articulación de actores del sector público, privado y academia que hagan posible empujar en un mismo sentido las medidas que promuevan mejoras de competitividad. Además, el Consejo Directivo del CNCF, donde se encuentran representados los ministerios, los gobiernos regionales y locales, los gremios, y los sindicatos, no se reúne hace más de tres años, limitando así la posibilidad de contar con políticas públicas consensuadas y afectando con ello seriamente las expectativas empresariales.
Definitivamente se requiere fortalecer el CNCF. Una forma de hacerlo es avanzar hacia la construcción de un Sistema Nacional de Competitividad y Productividad en el marco de lo que establece la Política Nacional aprobada en el 2018. De esta manera se podrían articular de manera sistémica los esfuerzos del sector público y privado a nivel descentralizado a través de una normativa específica, alineado a indicadores de desempeño y articulado con los otros sistemas del MEF, presupuesto e inversiones, principalmente. Así se daría continuidad en el tiempo a las políticas públicas de mediano y largo plazo, y se aseguraría la articulación sostenible público-privada para lograr mejoras de competitividad.
Como referencia se tiene el Sistema Nacional de Competitividad e Innovación de Colombia (SNCI), que articula las diferentes políticas encaminadas a fortalecer la competitividad, y cuenta para ello con el apoyo de la Comisión Nacional de Competitividad, órgano consultivo encargado de recomendar una agenda de competitividad, donde están representados los aportes tanto de los actores públicos como privados. En Colombia el SNCI ha contribuido además a contar con una contraparte privada bien organizada y técnicamente sólida, así como a proporcionar canales institucionales para expresar las solicitudes del sector privado, aspectos fundamentales que han contribuido a una colaboración público-privada eficaz y al logro de efectos positivos en las políticas de competitividad y de desarrollo productivo (Eslava et. al, 2013)(1).
A 20 años de la creación del CNCF, se resalta su importancia como un espacio relevante de articulación público-privada que ha contribuido al diseño y ejecución de reformas de competitividad en el país pero que sin embargo requiere ser fortalecido institucionalmente, dotándolo de instrumentos, normas y programas que se articulen en un sistema de competitividad y que permita dar continuidad a las políticas públicas en el tiempo, y que asegure la articulación sostenible público-privada para lograr mejoras de competitividad. Esto permitirá legitimar las principales estrategias políticas de competitividad de mediano y largo plazo y, reconstruir las expectativas empresariales que ahora se encuentran en tramo pesimista en aras de sostener el crecimiento económico y generar niveles de ingresos más altos y un mayor bienestar para la población.
(1). Eslava, M., Meléndez, M., Perry, G. (2013). Public-Private Collaboration for Productive Development Policies in Colombia. Documentos CEDE. Universidad de Los Andes. Facutad de Economía. Noviembre.