iroman y reformas constitucionales

Iron Man y las reformas constitucionales

“A pesar de que Iron Man no tiene superpoderes, aprende de sus debilidades y se adapta. Idealmente, la reforma constitucional es un proceso muy similar. Aquí tres reformas, o adaptaciones, que considero más urgentes.”

Iron Man es un superhéroe muy interesante, pues debajo de la armadura, Tony Stark no posee ningún poder sobrehumano más allá de ser un genio inventor con recursos ilimitados. Sin embargo, es un personaje de ficción que vale la pena conocer por su capacidad de adaptación. En cada nueva aparición, en el universo cinematográfico de Marvel, el personaje adapta su traje metálico para poder lidiar con amenazas cada vez más grandes, aprendiendo de sus fracasos anteriores.

Por ejemplo, después de que el villano Ivan Vanko daña su traje con latigazos de energía, construye una nueva armadura que absorbe energía para sí misma. Luego, es capaz de aprovechar esta adaptación en una gresca contra el mismo Thor, Dios del trueno. En otro momento, cuando es derrotado al no poder utilizar sus repulsores efectivamente contra Capitán América en una pelea cuerpo-a-cuerpo, construye un traje de nano tecnología que le permite producir espadas y escudos, que le serán de utilidad luego contra Thanos. Podría dar muchísimos ejemplos más; pero ya es suficiente fanatismo por hoy. El punto es que Iron Man aprende de sus debilidades y se adapta. Idealmente, la reforma constitucional es un proceso muy similar.

Ciertamente el sistema político peruano tiene muchas falencias y disfuncionalidades. En este artículo quiero reseñar tres reformas que considero que son las más urgentes, pues son adaptaciones que nos permiten superar nuestros fracasos previos (como lo haría Iron man).

1.Incapacidad Moral: Nuestro primer gran fracaso ha sido la inestabilidad política producto del abuso de la figura de vacancia por incapacidad moral permanente. Si bien hay excelentes argumentos para sostener que los presidentes vacados sí debieron ser removidos, habría menos discusión si se utilizara el mecanismo correcto. El artículo de vacancia delimita las situaciones en las que el congreso declara vacante el cargo de presidente. De la misma manera en la que un doctor declara una persona muerta, el congreso declara la presidencia vacía (según el art. 113) en un estricto número de casos: Si el presidente fallece, si está tan permanentemente enfermo que no puede ejercer el cargo, si renuncia, si se fuga, o si es destituido por las causales de otro artículo (el art. 117). Estas causales, sin embargo, no incluyen ser corrupto, asesino, violador o narcotraficante. Y este es un problema grave, pues podemos encontrar claros ejemplos de presidentes que no tienen la legitimidad moral para conducir el país. Y a la vez, hemos visto a congresos obstruccionistas dedicarse exclusivamente a revanchas electorales o a intransigencias ideológicas. Entonces:   

¿Cómo fortalecemos nuestro traje? Probablemente, la mejor fórmula sea reformar el artículo 113, de manera que se aclare que la incapacidad moral se refiere a incapacidad mental, y así cerrar el círculo vicioso de obstrucción a mérito de votos congresales sin causa. Y a su vez, reformar el artículo 117 para incluir causales adicionales necesarias, como la de corrupción y otros delitos comunes. Esta propuesta fue presentada en 2021 por los congresistas Paredes, Pablo y Málaga.

2.Malas leyes: El segundo gran fracaso es el de tener un congreso que produce objetivamente malas leyes. Y no me refiero únicamente a las leyes declarativas absurdas. En 2021, el Tribunal Constitucional (TC) declaró la inconstitucionalidad de 4 leyes aprobadas por el congreso, una más legalmente torpe que otra. Un caso emblemático de leyes flagrantemente inconstitucionales fue la llamada “Ley Mulder” de 2018, que pretendía prohibir que el estado contrate con medios de comunicación. Esta también fue declarada inconstitucional por el TC. Pero el juego de extender los bordes de lo permitido no se limita a presentar proyectos torpemente: En enero de 2023, el congreso aprobó una ley que debilita a la SUNEDU – el supervisor de la calidad de las universidades. Para evitar que se declare inconstitucional, los mismos que propusieron la ley interpusieron una demanda de inconstitucionalidad frente al TC, que, al no tener el quorum suficiente para desestimar la constitucionalidad de la ley, declaró infundada la demanda y por lo tanto “constitucional” debilitar al supervisor de las universidades. Entonces:

¿Cómo nos preparamos para lidiar con amenazas cada vez más grandes? Quizás la mejor ruta sea reformar el artículo 90 de la constitución (y en consecuencia muchos otros artículos donde se mencionan las funciones del congreso) para establecer un congreso bicameral. La bicameralidad tiene como consecuencia la creación de una cámara de senadores que tendrían requisitos más exigentes, como experiencia y mayor edad. Esta cámara tendría la función de aprobar, modificar o rechazar los proyectos de ley de la cámara de diputados, reduciendo la probabilidad de que sean leyes innecesarias o inconstitucionales. El proyecto de bicameralidad fue finalmente rechazado por el congreso en julio de 2022, pero puede presentarse nuevamente.

3.Representación: Nuestro tercer gran fracaso es la triste realidad de que, en encuesta tras encuesta, vemos la aprobación del congreso cada vez peor. Y es que, objetivamente, los peruanos no estamos bien representados. Según un análisis de Ricardo Gálvez para IDL, menos del 42% de electores hábiles logró que su votación consiga representación en el congreso. Es decir, la mayoría de nosotros no está representado. Por otro lado, como muestra Juan Reyes Kuri (en una comparación entre países) Uruguay tiene 3.7 congresistas por cada cien mil habitantes, Suecia 3.4, Reino Unido 2.1, Suiza 1.7, Bolivia 1.4, Canadá 1.1, Chile 1.0, Alemania 0.9, Ecuador 0.8, Colombia 0.6, por dar algunos ejemplos. Nosotros tenemos 0.38 congresistas por cada cien mil habitantes; de las proporciones más bajas del mundo. Entonces:

¿Cómo enfrentamos supervillanos más fuertes en la próxima película? Tal vez, la mejor manera sea (nuevamente) reformando el artículo 90 de la constitución, elevando el número de congresistas (o diputados). Pero también es importante fortalecer el mecanismo de distribución. Para este fin, una fórmula razonable de reforma electoral es la de distritos electorales uninominales, donde cada distrito electoral elige un representante; en vez de varios, en circunscripciones más grandes. Esto tiene la ventaja de fortalecer la relación de los congresistas con sus representados y de reducir los costos de informarse al elegir por quién votar. El proyecto de distritos uninominales ya ha sido presentado por la congresista Tudela en 2022.

Sin duda hay múltiples otras reformas necesarias, y no son todas reformas de la constitución. Pero estos son tres ejemplos de fracasos institucionales evidentes que, a mi parecer, deberíamos poder atender en el corto plazo. Y ya que aparentemente no hay votos para adelantar elecciones, intentemos llegar a las próximas mejor preparados. Una enorme virtud de nuestra constitución es que, lejos de ser perfecta, es perfectible. Y al igual que Iron man, en vez de super poderes, tiene la capacidad de adaptarse para no cometer los mismos errores del pasado. Los fracasos son oportunidades para fortalecer nuestra armadura y enfrentarnos a retos más grandes; en vez de eludir las mismas dificultades constantemente. Hacer estas reformas realidad es labor del congreso, y (si entiendes esta última referencia) es momento que produzcan pruebas de tener un corazón, al igual que Tony Stark.

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