Se debe acelerar la mejora del estado

“Si Dina Boluarte no mejora el Estado peruano en grado superlativo y acelerado, más temprano que tarde se va a encontrar nuevamente conflictos sociales, descontento ciudadano, escasa aprobación, desconfianza de los agentes inversores, tensiones políticas, en suma, ingobernabilidad”

Dina Boluarte no ha podido convocar un gabinete de ancha base, como el prometido para este martes último, ni en el ámbito tecnocrático ni en el político. A muchos parece haberles afectado la represión policial y militar y han rechazado la invitación. A otros, aún les generaría incertidumbre el panorama y perspectiva políticas y prefieren no arriesgar quemaduras de primer grado.

Va a tener que hilar fino el nuevo régimen. No goza de luna de miel y tiene fuerte oposición tanto en la izquierda como en la derecha congresales (quienes se opusieron al adelanto de elecciones), pudiendo, de ahondarse la crisis, llegar nuevamente a escenarios de confrontación Ejecutivo-Legislativo que amenacen con bombardear lo que hasta el momento parece un régimen de transición bien encaminado hacia las elecciones de abril del 2024.

Tiene que andar con mucho cuidado la presidenta Dina Boluarte, sobre todo en dos aspectos que eran el pasivo mayor de su antecesor: la corrupción rampante en cuanta entidad estatal se infiltraba, y la baja calidad tecnocrática de los funcionarios nombrados. Sobre ambos aspectos, el celo político de Dina Boluarte debe ser extremo.

Por lo pronto, haría bien en efectuar una purga masiva de casi todos los funcionarios de primer, segundo y tercer nivel que el régimen castillista colocó en el Estado para robar o para hacer proselitismo político descarado. Que revise la lista desde el 28 de julio del 2021.

No es posible, por ejemplo, que los allegados al Fenate-Movadef sigan instalados en el Ministerio de Educación y haría bien, de paso, la presidenta, en disponer que se derogue el decreto supremo que intervenía inconstitucionalmente a la Derrama Magisterial, botín de guerra de las huestes radicales del magisterio castillista.

El Estado peruano debe ser depurado de los agentes operativos de la estrategia, ya conocida, de Castillo de preparar un golpe antidemocrático desde adentro, cosa que felizmente, dada su ilimitada torpeza y falta de densidad psicológica, no prosperó, pero que sirvió para poner en evidencia el plan urdido.

Si Dina Boluarte no mejora el Estado peruano en grado superlativo y acelerado, más temprano que tarde se va a encontrar nuevamente conflictos sociales, descontento ciudadano, escasa aprobación, desconfianza de los agentes inversores, tensiones políticas, en suma, ingobernabilidad, que podrían hacer de este año y pico de gobierno que, en principio, le queda, un infierno tan espantoso como el que caracterizó a la inefable gestión del miserable régimen castillista.

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